Hoy se cumplen 43 años del asesinato de Gregorio García Castro

P1Esto es más grande que un golpe de estado”, fueron las palabras pronunciadas por el Presidente Joaquín Balaguer, la noche del 28 de marzo de 1973, luego que el director del Listín Diario (LD), don Rafael Herrera, le comunicara por vía telefónica el vil asesinato del periodista Gregorio García Castro (Goyito).

La muerte del jefe de redacción de Última Hora, vespertino que estaba en la calle 19 de Marzo esquina Salome Ureña, frente a las antiguas instalaciones del Listín, ocurrió a eso de las 7:30 de la noche, en la calle Mercedes, próximo a la José Reyes, luego que el periodista recibiera una llamada desconocida. A corta distancia estaba aparcado el viejo vehículo de su propiedad, que Goyito se proponía ocupar.

Cuando sonaron los dispararos que cegaron la vida del brillante comunicador el hoy director de LD, Miguel Franjul, bajó de la redacción del matutino hasta el lugar de los hechos. Al observar el cuerpo ensangrentado de GC, se devolvió de manera impresionado al interior del Listín donde exclamó: “Don Rafael, mataron a Goyito”. De inmediato, don Rafael rascó su blanca y abundante caballera y se internó en su despacho, desde donde se comunicó con el mandatario. En la redacción del periódico, además de Franjul, estaban el autor de estas líneas, el jefe de redacción Milcíades Ubiera, y los correctores de estilo Francisco Comarazamy, Pablo Rosa y J. Agustín Concepción. También los periodistas Félix Acosta Núñez y Tafnelí Martínez y el fotógrafo Antonio García Valoy.

Las investigaciones primarias del horrendo caso estuvieron a cargo al coronel Raúl Aristy Calvo, que acto seguido conversó con los vecinos más cercanos, entre los que figuraron una diminuta señora, de tez blanca, identificaba con el nombre de Tatica, que laboraba en oficinas administrativas de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Tatica vivía en la calle Luperón, en la bifurcación que forma esta vía con la Mercedes, y quien semanas después del atentado comenzó a recibir presiones y amenazas de muerte que la motivaron a fijar residencia en Nueva York.

La muerte de GC provocó un volcán de acciones políticas y judiciales que incluyeron la sorpresiva designación del general Neit Nivar Seijas, en la jefatura de la Policía, con instrucciones precisas de “investigar hasta las útimas consecuencias, la muerte del destacado periodista, quien fuera amigo fiel del Presidente de la República”. Además, el Listín, y su director Herrera, hubieron de enfrentar una inusual demanda judicial que llegó al extremo de que a las instalaciones del matutino se presentó un alguacil acompañado de la fuerza pública, con intenciones de incautar las maquinarias del periódico. 

El ministerial actuaba a requerimiento del dirigente reformista Sócrates (El Chino) Pichardo, representado por el abogado incidentalista Rafael Duarte Pepín, fallecido. La acción judicial tuvo origen en un editorial publicado por LD con el título “La ración del Boa”, donde trataba sobre rumores sugerentes de una posible participación de Pichardo en la trama contra Goyito, lo que finalmente resultó incierto.

Goyito fue el ideólogo mental y material del agresivo estilo periodístico que caracterizó al vespertino Última Hora, particularmente en sus titulares. Basta citar la ocasión de una de la tantas movilizaciones estudiantiles en la UASD, donde la participación de los paramilitares era protagónica.
“Tizón arde en campus de la UASD”. Se refería a Juan de la Cruz Figueroa, alias Tizón, un agresivo y peligroso militar que se distinguía por sus azotes a los opositores del régimen. Y cuando el general Eligio Bisonó Jackson fue removido de la comandancia policial en Santiago, tituló: “Se opaca la estrella de Bisonó Jack- son”.

GC fue el primer periodista que a principios de febrero de 1973, hizo pública la presencia del desembarco guerrillero del coronel Francisco Caamaño Deñó, y su desmentido a un comunicado de los institutos castrenses negando la presencia del foco guerrillero. La primicia provocó la suspensión de su programa “HOY”, por Color Visión, y el cierre de la planta televisiva. Sus frecuentes y continuos artículos y comentarios cebaron la intriga y la anarquía contra el periodista, al extremo que al mes siguiente los halcones civiles y militares materializaron su exterminio.

Luego del apresamiento de Caamaño, uno de sus compañeros de hazaña, Toribio Peña Jáquez, se presentó a la redacción de UH y ofreció declaraciones que estremecieron las interiores del gobierno y de las Fuerzas Armadas. En realidad, y contrario al sentir de la mayoría de los dominicanos, Goyito no participó en esa entrevista, e inclusive, se opuso a la publicación de la misma, actitud que obvió la dirección del vespertino y la publicó sin firma, con el título “Guerrillero fue a UH; da declaraciones”. 

Quien conversó con Peña Jáquez fue Juan Bolívar Díaz, a la sazón, del cuadro directivo del periódico. La misma se efectuó en el local de la emisora Radio Cristal, que estaba en la segunda planta del edificio ubicado en la 19 de Marzo casi esquina Mercedes. El día de ese encuentro el asesinado periodista dictaba una conferencia en un club social de Bonao, donde el suscrito le acompañó.

El 19 de marzo del 73, una semana antes de su asesinato, GC se entrevista con el Presidente Balaguer y le ofrece detalles sobre la presencia del guerrillero en UH, y reitera al mandatario que “nada tengo que ver con ese encuentro periodístico y que objeté su publicación”. Igual planteamiento hizo a su compañero y leal amigo, el periodista Julio César Martínez, director del semanario Renovación. A Julio César le advirtió que esa entrevista le iba a perjudicar profundamente y que hasta le podría provocar la muerte. Y así sucedió!

En este 43 aniversario de su cobarde asesinato rindo tributo de respeto y gratitud por las finas y desinteresadas atenciones que siempre me brindó y por ser el responsable de mi ingreso a la Secretaría de Estado de Agricultura, en enero del año 1969, en cuya cartera dirigía eficientemente el departamento de Información y Publicaciones (Relaciones Públicas) .


Mi solidaridad y aprecio a los familiares de Goyito, mi amigo entrañable, a cuya paternidad corresponde mi incursión en las actividades periodísticas, mediante mi incorporación al departamento de Información y Publicaciones de la Secretaria de Estado de Agricultura, a principios de enero de 1969.

Fuente: www.hoy.com.do

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