Nicaragüenses marchan en contra de la represión

La marcha fue convocada por el
Consejo Superior de la Empresa Privada y el caos generado en los últimos días
tras la aprobación de una reforma al Seguro Social que aumentaba las cuotas
patronales de los trabajadores e imponía un impuesto a los pensionados para
atención médica ha dejado al menos 30 muertos, según organismos de derechos
humanos.
Los capitalinos marcharon de la
rotonda Rubén Darío a las instalaciones de la Universidad Politécnica de
Nicaragua, punto de resistencia de la juventud, portando banderas azul y blanco
mientras hacían sonar cacerolas, trompetas y gritaban “¡Pueblo, únete!”.
A diferencia de las últimas
marchas, que fueron reprimidas por la policía, integrantes de la Juventud
Sandinista y grupos de motorizados, la de ayer transcurrió sin violencia.
transcurrió sin violencia. “Aquí
estamos losnicaragüenses diciendo basta ya de violencia contra la población. No
más represión y violación a la Constitución”, afirmó la Esther Chavarría, una
arquitecta de 26 años. El gobierno de Estados Unidos ordenó salida del país de
familiares del personal de su embajada en Managua y autorizó la salida
voluntaria de sus funcionarios. Un día antes, el Departamento de Estado condenó
“la violencia y el uso excesivo de la fuerza” ejercido por la policía contra
civiles y abogó por el derecho a la protesta y el respeto a la libertad de
prensa.
En contraste, el presidente
venezolano Nicolás Maduro salió el lunes en defensa de su par nicaragüense,
Daniel Ortega, y afirmó que está enfrentando una “emboscada violenta de grupos
que lamentablemente le han hecho ya mucho daño” al país centroamericano.
Maduro dijo desde el estado sureño
de Bolívar, que mantiene conversación permanente con Ortega y su esposa, la
vicepresidenta Rosario Murillo, y sostuvo que su aliado logrará que se imponga
la paz en Nicaragua.
EL PREMIO CERVANTES PARA LOS ASESINADOS
La situación de Nicaragua fue ayer
la protagonista del Premio Cervantes a Sergio Ramírez, quien ha dedicado su
discurso a los “asesinados en las calles por reclamar justicia y democracia” y
a los jóvenes que luchan para que “Nicaragua vuelva a ser República”. Y es que
la sombra de la actualidad en Nicaragua estuvo presente en los discursos del
Ramírez, primer escritor centroamericano que recibe el premio Cervantes, el más
importante de las letras en español, como en el de el rey Felipe VI y el
ministro de Educación, Cultura y Deportes español, Íñigo Méndez de Vigo.
Ramírez, con un crespón negro en su
solapa y tono grave, recordó la situación de su país a su llegada al paraninfo
de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), donde se celebró la ceremonia.
Resaltó su “historia reiteradamente desdichada” y los sucesos ocurridos en
estos cinco días de protestas contra una reforma de la seguridad social
anunciada por el Gobierno de Daniel Ortega - y posteriormente derogada, que han
dejado al menos 27 muertos y más de 100 heridos. Autor de más de cincuenta
títulos, ente ellos “Margarita, está linda la mar”, “La marca del zorro” o
“Adiós, muchachos”, Ramírez fue vicepresidente de su país desde 1985 a 1990,
junto a Daniel Ortega, del que se desligó hace tiempo por su deriva
autoritaria. Ramírez ayer volvió a aunar literatura y política, algo que le ha
perseguido en su vida por su compromiso como escritor. Un novelista, ensayista,
cuentista, que no ha estado nunca en una torre de marfil. AP
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