Comicios impredecibles sin Lula

“La prisión del líder en todos los
sondeos de intención de voto y la incertidumbre sobre si podrá disputar las
elecciones incentiva a otros candidatos y fragmenta aún más un escenario
electoral que ya era complicado”, dijo a Efe Michael Mohallem, especialista en
ciencia política de la Fundación Getulio Vargas (FGV).
Además de los 16 aspirantes que ya
fueron oficialmente presentados como precandidatos, aún hay formaciones que no
han definido sus aspirantes, incluso el propio partido en el Gobierno, el
Movimiento Democrático Brasileño (MDB) del presidente Michel Temer, y tienen
plazo hasta agosto para hacerlo.
“Todo eso hace totalmente
imprevisible el resultado de las elecciones. En los últimos 24 años las
elecciones estuvieron polarizadas por dos partidos, que se turnaron en la
Presidencia, pero ahora ni esas dos formaciones parecen fuertes”, dijo
Mohallem.
El Partido de la Social Democracia
Brasileña (PSDB) venció en 1994 y 1998 con Fernando Henrique Carodoso y el
Partido de los Trabajadores (PT) en 2002, 2006, 2010 y 2016, las dos primeras
con Lula y las dos siguientes con su ahijada política, Dilma Rousseff.
En las seis últimas elecciones el
PSDB y el PT se dividieron los dos candidatos más votados y prácticamente no
tenían rivales.
Las elecciones de 2018 se aproximan
por su grado de imprevisibilidad a las de 1989, las primeras después del fin de
la dictadura militar (1964-1985) y en las que un sorprendente Fernando Collor
venció en segunda vuelta a Lula cuando igualmente había un elevado número de
candidatos. Pese a que el PT ha dicho que mantendrá la candidatura de Lula
incluso con su aspirante en la cárcel, la formación aún tiene el desafío de
inscribirlo debido a que legalmente está inhabilitado.
La legislación brasileña inhabilita
electoralmente por ocho años a condenados en segunda instancia, como es el caso
del considerado líder más emblemático en la historia de Brasil, pero el PT
asegura que irá hasta las últimas instancias judiciales para inscribirlo.
Esa dificultad hizo con que los
partidos de izquierda que han sido históricos aliados del PT anunciaran
candidatos propios.
La última fue Marina Silva,
exministra de Medio Ambiente de Lula y tercera más votada en las presidenciales
de 2010 y de 2014, cuya precandidatura fue confirmada por la Rede
Sustentabilidade el mismo día en que el expresidente se entregó a la Policía.
El mismo día el Partido Socialista
Brasileño (PSB) dijo que evalúa si postulará al exmagistrado Joaquim Barbosa,
el primer negro en llegar a la Corte Suprema de Brasil y el responsable por
mandar a la cárcel a 24 colaboradores y aliados de Lula en un juicio por
corrupción que puso a tambalear a su Gobierno en 2005.
Otras fuerzas de izquierda con
precandidatos confirmados son el Partido Comunista do Brasil (PCdoB), que
inscribirá a la exdiputada Manuela d’Avila; el Partido Socialismo y Libertad
(PSOL) al líder de los Sin Techo Guilherme Boulos, el Partido Socialista de los
Trabajadores Unificados (PSTU) a la sindicalista Vera Lucia, y el Partido
Democrático Laborista (PDT) al exministro Ciro Gomes, el tercero más votado en
las presidenciales de 1998 y cuarto en 2002.
PRIMERA NOCHE DE LULA DA SILVA EN LA CÁRCEL
El ex presidente brasileño Luiz
Inacio Lula da Silva amaneció ayer en la cárcel, como el primer expresidente o
presidente en la historia moderna de Brasil en ser encarcelado, añadiendo una
nota impredecible a las próximas elecciones presidenciales.
En un augurio de posibles
disturbios en las próximas semanas, unos 500 partidarios de Lula permanecieron
a las afueras de la cárcel horas después de que la policía usó balas de goma y
gas lacrimógeno para dispersar a la muchedumbre.
El Partido de los Trabajadores dijo
que ocho personas resultaron heridas en los enfrentamientos de la noche previa
y una fue hospitalizada. No se reportaron lesione severas. Agencias
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