El ultra australiano que provocó la peor masacre en Nueva Zelanda

Tarrant hizo un típico gesto de los
supremacistas blancos al entrar hoy, con traje de preso y grilletes en brazos y
piernas, al tribunal de Christchurch, donde fue imputado por el asesinato de 49
personas en el asalto contra dos mezquitas de esta ciudad.
Unas veinte horas antes, aparecía
en un vídeo que retransmitió en directo en Facebook dentro de su coche
escuchando una canción que hace apología de Radovan Karadzic, condenado por
genocidio contra los musulmanes de Bosnia, instantes antes de asaltar la
mezquita Al Noor de la avenida Deans de Christchurch.
Las imágenes, tomadas desde una
cámara instalada en su casco, siguieron mostrando como disparaba a bocajarro a
los feligreses tras su entrada en el recinto religioso, donde hubo 41 de los
muertos, incluidos menores.
Para ello utilizó dos armas
semiautomáticas que llevaban inscritos los nombres de extremistas, incluido el
neonazi español, Josué Estébanez, personajes apropiados por el supremacismo
blanco como Carlos Martel, el rey franco que derrotó a los Omeyas en el siglo
VIII, o víctimas de atentados yihadistas.
Crear un clima de miedo entre los
musulmanes era el objetivo de la matanza, según dejó escrito en un manifiesto
de 74 páginas lleno de invectivas contras los seguidores de esta religión y en
el que se define como "racista" y "fascista".
En el documento, Tarrant se
describía como "tipo normal de una familia blanca de clase
trabajadora" que decidió pasar a la acción "para garantizar el futuro
de mi gente".
Consumidor de páginas web con
contenidos de ultraderecha, Tarrant asegura que llegó a establecer contacto con
Anders Breivik, el ultra noruego que mató a 77 personas en su país en 2011, y
que este apoyó su acción.
Nacido en Grafton, en el estado de
Nueva Gales del Sur, a unos 600 kilómetros al norte de Sídney, en 2009 comenzó
a trabajar como entrenador personal en el gimnasio de la ciudad, donde estaría
empleado dos años, según la cadena ABC.
"Era un entrenador muy
dedicado. Trabajaba en nuestro programa que ofrece entrenamiento gratuito a
chicos de la comunidad y lo hacía con mucha pasión", dijo la directora del
gimnasio, Tracey Gray, a la televisión.
Su afición por el deporte le
vendría de su padre, Rodney, participante de maratones y el Iron-man, la
versión más dura del triatlón, que murió de cáncer en 2010 a los 49 años.
Un año más tarde, Tarrant dejó el
trabajo para viajar por el mundo, en un periplo que lo llevó a sitios como
Corea del Norte, Pakistán y Europa, donde según sus escritos comenzó mostrar su
fastidio por la presencia de importantes comunidades inmigrantes en las ciudades
europeas.
Tarrant ya se habría radicalizado
cuando llegó a Nueva Zelanda en 2017 y se estableció en Dunedin, en el sur del
país, para planear el ataque y entrenarse.
A finales de ese año ya disponía de
permiso de armas, comenzó a comprar las cinco armas que utilizó y que exhibió
los últimos días en las redes sociales, y se apuntó a un club de tiro para
familiarizarse con su manejo.
En su manifiesto, Tarrant asegura
que inicialmente no tenía pensado realizar su ataque en Nueva Zelanda pero que
acabó haciéndolo en este país porque al ser considerado como un lugar seguro
este tendría un mayor impacto en la opinión pública.
Hace tres meses comenzó a preparar
la acción en Christchurch donde, según la primera ministra, Jacinda Ardern,
quería seguir matando cuando fue detenido por la Policía. EFE
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