Diplomáticos de EEUU que sufrieron ataques en Cuba tiene anormalidades neurológicas

Los exámenes médicos revelaron que
los diplomáticos estadounidenses desarrollaron cambios en los tramos de la
materia blanca que permiten la comunicación entre varias partes del cerebro,
dijeron varios funcionarios estadounidenses, quienes aseguraron que hay un
creciente consenso entre doctores universitarios y gubernamentales que indagan
los ataques. La materia blanca actúa como enlace entre las neuronas.
Se trata del hallazgo más específico
de daño físico hasta el momento, lo cual demuestra que lo que haya lastimado a
las víctimas provocó cambios perceptibles en sus cerebros. El descubrimiento es
uno de varios factores que da pie al creciente escepticismo sobre el uso de un
arma sónica.
Fuertes y misteriosos sonidos,
seguidos de zumbidos y pérdida auditiva llevaron a los investigadores a
sospechar de “ataques sónicos”. Ahora, las autoridades evitan utilizar ese
término. Afirman que no está claro que el sonido sea el responsable. Los
sonidos podrían ser un efecto secundario de otra cosa que causó el daño,
señalaron tres funcionarios federales estadounidenses que fueron informados
sobre la investigación y exigieron el anonimato por no contar con autorización
para hablar públicamente del tema.
Médicos, investigadores del FBI y
agencias de inteligencia de Estados Unidos han pasado meses intentando armar el
rompecabezas en La Habana, en donde Washington asegura que el año pasado se
enfermaron 24 personas, incluidos funcionarios y sus cónyuges, en sus viviendas
y, posteriormente, en algunos hoteles. El gobierno estadounidense describe los
hechos como “ataques específicos”, pero desconoce quién es el responsable. Algunos
diplomáticos canadienses también se enfermaron.
Los médicos aún no saben cómo es que
las víctimas terminaron con cambios en la materia blanca, ni cómo esos cambios
podrían relacionarse con sus síntomas. Las autoridades federales no dijeron si
se registraron las alteraciones en los 24 pacientes.
Nunca se ha demostrado que las ondas
acústicas sean capaces de alterar los tramos de materia blanca en el cerebro,
dijo Elisa Konofagou, profesora de ingeniería biomédica en la Universidad de
Columbia, quien no participa en la investigación del gobierno.
“Me sorprendería mucho”, dijo
Konofagou, y añadió que la medicina moderna utiliza frecuentemente ultrasonidos
en el cerebro. “Nunca vemos problemas en los tramos de materia blanca” a
consecuencia de ese uso.
Cuba ha negado vehementemente estar
involucrada y considera “mentiras deliberadas” las afirmaciones del gobierno
del presidente Donald Trump de que los diplomáticos estadounidenses fueron
víctimas de ataques. Los nuevos detalles médicos podrían ayudar a Estados
Unidos a contrarrestar las denuncias por parte de La Habana de que Washington
no ha presentado ninguna evidencia.
El caso ha colocado a la comunidad
médica estadounidense en un territorio desconocido. Los médicos atienden los
síntomas como si se tratara de una enfermedad nunca antes vista. Después de
pruebas y terapias experimentales exhaustivas están desarrollando los primeros
protocolos para examinar los casos e identificar los mejores tratamientos,
incluso mientras la investigación del FBI pasa apuros para identificar a un
responsable, un método o un motivo.
Los doctores que atienden a las
víctimas no hablaron con la AP, pero se espera que sus hallazgos sean
analizados en un artículo enviado a la publicación Journal of the American
Medical Association, señalaron los funcionarios federales. Los autores del
estudio son médicos de la Universidad de Miami y de la Universidad de
Pensilvania, con aportes de la unidad médica del Departamento de Estado y otros
doctores del gobierno.
Pero el artículo no especulará sobre
el tipo de tecnología que pudo haber causado los daños de los diplomáticos ni
sobre quién querría perjudicar a estadounidenses en Cuba. En caso de que los
investigadores estén cerca de resolver esas dudas, no difundirán sus hallazgos.
La AP informó en agosto que empleados
estadounidenses reportaron sonidos que sólo se podían escuchar en ciertas
partes de una habitación, pero no a algunos pasos de distancia _ a diferencia
de un sonido normal que se dispersa en todas direcciones. Los médicos usan
ahora un término para dichos incidentes: “Fenómeno de acústica direccional”.
La mayoría de los pacientes se han
recuperado por completo, algunos después de rehabilitación y otros mediante
tratamientos, afirman las autoridades. Muchos ya volvieron a sus trabajos.
Alrededor del 25% de las víctimas presentaron síntomas durante largos periodos
o que persisten hasta la fecha.
A principios del año, Estados Unidos
señaló que los médicos encontraron que los pacientes habían sufrido
conmociones, conocidas como un leve trauma cerebral, pero fuera de eso no tenían
mayor certeza de lo que ocurría en el cerebro de las víctimas. A menudo las
conmociones se diagnostican basándose únicamente en los síntomas.
Estudios han encontrado conmociones y
daños en la materia blanca en soldados que sobrevivieron a explosiones en las
guerras de Irak y Afganistán, pero no tenían otros daños físicos. Pero esas
lesiones eran atribuidas principalmente a las ondas de choque de las
explosiones. Ninguno de los pacientes de La Habana reportó explosiones ni
golpes en la cabeza.
Expertos médicos externos señalan que
cuando se cuenta con una muestra de pacientes tan reducida es complicado
establecer una causa y efecto.
“Lo que te tienes que preguntar cada
que observas algo en un escaneo es: ¿se debe a un episodio de estímulo, o era
algo preexistente y sin relación a lo sucedido?” dijo el doctor Gerard Gianoli,
especialista en neurología de Luisiana.
Mientras Cuba trabaja para limitar
los daños a su reputación y economía, su gobierno ha realizado reportajes
televisivos y una cumbre vía internet sobre su propia investigación. Expertos
cubanos han llegado a la conclusión de que las acusaciones de Washington son
científicamente imposibles.
Los cubanos han exhortado a Estados
Unidos a que difunda información de los hallazgos. Los investigadores del FBI
han pasado meses comparando casos para precisar qué factores coinciden en
parte.
Los funcionarios federales dijeron a
la AP que, hasta el momento, los investigadores han determinado:
_ El sonido más frecuente que
reportaron los pacientes fue un chirrido agudo, como al rallar un metal. Una minoría recordó un
sonido grave, como un murmullo.
_ Algunos de ellos estaban dormidos y
el sonido los despertó, a pesar de que otras personas que dormían en la misma
cama o habitación no escucharon nada.
_ Vibraciones acompañadas
ocasionalmente por el sonido. Las víctimas dijeron a los investigadores que se
sentían como el paso rápido del aire cuando una ventanilla del auto está
parcialmente abierta.
_ Los más perjudicados supieron de
inmediato que algo les estaba afectando el cuerpo. Algunos desarrollaron
síntomas visuales en cuestión de 24 horas, incluida una dificultad para ver con
claridad una pantalla de computadora.
Estados Unidos aún no identifica
medidas preventivas específicas que a su juicio podrían mitigar el riesgo para
los diplomáticos en La Habana, dijeron los tres funcionarios, aunque no se han
reportado nuevos incidentes desde finales de agosto. Una vez que los
estadounidenses comenzaron a enfermar a finales del año pasado, el Departamento
de Estado adoptó un nuevo protocolo para sus trabajadores antes de que partan
hacia Cuba, que incluye análisis sanguíneos y otros estudios de referencia. En
caso de que presenten síntomas posteriores, los médicos pueden volver a
realizar los exámenes y comparar las muestras.
Los doctores aún desconocen las
consecuencias médicas a largo plazo y prevén que los epidemiólogos, que llevan
registros de los patrones de enfermedades en las poblaciones, monitoreen de por
vida a los 24 estadounidenses. Ya se realizan consultas con los Centros para el
Control y la Prevención de Enfermedades. AP
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