Macron reunirá a oposición y a "chalecos amarillos" para buscar una salida
Macron se dejó ver a primera hora
en la zona más afectada por los tumultos de ayer -el Arco del Triunfo y sus
avenidas- para comprobar los daños provocados por las protestas contra la
subida de impuestos al carburante.
Después se reunió después en el
Elíseo con Philippe; el ministro del Interior, Christophe Castaner; el
secretario de Estado de Interior, Laurent Nuñez; la ministra de Justicia,
Nicole Belloubet, y el ministro de Ecología, François de Rugy.
No hubo comunicado tras el
encuentro ni intervención del presidente, a quien políticos y prensa nacional
esperaban escuchar, tras solo haber hecho una breve referencia desde Buenos
Aires, donde participaba en la cumbre del G20.
"Siempre respetaré el
desacuerdo, siempre escucharé a la oposición pero jamás aceptaré la
violencia", dijo el sábado.
Según fuentes del Elíseo, Macron
instó a Philippe a reunirse con los jefes de los partidos con representación
parlamentaria y con los representantes de los manifestantes, sin dar una fecha
concreta, con la voluntad de "dialogar". Y solicitó además una
"reflexión sobre la adaptación del dispositivo de mantenimiento del orden
en el futuro".
Philippe podría encontrarse de
nuevo con la inverosímil situación que vivió el pasado viernes tras haber
invitado a una delegación de "chalecos amarillos". Solo se
presentaron dos miembros de este colectivo: uno que quiso guardar el anonimato
y otro que se marchó minutos después de llegar ante la negativa del primer
ministro a que se filmara la reunión.
Antes de irse, este "chaleco
amarillo" dijo a la prensa que había recibido fuertes amenazas y presiones
por parte de otros miembros del movimiento para no acudir a la cita pues
"no les representaba".
Sin organización de por medio y
dada la diversidad y disparidad de visiones de los insurrectos -cuyo elemento
común es únicamente vestir esta prenda de seguridad vial-, el diálogo se
anuncia complicado.
En su tercer sábado de movilización
contra la nueva subida de impuestos al carburante y el endurecimiento del coste
de vida, la protesta se saldó con 682 detenciones en toda Francia (412 en
París) y 263 heridos, entre ellos cinco graves y 81 miembros de las fuerzas del
orden.
Los enfrentamientos con las
autoridades y las imágenes de violencia, con establecimientos públicos y
privados en llamas, vehículos calcinados y destrozos en un gran número de
comercios se reprodujeron ayer en menor o mayor escala en París, Marsella o Burdeos
y los "chalecos amarillos" llaman ahora al "Acto 4".
En Facebook, red social que han
utilizado para organizarse hasta la fecha y en la que líderes improvisados
difunden sus consignas a través de vídeos en directo, un nuevo evento fechado
el 8 de diciembre a las 07.00 GMT marca la cita de la semana que viene: Acto 4:
Todos al Elíseo (sede de la Presidencia).
Pero la infiltración de
alborotadores -3.000 en París de los 10.000 manifestantes, según Interior- y la
dificultad de diferenciarlos del resto, divididos entre los que justifican el
uso de la violencia y los que se reivindican pacíficos, amenaza con
"demonizar" al colectivo.
Antes de este sábado, los sondeos
les daban el apoyo mayoritario de los franceses.
En paralelo, el Ejecutivo insistió
la semana pasada en que no se echará atrás en la subida de las ecotasas y no
parece dispuesto a flaquear ante las demandas de los manifestantes.
Marine Le Pen, presidenta de la
ultraderechista Agrupación Nacional (AN), y Jean-Luc Mélenchon, de la
izquierdista La Francia Insumisa (LFI), solicitaron hoy la disolución del
Parlamento y la instauración de una representación proporcional.
Tanto ellos como el líder de Los
Republicanos, Laurent Wauquiez, exigieron al Gobierno que renuncie a la subida
de los impuestos, mientras que los socialistas han convocado este lunes una
reunión extraordinaria para tratar esta crisis nacional.
Ante el desbordamiento de las
fuerzas del orden en París el sábado, Castaner dijo ayer que no descartaba la
instauración del estado de emergencia - sugerencia del sindicato policial
Alliance -, pero hoy la ministra de Justicia aseguró que el país tiene otras
herramientas para garantizar el orden.
Castaner y Nuñez comparecerán el
martes en el Senado sobre el dispositivo de seguridad, que muchos critican y
tachan de anticuado, insuficiente e incluso erróneo en su análisis por haber
tratado de concentrar en una avenida a un movimiento desorganizado e
indisciplinado que de momento no responde ante ningún líder. EFE
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