Maduro expulsa a dos representantes EE.UU.

Maduro declaró personas no gratas
al encargado de negocios, Todd Robinson, y al ministro consejero, Brian
Naranjo, en un acto en el que recibió las credenciales como ganador de los
comicios del domingo, boicoteados y desconocidos por la oposición.
“Deben irse del país en 48 horas en
protesta y en defensa de la dignidad de la patria venezolana. ¡Ya basta de
conspiraciones!”, dijo el gobernante socialista.
Maduro respondió así a un decreto
firmado el lunes por su homólogo estadounidense, Donald Trump, que complica aún
más el financiamiento del país petrolero, sumido en una de sus peores crisis
económicas.
“Yo repudio todas las sanciones que
se pretenden contra la República Bolivariana de Venezuela porque le hacen daño,
generan sufrimiento al pueblo (...). Rechazo y repudio la conspiración permanente”,
agregó.
La portavoz del Departamento de
Estado, Heather Nauert, consideró “falsas” las acusaciones de Maduro, y un
funcionario dijo que se evalúan “medidas recíprocas”. Ambos países carecen de
embajadores desde 2010.
Adelantándose a una expulsión de su
encargado de Negocios en Washington, Carlos Ron, el gobierno venezolano lo
nombró viceministro de Relaciones Exteriores para América del Norte, según
anunció el canciller Jorge Arreaza. “Rechazamos enérgicamente las acusaciones
en mi contra y en contra de mi ministro consejero”, dijo por su parte Robinson
a periodistas en la ciudad de Mérida (oeste).
Maduro identificó a Naranjo como el
representante en Caracas de la agencia central de inteligencia (CIA) y dijo
tener “pruebas” de la “conspiración” de Estados Unidos y su embajada en los
campos militar, económico y político.
Maduro fue proclamado oficialmente
reelecto para gobernar hasta 2025, con un país en ruina y cada vez más aislado,
tras el rechazo de varios gobiernos que respaldaron el boicot de la opositora
Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Con una abstención electoral récord de
54%, Maduro fue reelegido con 68% de votos.
Analistas auguran un agravamiento
de la debacle socioeconómica del país, reflejada en escasez de comida y
medicinas, hiperinflación, caída brutal de la economía y de la producción de
crudo, y éxodo de cientos de miles. “Me comprometo a dar un revolcón
económico”, dijo el gobernante, al prometer prosperidad durante su segundo
mandato, que arrancará en enero de 2019. Pero Estados Unidos, que compra un
tercio de la producción de crudo venezolano y amenaza con un embargo petrolero,
busca complicarle la llegada de recursos. Trump ya había prohibido a los
estadounidenses negociar nueva deuda de Venezuela -en default parcial-, y el
lunes amplió la medida a activos y cuentas por pagar del país y la estatal
PDVSA. AFP
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