Cataluña cubre vacío de poder con nuevo líder secesionista
Quim Torra, que encabezó varios
grupos proindependentistas de la sociedad civil, se comprometió construir una
república catalana independiente trabajando a las órdenes de su predecesor en
el cargo, el cesado expresidente Carles Puigdemont.
Puigdemont está en Alemania, desde
donde intenta evitar su extradición. Las autoridades españolas lo reclaman por
supuesta malversación de fondos públicos y por orquestar una “insurrección”
para separarse de España.
El juez instructor que lleva el
caso en el Tribunal Supremo alegó que su intento secesionista de octubre
debería considerarse una “rebelión” porque empleó “violencia”, una
argumentación rechazada por los independentistas y cuestionada por los
magistrados alemanes que deciden sobre la extradición de Puigdemont.
El nuevo gobierno de Cataluña
creará un “consejo de estado en el exilio” con Puigdemont como “el presidente
legítimo” de Cataluña, dijo Torra en su discurso ante la cámara el lunes.
Torras, un abogado de 55 años,
prometió establecer una asamblea constituyente para redactar la constitución de
la nueva república catalana.
“Con la república todo el mundo
ganará derechos”, dijo Torra a los legisladores. “Nadie perderá derechos, es
para todos, voten lo que voten”.
Torra no logró la mayoría absoluta
en la primera votación parlamentaria el sábado, pero se espera que salga
elegido el lunes por mayoría simple luego de que Candidatura de Unidad Popular
(CUP), una formación independentista de extrema izquierda, anunció que se
abstendrá.
El gobierno central asumió la
administración de Cataluña tras el intento unilateral de declaración de
independencia formulado el pasado octubre en la cámara regional.
Está previsto que la tutela, sin
precedentes en España, termine cuando Torra asuma el cargo junto al nuevo
ejecutivo catalán en los próximos días, pero las autoridades españolas han
advertido que los controles podrían regresar si el nuevo gobierno vuelve a
incumplir la ley.
El movimiento independentista
catalán provocó la peor crisis política e institucional en el país en décadas.
Las encuestas muestran que los 7,5
millones de residentes en la adinerada región nororiental están divididos casi
al 50% sobre si Cataluña debería independizarse de España. Una gran mayoría
quiere resolver la cuestión en un referéndum, que según la ley actual solo
puede autorizar el gobierno de Madrid. AP
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