¿Embajada a Jerusalén? América Latina en medio de una batalla diplomática
Donald Trump reconoció en diciembre
a Jerusalén como capital de Israel y anunció el traslado allí de su embajada,
lo que desató una ola de protestas internacionales y de los palestinos. Dos
países latinoamericanos, por ahora, han seguido los pasos de Trump.
Guatemala, con su presidente Jimmy
Morales a la cabeza, instalará su embajada en la ciudad santa el miércoles,
solo dos días después de la inauguración de la nueva sede diplomática de
Estados Unidos, que coincide con el 70° aniversario de la creación del estado
de Israel. Mientras que Paraguay hará lo propio antes de fin de mes.
¿Cómo explicar estas decisiones?
El hecho de que el mandatario sea
evangelista también pesa, según Palacios, que se lamenta de “que el presidente
Morales no haga una separación entre lo que representa y lo que cree (en
religión)”.
Los evangelistas, según uno
de sus dogmas, quieren ver a los judíos reconstruir su templo en Jerusalén, lo
que debería facilitar el regreso de Cristo.
La decisión de Morales también
puede verse como un gesto de apoyo a Washington, tras haber recibido
acusaciones de la justicia de su país y de una misión antimafias de la ONU de
haber financiado ilegalmente su campaña presidencial.
Guatemala y Paraguay “siguen la
agenda de Estados Unidos. Mientras mas débiles son, más presionados se
encuentran”, resume Patricio Navia, asesor académico del Centro para la
Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL ).
¿Podrían seguir otros países?
Los acuerdos comerciales, la
“amenaza” de Irán y la ubicación de las embajadas: los israelíes y los
palestinos están llevando a cabo una intensa campaña en la región sobre
diversos asuntos. El presidente de la
Autoridad Palestina, Mahmud Abas, acaba de realizar una gira por Venezuela,
Chile y Cuba: “Esperamos que algunos países del continente americano no
transfieran su embajada a Jerusalén porque esto es contrario al derecho
internacional”, aseguró el lunes pasado en Caracas junto a su homólogo
venezolano, Nicolás Maduro.
El primer ministro Benjamin
Netanyahu realizó en tanto en septiembre pasado junto a una treintena de
empresarios, la primera visita de un jefe de gobierno israelí a América Latina.
“Aprovechando el giro hacia la
derecha en la región, Israel sigue una política activa”, señala Gaspard
Estrada, director del observatorio en América Latina del Instituto de Estudios
Políticos de París.
“No me sorprendería que otros
países de América Central sigan la agenda de Estados Unidos, pero me parece más
difícil que lo hagan países más grandes y poderosos de la región”, añade Navia,
profesor también en la Universidad de Nueva York.
Honduras, que ya se alineó con
Estados Unidos e Israel el 21 de diciembre durante el voto de las Naciones
Unidas de la resolución que condena la decisión estadounidense, aún no ha
decidido qué hará con su embajada.
Una región multilateralista
La mayoría de los países
latinoamericanos condenaron a finales de 2017 la decisión del Estados Unidos, a
la vez que confirmaron que no moverían su embajada de Tel Aviv.
Expresaron también su compromiso
con las resoluciones de la ONU al reiterar que el estatus final de Jerusalén
deben negociarlo israelíes y palestinos. Más allá de las posiciones más
radicales alimentadas por un fuerte sentimiento antiestadounidense, América
Latina “es una región donde el multilateralismo siempre ha tenido un eco
importante”, dice Gaspard Estrada.
Para Gabriel Orellana, exjefe de la
diplomacia guatemalteca entre los años 2000 y 2002, la decisión de Morales
coloca al país “al margen de las Naciones Unidas”.
“Guatemala sacrifica su inserción
en el universo multilateral con una relación bilateral que no aporta mayores
beneficios al país y la pone en el peligro de confrontarse con otros países del
mundo árabe sin ninguna necesidad”, alerta Orellana, que como Palacios, advierte
del riesgo de atentados en suelo guatemalteco. AFP
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