Casa Abierta denuncia no se entregan recursos de la Ley de Lavados de Activos
Desde Casa Abierta hemos insistido de forma sistemática, que son escasos los recursos destinados por
el Estado, para las instituciones que
trabajan en el tema de las drogas. Lo más grave es el pobre, o ningún aporte, a las organizaciones sociales, que son las
únicas que asumen de forma solidaria el trabajo directo con la población
afectada por los consumos problemáticos de drogas. Sin embargo, esto no excluye a las entidades
estatales como el Consejo Nacional de Drogas, y la Dirección Nacional de
Control de Drogas.
Para unas 15
organizaciones reconocidas por el Consejo Nacional de Drogas, el
artículo 33 de la ley sobre lavado de activos,
se convirtió en un modesto apoyo que de forma esporádica aliviaba las
serias limitaciones con las que operan día a día estas organizaciones. Este artículo se
mantiene vigente en la recién promulgada
Ley 155-17 contra el Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo.
Sin embargo, desde agosto del pasado año 2016, es decir, a la
fecha un año y dos meses, los recursos
por esta via ya no se entregan más. No ha habido forma de saber de dónde partió
la “orden superior”, de paralizar el cumplimiento de este artículo de la
ley. Sabemos que el Consejo Nacional de
Drogas, y la Dirección Nacional de Control de Drogas también esperan por estos
recursos. Pero son las entidades
sociales, que apenas reciben el 15% para su distribución porcentual entre
todas, las que más se afectan con esta
insensible e ilegal decisión. Son las
familias y las personas que necesitan atenciones las que sufren esta nueva
muestra de desprecio, desde el Estado.
En nuestro país mucho se ha dicho acerca de la proliferación
de leyes y del engaño que significa que las propias autoridades se sitúen por
encima de ellas. No se puede seguir diciendo que hay voluntad política de
trabajar contra las drogas, mientras se
decide violar la ley que aunque
mínimamente, favorece a las
instituciones sociales y estatales que trabajan en ello. Esta decisión, no se
sabe de quién, ahoga a estas instituciones más de lo que ya están al negarle los
recursos que por ley les corresponde.
Pero parece que eso poco importa.
Cuando el incumplimiento de una ley viene de las propias autoridades, nos
preguntamos: ¿ante quién debemos
reclamar?
Demandamos el cese de esta violación a la ley que perjudica la estrategia dominicana
contra las drogas, pero muy especialmente a las familias y personas que no
cuentan con recursos para costear su tratamiento. Solicitamos el apoyo de las personas que
hacen opinión pública y a los medios de
comunicación en general, para que nuestro reclamo se escuche más alto. Que
llegue a personas que desde el poder
parece que han olvidado su deber en el
cumplimiento de la ley, y su responsabilidad con los programas preventivos para la reducción de la demanda de drogas, así como
frente a las personas que necesitan
apoyo para su recuperación.
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