Panamá afronta "momento crítico" por flujo de haitianos y extracontinentales

Estos migrantes se encuentran en dos
puntos, entre la provincia de Darién, fronteriza con Colombia, y en otro
situado en la provincia de Chiriquí, limítrofe con Costa Rica, explicó Varela a
periodistas.
"Estamos en uno de los momentos
más críticos de la crisis migratoria del país, con más de 4.000 migrantes en
este momento, que están entre Darién y Gualaca, y la mayoría son de origen
haitiano y extracontinentales que van camino hacia Norteamérica", explicó
el mandatario.
Varela mencionó una de las crisis más
impactantes en la nación, que ocurrió en 2016 con un tránsito de 28.000
migrantes irregulares, por lo que prevé que este año se superará esa cifra.
Ante ello, la llegada incesante de
migrantes llevó a Panamá y Costa Rica a aplicar de manera conjunta un programa
llamado "flujo controlado", que es un proceso de verificación
sanitaria y también biométrico, para comparar información con bases de datos de
Estados Unidos y otros países a fin de tener un perfil de estas personas y
determinar si generan o no un alerta migratoria.
"Panamá implementa la Operación
de Flujo Controlado para defender los derechos humanos de los inmigrantes, la
población (panameña) en ningún momento se ha visto afectada por estos flujos
migratorios, por el contrario es una tarea muy profesional. Aquí se respetan
los derechos y no se permite que ningún traficante de seres humanos se
beneficie", señaló.
El jefe de Estado sostuvo que la
mayoría accede desde Colombia a través de pasos ilegales o trochas hasta llegar
a la inhóspita selva panameña del Darién. A pesar de esto, no contempla un
cierre entre la frontera natural que imposibilite la llegada de indocumentados.
"Cerrar la frontera a Colombia
sería atentar contra la vida a estas personas, a ellos lo recibimos en Bajo
Chiquito y La Peñita, dos centros de Darién, y luego lo trasladamos a Gualaca,
en donde los entregamos a autoridades de Costa Rica, unos 100 (migrantes) por
día", explicó Varela.
En cuanto a la cifra de 4.000
inmigrantes, el presidente dijo que tomará un mes el traslado hasta el país
vecino. Y los que presenten alguna anomalía en los controles biométricos se
enviarán al albergue de migración para ser deportado a su país de origen.
Agregó que los gastos para atender
esta situación procede de un "fondo de migración", con más de 35
millones de dólares, en donde se hacen los aportes al Servicio Nacional de
Fronteras (Senafront) y al Servicio de Protección Institucional (SPI), a cargo
de la operación. EFE
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