Maduro recicla opción del diálogo tras un año de su controvertida reelección

En un acto con cientos de
simpatizantes en Caracas, el líder chavista se refirió a la primera jornada de
contactos con la oposición, celebrada en Noruega la semana pasada, con el
auspicio de algunos países europeos y americanos.
"Hemos sostenido una primera
jornada con la mediación del gobierno de Noruega (...) Muy positiva, tengo que
decir, soy un hombre que cree en la palabra como vehículo para superar las
diferencias", expresó.
El gobernante insistió en que la
opción del diálogo como salida a la crisis que vive Venezuela ha sido su
bandera desde que asumió el poder en 2013 pero, matizó, esto no debe ser visto
como una debilidad de su parte.
"Ahora, no vayan a creer que soy
un bobalicón, no vayan a confundirse que soy un inocentón; creo en la paz, creo
en el diálogo, pero estoy preparando al pueblo para defender la patria, como
sea, donde sea y cuando sea", contrastó.
Por ello, bromeó al decir que está
"a Dios rogando y con el mazo dando (...) a Dios rogando y en Noruega
conversando".
Ante esta situación, pidió a sus
seguidores "ojo pelao" (atención), pues considera que los opositores
son "demasiados malucos (malvados), son demasiado malos".
"Sé con quienes estamos
hablando, estamos hablando con el diablo, que Dios nos ampare y nos proteja,
pero si con el diablo mismo hay que hablar por la tranquilidad y la prosperidad
de Venezuela, vamos a hablar con el diablo mismo", subrayó.
Maduro dijo que cree en la necesidad
de "abrir los caminos constitucionales una vez más".
"Así lo creo, voy a empeñarme
con todo mi esfuerzo y dedicación para que Venezuela tenga un acuerdo de paz
con la oposición venezolana, un acuerdo de concordia y respeto, y ellos vuelvan
al camino constitucional", sostuvo.
En ese sentido, propuso adelantar las
elecciones legislativas, previstas para 2020, como una forma de generar una
solución "pacífica" a la crisis.
Maduro remarcó que el Legislativo, de
contundente mayoría opositora, es la "única institución que no se ha
legitimado en los últimos cinco años" cuando el Consejo Nacional Electoral
(CNE) ha organizado varios comicios cuestionados, siempre con resultado
favorable para la llamada revolución bolivariana.
"Vamos a hacer elecciones. Vamos
para una solución pacífica, electoral, democrática, constitucional (...) Yo
quiero elecciones, elecciones ya", prosiguió el mandatario que vaticinó un
triunfo del chavismo, de producirse esas votaciones.
El Parlamento es el único poder en
manos de la oposición en Venezuela desde 2016 cuando el oficialismo perdió la
mayoría de los escaños luego de una aplastante victoria del antichavismo.
Desde entonces, el Tribunal Supremo
declaró al Legislativo en desacato por lo que sus actos son considerados nulos
y en 2017 Maduro auspició la conformación de una Asamblea Nacional
Constituyente (ANC), integrada solo por oficialistas, que ha asumido las competencias
exclusivas del Parlamento.
La ANC, no reconocida por numerosos
países, aprobó este lunes extender su funcionamiento hasta al menos el 31 de
diciembre de 2020, en un nuevo decreto que sustituye la anterior resolución de
agosto de 2017 que establecía su vigencia por al menos dos años.
Con el decreto, la vigencia de la
Asamblea Constituyente se extiende un año y cinco meses más, debido a que su
instalación fue el 4 de agosto de 2017, en medio de las grandes protestas
organizadas por la oposición y en que las que murieron más de 120 personas.
El pasado jueves, el líder opositor
Juan Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por medio
centenar de países, confirmó que hay contactos entre el Gobierno y la oposición
en Oslo, propiciados por Noruega, si bien ha advertido que estos deben conducir
al "cese de la usurpación" que considera que hace Maduro de la
Presidencia.
Sin embargo, el propio Guaidó aseguró
este sábado que el Gobierno de Nicolás Maduro está "tan débil" que
quiso "manipular" con un diálogo con la oposición. EFE
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