El joven autor de balacera en escuela de Florida que dejó 17 muertos estuvo en el edificio solo seis minutos
El joven, de 19 años, vestía
camiseta granate y pantalones y gorra negros. El hombre, cuyo nombre estaba
tachado en la declaración jurada ante la policía, dijo a los agentes que Cruz
se movía “deliberadamente”.
Se coló en el edificio, entró por
una escalera y sacó un rifle de su bolsa, según las autoridades. Disparó en
cuatro aulas del primer piso, retrocedió para volver a disparar en dos salas
una segunda vez, y después subió las escaleras y alcanzó a una única víctima en
la segunda planta. Corrió al tercer piso donde, según la línea temporal de los
hechos facilitada por la policía del condado de Broward, pasó tres minutos
antes de dejar el arma y la mochila y correr escaleras abajo para mezclarse rápidamente
entre los atemorizados estudiantes que huían del centro.
El senador estatal de Florida Bill
Galvano, que visitó la tercera planta del inmueble, dijo que las autoridades le
dijeron que Cruz habría intentado abatir a los estudiantes desde las ventanas
mientras salían del centro, pero que los cristales no se rompieron. La policía
dijo a Galvano que abrir las ventanas no tenía gran dificultad.
“Gracias a Dios no lo hizo”, señaló
Galvano.
Desde que Cruz entró al edificio
hasta que salió transcurrieron apenas seis minutos. En ese tiempo, disparó a
más de dos docenas de estudiantes, acabando con la vida de 17 personas.
Tras la balacera, el sospechoso se
dirigió a un supermercado Wal-Mart y compró una bebida en un restaurante de la
cadena Subway antes de entrar a un McDonald’s.
Unos 40 minutos después, tras salir
de la hamburguesería, un agente lo vio caminando por una calle de la zona y lo
atrapó. No opuso resistencia.
Entre los fallecidos están el
ayudante del entrenador de fútbol, Aaron Feis, abatido mientras protegía a los
estudiantes de las balas; Joaquin Oliver, un alumno conocido por sus looks
únicos y que una vez se tiñó el pelo de rubio con rayas de tigre; Alyssa
Alhadeff, una ávida jugadora de futbol y estudiante, y Scott Beigel, un
profesor de geografía de 35 años que ayudó a algunos jóvenes a entrar en un
aula cerrada para evitar al tirador, que terminó alcanzándolo.
Entre las al menos 1.000 personas
que asistieron el jueves en la noche a una vigilia a la luz de las velas cerca
de la escuela, algunos lloraban mientras de fondo se leían los nombres de las
víctimas.
Vestidos con el color rojo que
identifica al centro, algunos llevaban flores mientras otros mostraron letreros
en los que exigían actuar para combatir la violencia en las escuelas, incluido
el control de armas. “Los niños no necesitan armas. No a las armas con menos de
21 años”, decía uno.
En un momento dado, algunas
personas en la multitud comenzaron a gritar “¡No más armas! ¡No más armas!”
Ernest Rospierski, un profesor de
la escuela, respiró profundamente varias veces mientras hablaba con un
reportero sobre el horror que se vivió en los pasillos del centro.
“Bang, bang, bang… de repente, el
tiroteo paró”, dijo. “Miré hacia abajo. Él estaba recargando el arma. Grité:
¡Corran! Y luego corrí detrás de la mayor cantidad de chicos que pude”.
Las autoridades no describieron el
móvil específico del tiroteo, salvo que Cruz había sido expulsado de la
escuela, que tiene unos 3.000 alumnos y está ubicada en un suburbio acaudalado
donde el precio medio de una casa es de casi 600.000 dólares. Los estudiantes
que lo conocían lo describieron como un adolescente inestable cuyo extraño
comportamiento había llevado a algunos a terminar su amistad con él.
Se ordenó que Cruz permanezca
detenido sin derecho a fianza durante una breve audiencia judicial. Vestía un
mono anaranjado y tenía las manos esposadas a la cintura. Su abogada no impugnó
la decisión y colocó su brazo alrededor de Cruz durante la corta vista. Luego
dijo que él era un “ser humano abatido”.
El tiroteo del miércoles fue el
17mo incidente de ese tipo en una escuela de Estados Unidos en lo que va del
año. De ellos, uno involucró un suicidio, dos implicaron atacantes que mataron
a estudiantes, otros dos a personas que murieron durante discusiones, y tres a
personas que tenían heridas de bala pero sobrevivieron. En nueve no hubo
heridos. AP
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