¿Quiénes eran los argentinos que murieron en el atentado de Nueva York?
Hernán Mendoza, tenía 47 años, era arquitecto, estaba casado
y tenía tres hijos. Fue socio fundador del estudio de arquitectura Amascu4tro
junto a Ariel Benvenuto, su excompañero en la secundaria y uno de los
sobrevivientes del ataque.
Mendoza era un fanático del deporte. De niño jugaba al fútbol
en la escuela Renato Cesarini, dedicada a la formación de jugadores
principalmente de la provincia de Santa Fe.
Era fanático de Newell’s Old Boys, uno de los dos clubes más populares
de la ciudad. Soñaba con ser jugador profesional pero en la adolescencia se
inclinó por el rugby en el club Duendes.
Ariel Erlij, tenía 48 años y era ingeniero civil. Estaba
casado y era padre de tres varones. Fundó la empresa Ivanar, dedicada a la
producción siderúrgica. Era el de mayor poder adquisitivo del grupo. Fue quien
tomó la iniciativa de fijar una fecha para el viaje y ayudó a los amigos que no
podían costearlo.
Su vecino Averio Ososky lo definió como un emprendedor, un
tipo trabajador. Erlij era conocido por las autoridades de Rosario y Santa Fe
ya que impulsó varios proyectos de inversión.
“No nos quedan más que palabras de agradecimiento y
admiración por todo lo que hiciste por cada uno de nosotros. Fuiste, sos y
serás nuestra luz y nuestra guía en todo momento y sabemos que no hay mejor
forma de rendirte homenaje que mirar hacia adelante y seguir construyendo en la
misma dirección que nos supiste marcar”, dijeron familiares y empleados de
Ivanar.
Hernán
Ferruchi, tenía 47 años y era arquitecto. Estaba casado y era padre
de dos niñas. Había desarrollado una prolífica carrera en la constructora
Fundar. Fue uno de los autores de proyectos inmobiliarios que se desarrollaron
en una próspera zona cercana a Rosario. Compañeros de trabajo y empresarios del
sector de la construcción lo describieron como un hombre con mucha experiencia,
humilde y muy querido.
Alejandro
Pagnucco, tenía 49 años, era
arquitecto y vivía en Funes, una localidad cercana a Rosario. Apodado “Picho”,
estaba casado y tenía tres hijas, dos de ellas mellizas. Frecuentaba el club
Rowing, donde jugaba al vóley y al fútbol. Se dedicó a la arquitectura y luego
se desempeñó en el equipo de ventas de Femaco Materiales, proveedora de materiales
para la construcción. La compañía recordó “con profundo afecto” a su compañero
en su página de internet.
Diego
Angelini, tenía 48 años, era arquitecto y vivía con su esposa y cuatro
hijos. Frecuentaba el club Rowing de niño, donde jugaba al fútbol. El club
cerró sus puertas el miércoles en señal de duelo. Siguió las huellas de su
padre en el mundo de la construcción. Dirigía el estudio Angelini Arquitectos
S. C. de Rosario.
“Era una muy buena persona, profesional, correcta, querida en
la ciudad. Es muy duro para todos nosotros que se haya ido”, dijo entre llantos
a AP su padre, Luis Angelini.
Atentado. Los cinco
celebraban el trigésimo aniversario de su graduación de la secundaria en Nueva
York cuando un terrorista a bordo de una camioneta los arrolló mientras
paseaban en bicicleta por el sur de Manhattan. AP
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