General: Si el presidente de EEUU da una orden de ataque nuclear puede desobedecerse

Durante su testimonio ante la Comisión de Relaciones
Exteriores, el general retirado Robert Kehler dijo que las fuerzas armadas
están obligadas a cumplir las órdenes legales, no las ilegales. Kehler, quien
fue jefe del Comando Estratégico de enero del 2011 a noviembre del 2013, dijo
que los principios legales de necesidad militar, distinción y proporcionalidad
también se aplican a decisiones sobre el uso de armas nucleares. El comando
estaría a cargo de las fuerzas atómicas en caso de guerra.
El senador Ben Cardin, el demócrata de mayor rango en el
comité, preguntó a Kehler si es que eso significaba que el Comando Estratégico
puede rechazar una orden del presidente si es que tal mandato no pasa la prueba
de proporcionalidad y legalidad.
“Sí“, respondió Kehler, y añadió que tal situación
conllevaría a una “conversación muy difícil”. Podría hacer que el presidente
colocara a un nuevo general que cumpliera su orden, dijo Brian McKeon,
exsubsecretario interino de defensa para políticas durante el gobierno de
Barack Obama, y quien testificó junto con Kehler.
La audiencia se llevó a cabo en un contexto en el que la
amenaza de un ataque nuclear de parte de Corea del Norte sigue siendo una
preocupación seria. Los tuits burlones de Trump hacia Pyongyang han generado
temor principalmente entre los congresistas demócratas, que creen que el
presidente podría estar incitando a una guerra contra Corea del Norte.
“Estamos preocupados de que el presidente de Estados Unidos
sea tan inestable, tan volátil, tenga un proceso de toma de decisiones
quijotesco, que podría ordenar un ataque con armas nucleares que está sumamente
lejos de los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos”, dijo el
senador demócrata Chris Murphy, muy crítico de Trump.
Pero si se determina que la orden de un presidente de
disparar armas nucleares, aun cuando fuera de manera preventiva, es legal y
razonable, no hay nadie que lo pueda parar.
No lo puede detener el Congreso ni su secretario de Defensa.
Y consecuentemente, tampoco podrían detenerlo los funcionarios militares a los
que su posición obliga a ejecutar la orden.
Un presidente que decidiera lanzar un ataque nuclear — ya sea
en represalia por un impacto atómico o en anticipación a uno — primero tendría
que sostener una conferencia de emergencia con el secretario de Defensa, el
presidente del Estado Mayor Conjunto y otros asesores. El comandante del
Comando Estratégico, actualmente el general de la Fuerza Aérea John Hyten,
tendría que informar al mandatario sobre las opciones de ataque, y el
presidente tomaría la decisión.
El mandatario comunicaría su decisión y transmitiría su
autorización a través de un dispositivo llamado balón nuclear, un maletín
cargado por un asistente militar. Está equipado con herramientas de
comunicación y un libro con planes de guerra preestablecidos.
En caso que el presidente decidiera ordenar el ataque,
tendría que identificarse con códigos exclusivos para él ante las autoridades
en el Pentágono. Esos códigos están registrados en una tarjeta conocida como
“la galleta”, que el mandatario porta en todo momento. Posteriormente
transmitiría la orden de lanzamiento al Pentágono y al Comando Estratégico.
Blair, el exfuncionario de lanzamiento de misiles, señaló que
no hay manera de revertir una orden presidencial. Y no hay forma de detener los
misiles una vez que hayan sido lanzados. AP
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