Críticas a Irak abren debate sobre estrategia estadounidense
El grupo
Estado Islámico, que ya controlaba un amplio territorio de importancia
estratégica en Oriente Medio, tomó hace una semana Ramadi, en el centro de
Irak, reavivando las preocupaciones sobre la campaña estadounidense para
combatir al grupo armado.
El gobierno
de Obama ha apostado por una combinación de reentrenar y reconstruir al
ejército iraquí, presionar al gobierno chií de Bagdad para que se reconcilie
con los suníes del país y bombardear al grupo Estado Islámico desde el aire sin
comprometer tropas de tierra estadounidenses.
La
estrategia del presidente, Barak Obama, depende de que Bagdad haga concesiones
políticas a los descontentos suníes, que son una fuente de dinero y tropas para
el grupo Estado Islámico.
Pero se han
hecho pocos progresos en ese frente. Bagdad ha seguido trabajando de cerca con
milicias chiíes respaldadas por Irán, acusadas de perpetrar atrocidades contra
los suníes, una minoría religiosa en Irak que gobernó el país hasta la caída de
Sadam Husein. Estados Unidos ha intentado acercarse por su cuenta a las tribus
suníes y entrena a algunos combatientes suníes, pero esos esfuerzos se han
visto limitados por la pequeña cantidad de tropas estadounidenses sobre el
terreno.
Carter dijo
en una entrevista emitida el domingo que las fuerzas iraquíes de liderazgo chií
no habían mostrado una “voluntad de lucha” en la batalla por Ramadi, una ciudad
suní.
Aunque los
soldados iraquíes “superaban de lejos en número” a sus rivales en la capital de
la provincia de Anbar, la semana pasada se retiraron con premura sin oponer
mucha resistencia en la ciudad, corazón del Irak suní, indicó Carter en el
programa de CNN “State of the Union”. Los iraquíes dejaron atrás gran cantidad
de vehículos proporcionados por Estados Unidos, incluyendo varios tanques, que
ahora se creen en manos del grupo EI.
“Lo que al
parecer ocurrió es que las fuerzas iraquíes simplemente no mostraron voluntad
de lucha”, dijo Carter. “No estaban superadas en número, de hecho superaban de
lejos al contingente rival. Eso me dice, y creo que a la mayoría de nosotros,
que tenemos un problema con la voluntad de los iraquíes para combatir a ISIL y
defenderse a sí mismos”, dijo empleando uno de los acrónimos para el grupo
Estado Islámico.
La Casa
Blanca declinó hacer comentarios el domingo. El legislador iraquí Hakim
al-Zamili, responsable del comité de Defensa y Seguridad, describió los
comentarios de Carter como “poco realistas y sin base” en una entrevista con
Associated Press.
“El ejército
iraquí y la policía sí tuvieron la voluntad de luchar contra el grupo EI en
Ramadi, pero estas fuerzas carecen de buen equipamiento, armas y apoyo aéreo”,
dijo al-Zamili, miembro de un partido político liderado por el clérigo radical
Muqtada al Sadr, un gran crítico de Estados Unidos.
Las autoridades
estadounidenses señalaron que enviarían armas antitanque al ejército iraquí.
Pero también señaló que las fuerzas iraquíes no habían recibido orden de
retirarse de Ramadi, sino que se marcharon por iniciativa propia, atemorizadas
en parte por una fuerte ofensiva de camionetas explosivas manejadas por
suicidas del grupo EI.
Algunos de
estos vehículos bomba tenían un tamaño similar al que destruyó un edificio
federal en Oklahoma City hace dos décadas, indicó una fuente del Departamento
de Estado que habló con la prensa la semana pasada a condición de no ser
identificado. Una fuente destacada de defensa señaló que las tropas que huyeron
de Ramadi no habían recibido formación de Estados Unidos o sus socios de
coalición.
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