COVID-19: razones ocultas por las que millones de personas no se lavan las manos

Esas palabras las pronunció el año
pasado el presentador de televisión de la cadena estadounidense Fox News, Pete
Hegseth, y causaron un revuelo en internet.
Sorprendentemente, Hegseth no es el
único.
En 2015, la actriz estadounidense
Jennifer Lawrence aseguró que casi nunca se lava las manos después de ir al
baño. (Ambos dijeron más tarde que estaban bromeando).
Ese mismo año, Thom Tillis, senador
republicano por Carolina del Norte, sugirió que exigir que los empleados de los
restaurantes se laven las manos es un ejemplo clásico de sobrerregulación.
La falta de instalaciones adecuadas y
jabón en los sitios más pobres del mundo puede explicar en parte que la gente
no se lave las manos.
En los países menos desarrollados,
solo el 27% de la población tiene acceso a estas cosas. La Organización Mundial
de la Salud y UNICEF estiman que alrededor de 3.000 millones de personas
tampoco las tienen en casa.
Pero incluso en muchos países de altos
ingresos solo el 50% de las personas realmente usan jabón después de ir al
baño, lo suficiente para que consideremos hacer permanentes los saludos de
tobillo o codo.
Estas estadísticas impactan.
Lavarse las manos se considera uno de
los inventos que más salva vidas en la historia de la humanidad, ya que
contribuye al aumento de expectativa de vida promedio de 80 años en países como
Reino Unido, en lugar de unos 40 como era en 1850, cuando se popularizó por
primera vez el lavado de manos.
Y si se necesitan más incentivos, este
simple hábito de higiene también ofrece la posibilidad atractiva de evitar las
superbacterias y las pandemias.
Una revisión de 2006 encontró que
lavarse las manos regularmente puede
reducir el riesgo de infecciones respiratorias entre un 6% y un
44%.
Desde que surgió
la pandemia de covid-19, los científicos descubrieron que la cultura de lavado
de manos de un país es un “muy buen” pronosticador del grado de propagación.
Se cree que el
virus infecta principalmente a las personas a través de partículas suspendidas
en el aire, pero también puede ingresar al cuerpo después de que una persona
toca objetos contaminados y luego su cara.
Resulta que no
lavarse las manos al salir del baño no solo se debe a la pereza.
Existen una serie
de factores psicológicos que desalientan a las personas a
lavarse las manos.
Y los expertos de
todo el mundo esperan comprender prejuicios ocultos para poder llevarnos a ser
más higiénicos.
“Un problema con
el lavado de manos es que, especialmente en los países desarrollados, una
persona puede saltearse lavarse las manos muchas veces y no se enfermará”, dice
Aunger.
Y cuando se
enferma, varios días después, ese momento del olvido de lavado de manos también
habrá quedado perdido en su memoria.
“Incluso con el
coronavirus, dicen que la demora entre la infección y la aparición de cualquier
síntoma es de cinco o seis días, por lo que la conexión es muy difícil” de
hacer.
Cuidado con el
optimismo
El “sesgo de
optimismo” implica creer que las cosas malas tienen menos probabilidades de
sucedernos a nosotros que a otras personas.
Esta perspectiva irracionalmente
positiva es universal.
Se la encuentra en
diversas culturas humanas y en la demografía, como el género y la edad, e
incluso en algunos animales, como los pájaros estorninos y las ratas.
Este autoengaño
puede ser en parte responsable de hábitos como fumar, o por qué muchas personas
eligen tarjetas de crédito que terminan costándoles dinero.
También puede
evitar que algunas personas se laven las manos.
Un estudio,
realizado en una universidad de Nueva York en medio de la pandemia de la gripe
porcina (H1N1) de 2009, encontró que los estudiantes que tenían niveles más
altos de ese optimismo poco realista eran menos propensos a lavarse las manos.
Mientras tanto,
aquellos que tenían una mayor confianza en su capacidad de controlar sus
propias vidas eran lo contrario.
El sesgo de
optimismo también fue encontrado en estudiantes de enfermería, que tienden a
sobreestimar su conocimiento de las buenas prácticas de higiene de manos, y las
personas que manejan alimentos para sus trabajos, que constantemente subestiman
su riesgo de causar intoxicación alimentaria en otros.
Las normas
sociales importan
Una gran pista
sobre la importancia de la psicología en el lavado de manos radica en la
extraordinaria gama de prácticas de higiene de manos en diferentes culturas de
todo el mundo. BBC
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