Nueva York y su despedida a Junior, “el ángel del Bronx”
Nueva York, Estados Unidos.- El brutal asesinato horrorizó a
Nueva York. Un adolescente de origen dominicano de 15 años fue asesinado a
golpes de machete tras ser arrastrado fuera de un almacén en el Bronx por
presuntos pandilleros que lo confundieron con otro joven.
Lesandro Guzmán Feliz soñaba con
ser policía de adulto. Pero mientras sus compañeros comenzaban sus vacaciones
escolares, su cuerpo yacía en un ataúd, rodeado por familiares y amigos que
acudieron el miércoles a su funeral.
El ataque del 20 de junio, que fue
filmado por cámaras de seguridad, despertó la indignación sobre la violencia
pandillera en el Bronx, así como quejas sobre estereotipos injustos de jóvenes
latinos, desconfianza en la policía y una pregunta: ¿por qué nadie ayudó a
Junior?
Devastó a sus padres y a quienes lo
conocían, conmocionó a la comunidad hasta el tuétano y llevó a celebridades
como la megaestrella Rihanna y la rapera Cardi B a unirse a llamados de
justicia por la muerte del joven conocido como Junior.
Apuñalado en el cuello a una
distancia de un minuto de su casa, el muchacho llegó corriendo, solo, al
hospital St. Barnabas, donde fue declarado muerto.
La policía acusa del crimen a los
Trinitarios, una pandilla neoyorquina de origen dominicano, que buscaba al
parecer a otro hombre que filmó un video donde se ve en el fondo a una
adolescente -pariente de un pandillero- manteniendo relaciones sexuales y lo
confundieron con Lesandro.
"No dejaremos piedra sin
levantar", prometió el detective jefe de la policía Dermot Shea. "No
toleraremos criminales en las calles del Bronx".
"Desconsolados"
El asesinato particularmente brutal
del chico conocido por su gran sonrisa, personalidad amistosa y buenos modales
provocó una avalancha de pistas que llevaron al arresto y la acusación a ocho
hombres de asesinato, homicidio culposo y agresión.
Pero una semana tras la muerte de
Lesandro, el almacén donde intentó esconderse sigue cerrado, y la acera se ha
convertido en un altar dedicado al joven, con un mar de velas, globos, ositos
de peluche y mensajes que lloran al "ángel del Bronx".
Decenas de activistas locales y
residentes protestan allí, gritando en español y en inglés "Justicia para
Junior" y "15 para siempre".
"Necesito justicia para mi
hijo. Es mi hijo menor, mi pequeño bebé y esto no puede volver a suceder a
ningún otro chico", dijo a periodistas la madre de Lesandro, Leandra
Feliz, dos días antes del funeral.
"Mi corazón está
destrozado", dijo su padre, Lesandro Guzmán, que acaba de tatuarse un
retrato de su hijo en el dorso de su mano.
Cientos de personas colmaron la
iglesia de Nuestra Señora del Monte Carmel para su funeral, incluidos
funcionarios, policías y jóvenes de su programa Explorador, al que Lesandro
pertenecía con la esperanza de convertirse un día en agente de la ley a tiempo
completo.
"Todo el mundo está
desconsolado", dijo a la AFP Manny Oquendo, el profesor de música de
Lesandro. Culpó del asesinato a "la violencia sin sentido, la ignorancia,
la furia y un caso de identidad errónea".
"Estoy seguro de que tenían
miedo de las repercusiones, pero deberían haber hecho algo", dijo Oquendo,
tratando de explicar por qué las personas del almacén no ayudaron a Junior, que
buscó esconderse allí de los pandilleros.
"Vergüenza en EEUU"
"Creo que hay ahora una toma
de conciencia y espero que crezca", dijo Oquendo. "Pero no veo ningún
cambio permanente o duradero a partir de esto".
En el funeral, un sacerdote lamentó
"la maldad" detrás del asesinato y urgió a los asistentes a
"decir no a la violencia, que es un sustituto falso de la búsqueda de
sentido y propósito".
Fuera, centenares corearon
"Justicia para Junior" cuando quienes portaban el féretro, vestidos
con camisetas de los Yankees, salieron de la iglesia portando el ataúd. Decenas
de personas vestían camisetas blancas con la foto de Lesandro.
"Fue horroroso", dijo
Joe, de 36 años, gerente de un restaurante y padre de un niño de siete años,
que no quiso dar su apellido.
"Todo el mundo se quedó ahí,
mirando como lo arrastraban", afirmó. "Como padre, no puedo ni
imaginar lo que está viviendo la familia".
Una página Go Fund Me ha recaudado
más de 287.000 dólares. La escuela donde estudiaba Lesandro se declaró
"destrozada" por la pérdida de un alumno "amable, dulce,
respetuoso, que siempre sonreía y tenía tanto potencial".
"Es un abuso lo que hicieron
con este muchacho", dijo a la AFP una empleada de la escuela, Blanca
Maldonado, de 54 años, mientras el ataúd era subido a un automóvil. "Es
una vergüenza que esto haya sucedido aquí, en Estados Unidos". AFP
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