Lula podría cambiar la cárcel por su casa en septiembre con reducción de pena

La disminución de la condena, que
en la primera instancia fue de nueve años y luego se amplió a doce en la
segunda, fue decidida de forma unánime este martes por los cuatro miembros de
la Quinta Sala del Tribunal Superior de Justicia.
Esa corte, que actúa como tercera
instancia, analizó una larga serie de apelaciones presentadas por la defensa
del expresidente, de 73 años, que incluían pedidos hasta para anular la causa,
la primera en la que ha sido condenado y por la que ingresó a la prisión el 7
de abril del año pasado.
Los recursos fueron negados uno a
uno, pero los jueces fueron unánimes en relación a que la pena dictada en
segunda instancia, que aumentó la de la primera, fue "excesiva", por
lo que la redujeron a ocho años, diez meses y 20 días.
El camino para la reducción de la
pena lo abrió el juez Félix Fischer, instructor de la Quinta Sala, quien llegó
al mismo cálculo de condena que los tres magistrados que le siguieron en el
voto.
El caso se refiere a la primera
pena dictada contra Lula en la segunda instancia, por corrupción pasiva y
lavado de dinero, una vez que la Justicia consideró probado que recibió a modo
de soborno un apartamento de tres plantas en la ciudad costera de Guarujá, en
el estado de Sao Paulo, a cambio de favorecer a la constructora OAS en
contratos con Petrobras.
Según las leyes brasileñas, Lula
podría solicitar la prisión domiciliaria una vez que cumpla una sexta parte de
la pena, lo que ahora ocurrirá en septiembre próximo.
Sin embargo, sobre Lula ya pesa una
segunda condena a otros 12 años de cárcel en un caso muy similar, pero dictada
hasta ahora solamente en primera instancia y aún no confirmada en la segunda,
lo que es requisito para ingresar a la prisión.
En caso de que se ratificara esa
pena en la segunda instancia, lo que podría ocurrir durante el primer semestre
de este año, pudiera verse frustrada la posibilidad de que el exmandatario pase
a cumplir lo que resta de su primera condena en su domicilio.
Esa causa, a la que se suman otras
seis aún en trámite, se refiere a un asunto casi idéntico al del apartamento en
la playa de Guarujá, pues trata de una casa de campo en el interior del estado
de Sao Paulo, que también le habría sido entregada a título de soborno.
Desde que fue encarcelado, Lula
permanece en una celda especial, de 15 metros cuadrados y adaptada a su
condición de expresidente en un edificio de la Policía Federal en Curitiba,
ciudad del sur del país en la que tiene sede el tribunal a cargo de la
operación Lava Jato contra la corrupción, en el marco de la que fue condenado.
La diputada Gleisi Hoffmann, quien
preside el Partido de los Trabajadores (PT), fundado por Lula en 1980, celebró
la decisión tomada este martes por el Tribunal Superior de Justicia, aunque reiteró
su convicción en torno a la inocencia del exsindicalista.
"Lula es inocente y merece ser
absuelto, pero los votos por la reducción de la pena muestran el nivel de
persecución y arbitrio que ha sufrido", afirmó Hoffmann, quien citó entre
los "victimarios" del exmandatario al ahora ministro de Justicia,
Sergio Moro, quien como juez de primera instancia lo condenó a nueve años de
cárcel.
En las filas del oficialismo,
dirigentes de la base que apoya al Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro,
uno de los principales antagonistas políticos de Lula, se intentó minimizar la
decisión de la Justicia.
"Sigue siendo un condenado. No
ha sido absuelto y, dónde sea, será un delincuente cumpliendo una pena por sus
crímenes", dijo el diputado Daniel Coelho, jefe del grupo del conservador
partido Ciudadanía en la Cámara baja.
Más contundente fue el diputado
Luciano Bivar, presidente del Partido Social Liberal (PSL), que sirvió de
plataforma electoral a Bolsonaro, quien dijo en forma lacónica que "Lula
es solamente un periódico de ayer". EFE
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