Haitianos se quedan con la mitad de los empleos en Jimaní
Jimaní- La débil vigilancia de este lado de la frontera y la densidad
poblacional del lado haitiano son identificados como los dos grandes problemas
que tiene que enfrentar el gobierno para frenar la presencia extranjera en
territorio dominicano.
El economista y profesor de la
Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Wagner Gomera Aquino, quien ha
estudiado el fenómeno desde el punto de vista del comercio transfronterizo,
identificó la densidad poblacional como un gran problema, porque mientras de
este lado del lindero fronterizo el número de habitantes por kilómetro cuadrado
es de 40, del otro lado, en Haití, es de 250.
Asegura que eso es lo que provoca
una gran movilidad hacia este lado, imposible de controlar, porque las
carencias del otro extremo se perciben en todos los servicios y en la
producción de alimentos para su sustento.
“Sin escuelas, sin hospitales, sin
comida, se ven forzados a venir a este lado a buscar todo eso”, afirma el
educador.
El académico Gomera Aquino indica
que es preocupante la porosidad que existe en la frontera y el propio gobierno
haitiano ha identificado 62 puntos o pasos fronterizos, de los cuales solo son
visibles tres o cuatro, mientras que en estudios realizados, en los que él ha
participado como investigador, han sido cuantificados 31.
Una voz comunitaria
La presidenta del Consejo
Provincial de Juntas de Vecinos de Jimaní, Anin Venecia Vólquez Trinidad,
asegura que la masiva presencia de extranjeros del vecino país en Jimaní se ha
convertido en una amenaza, al punto de que 90% de los trabajadores agrícolas y
domésticas son de origen haitiano, desplazando la mano de obra dominicana,
debido a los bajos salarios que les pagan.
Considera que todo eso pasa porque,
además de la débil vigilancia, existe una abierta complicidad entre las
autoridades haitianas, las dominicanas y los que se dedican a trasladar a los
haitianos por diferentes vías a suelo dominicano.
Otro incentivo a la inmigración
haitiana, según la dirigente comunitaria, es que esa parte de Haití está
“absolutamente desconectada” de Puerto Príncipe y de las principales ciudades
de ese país, lo que resulta un tanto inmanejable y menos controlable.
Lo que para ella es contradictorio
es que, mientras existen los llamados “puestos de control o chequeo” para
contrarrestar la entrada ilegal de haitianos y de otras nacionalidades, “por la
misma puerta principal se observa el trasiego de extranjeros sin que se les
requiera ningún documento”.
Indica que es por eso que la masiva
presencia haitiana en este municipio fronterizo, común cabecera de la provincia
Independencia, preocupa a sus habitantes, quienes ven a las autoridades hacer
poco para evitar la entrada de tantos extranjeros sin documentación.
“Es preocupante que no exista un
verdadero control migratorio, que frene de una vez y por todas la presencia haitiana
no regulada en este municipio, donde el movimiento de haitianos y dominicanos
es casi similar”, aseguró.
Un drama
Como en otras comunidades
fronterizas, también en Jimaní, familias completas de haitianos han establecido
sus residencias y adquieren propiedades, pero a nadie llama la atención esta
situación que para la líder de las juntas de vecinos es “muy grave”.
La dirigente comunitaria asegura
que para protegerse los haitianos se hacen miembros y hasta “pastores” de
iglesias, las cuales –dice- los acogen y dan protección, evitando que, en caso
de que se quiera tomar alguna acción de repatriación, no se materialice porque
se amparan en la religión y nada se puede contra ellos.
Cura no ve peligro
Mientras para muchos, la presencia
masiva de haitianos es un peligro para los dominicanos, para el sacerdote de
nacionalidad haitiana Daniel Samuel, perteneciente a la iglesia episcopal San
Juan Apóstol, esto no constituye ninguna amenaza.
Samuel admite, sin embargo, que “es
bastante alta” la presencia activa de sus compatriotas en esta demarcación,
pero la minimiza y considera que esta no constituye una amenaza para los
dominicanos.
El religioso indica que “se habla
de invasión haitiana a ciudades de República Dominicana, pero eso es solo una
estrategia de los enemigos internos en los dos países para mantener el
conflicto entre los dos pueblos, para ellos obtener pingu¨es beneficios”.
Aumenta el delito
La gobernadora de la provincia
Independencia, profesora Altagracia González, manifestó que la presencia
haitiana en la localidad es del conocimiento de todos.
La funcionaria se resigna indicando
que “casi todos los países del mundo que tienen frontera terrestre, confrontan
esa misma situación”.
“El presidente (Danilo Medina) ha
querido resolver el problema y lo está resolviendo, pero ustedes conocen de la
situación más que cualquiera, pero, además, también saben ustedes que son
demasiados los haitianos”, dijo la representante del Poder Ejecutivo, quien
rehusó ser entrevistada por LISTÍN DIARIO personalmente y envió su opinión vía
whatsapp.
A pesar de la postura de la
funcionaria, los pobladores de la fronteriza ciudad de Jimaní, entienden que no
se hace lo suficiente para contrarrestar la que califican “invasión haitiana”,
a la que atribuyen el aumento de los delitos y violaciones sexuales en esta
localidad.
Militares
Periodistas de este diario
recorrieron las oficinas del Departamento Operativo de Inteligencia Fronteriza
(DOIF), organismo del Ministerio de Defensa, adscrito al Cuerpo Especializado
de Seguridad Fronteriza (Cesfront), donde comprobaron la existencia de algunos
ordenadores y otros equipos tecnológicos que son usados para el trabajo de
chequeo de los extranjeros que buscan ingresar a República Dominicana.
Un militar dijo, a cambio de
proteger su identidad, que ese organismo cuenta con las herramientas
tecnológicas suficientes para detectar cualquier acción ilegal producida en
este punto fronterizo.
Su responsabilidad es evitar la
entrada al país de indocumentados extranjeros, por el tráfico de armas, drogas,
traer productos sin permiso como el ajo y otras acciones delictivas, pero los habitantes
de aquí creen que el trabajo desarrollado por los militares es insuficiente y
no detiene la invasión haitiana en Jimaní, ni controla la entrada de productos
ilegales.
Fuente: www.listindiario.com.do
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