Al menos 42 muertos en el peor accidente de tráfico en Francia desde 1982
Otras cuatro personas se encuentran heridas, dos de ellas de
gravedad, con importantes quemaduras provocadas por las llamas que envolvieron
a ambos vehículos tras la colisión y que explican el elevado número de víctimas
de la tragedia que tuvo lugar en el término municipal de Puisseguin.
Entre los fallecidos se encuentran el conductor del camión y
41 de los 49 ocupantes del autobús, mientras que entre los supervivientes está
su chófer.
La tragedia tuvo lugar en torno a las 07.30 horas de la
mañana (05.30 horas GMT), apenas una decena de minutos después de que un grupo
de jubilados subiera al autobús en Petit Palais para disfrutar de una excursión
de un día en el vecino departamento de Bearn, organizada por el club de la
tercera edad del pueblo, de menos de 800 habitantes.
Eran los últimos que se sumaban a la ruta, que previamente
había atravesado otras pequeñas localidades colindantes recogiendo a
excursionistas.
El conductor del autobús tomó la departamental 17 en
dirección al sur, una sinuosa carretera que jalona la región de Saint-Emilion,
bordeada de viñas y de frondosos bosques.
A la salida de una curva cerrada se encontró de frente con un
camión de transporte de madera, sin carga, que había perdido el control y
bloqueaba la vía.
El conductor del autobús no pudo evitar la colisión, pero
tuvo tiempo de abrir las puertas del vehículo, lo que permitió a algunos
pasajeros salvar la vida, según el relato del alcalde de Puisseguin, Xabier
Sublett.
El violento choque provocó que ambos vehículos se
incendiaran, lo que elevó una importante columna de humo.
La inmediata llegada de los servicios de urgencias solo pudo
constatar la muerte de la mayor parte de los viajeros.
Un hospital de campaña fue levantado en el lugar para tratar
a los heridos, dos de los cuales fueron evacuados de urgencia a un centro
hospitalario de Burdeos ante la gravedad de su estado.
Más de 200 agentes de los servicios de socorro se trasladaron
al lugar del accidente, donde enseguida comenzaron las labores de rescate de las
víctimas y su identificación, al tiempo que se montó un equipo de apoyo
psicológico a los allegados.
La Fiscalía de Libourne abrió una investigación sobre las
circunstancias del drama y un grupo de agentes especializados de la Gendarmería
se trasladaron al lugar de los hechos para recolectar indicios.
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