Papa Benedicto XVI visita México y Cuba


MEXICO, (AP).- Para su primera visita a territorio hispano en Latinoamérica, el Papa Benedicto XVI escogió a dos países muy distintos: al que tiene más católicos, México, y al que menos tiene: Cuba. En México, muchos pueblos celebran fiestas patronales para los santos de su devoción, algunos peregrinos caminan arrodillados hasta iglesias y altares a cambio de un milagro y muchos se persignan cuando pasan frente a una iglesia o a cualquiera de los cientos de altares de la Virgen de Guadalupe que vecinos han erigido en sus calles.

En Cuba, el aborto es legal, divorciarse es fácil y no trae ningún tipo de sanción social y las iglesias católicas están vacías casi siempre. Lo que ambos países tienen en común con el itinerario papal es la falta de conexión con un Pontífice alemán, con fama de académico, sin el arrollador carisma de su antecesor y que no se siente del todo cómodo con las tradiciones religiosas latinas, que muchas veces incluyen ritos sincréticos y santos que no son reconocidos por la propia iglesia Católica.

Los católicos de ambos países conservan la esperanza de que la visita de Benedicto XVI cierre la brecha que ha crecido entre el Vaticano y una región que se formó en las entrañas del catolicismo.

Al Papa le permitirá congraciarse con una feligresía que ha estado abandonada los últimos siete años, desde la muerte de Juan Pablo II y saldar, así, "una deuda... con la América hispana", como dijo al diario local "Informador" Juan Sandoval Iñiguez, arzobispo emérito de Guadalajara y uno de los más reconocidos cardenales mexicanos.

Benedicto XVI ya pisó suelo americano en dos ocasiones, Brasil en 2007 y Estados Unidos en 2008, pero será la primera vez que llegará a las tierras de la América hispana, en momentos en que la cantidad de católicos que hablan español ha disminuido ostensiblemente.

Según el propio Vaticano, América cuenta con la mitad de los católicos del mundo pero los países con el mayor número de fieles (Brasil y México) han visto un declive constante. En Brasil, el porcentaje de católicos cayó de 84% en 1995 a 74% en 2000. Para 2010 la estimación era que ya sólo un 68% profesaban esa religión.

En México, mientras, el porcentaje de católicos se mantuvo hasta la década de 1980 por encima del 90% de la población. En 1990 bajó a 89,7%, en 2000 a 88% y para 2010 está cerca de 84%. En ambos casos, se trata de las cifras más bajas desde la segunda mitad del siglo XIX, cuando comenzó a contarse el número de católicos.

Reneé de la Torre, académica del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) en México, dijo a la AP que el declive del catolicismo en la región debe preocupar a la iglesia.

"(Se trata de) gente que decide salir del catolicismo para ya no tener religión por una decepción frente a la institución... los que han decidido optar por incorporarse a otras religiones o, aquellos que son heterodoxos, que deciden no salir del catolicismo como tal, pero sí emprender búsquedas espirituales en otro grupo de tradiciones sobre todo orientales, ’new age’, indígenas", dijo la investigadora.

Benedicto XVI enfocó sus esfuerzos en enfrentar el escándalo de la pederastia de sus sacerdotes en el mundo y revitalizar la fe católica europea luego de que la iglesia reconociera una crisis de fe.

En 2010, el Pontífice anunció la creación de una oficina para luchar contra la secularización y la reevangelización de Occidente, que fue interpretado, por estudiosos del Vaticano, como un intento de vigorizar la fe del viejo mundo. "El Papa ha mostrado una clara intención por Europa", dijo a la AP Bernardo Barranco, un experto del Centro de Estudios Religiosos de México.

Benedicto XVI visitó España en tres ocasiones --Valencia, en 2006, Santiago de Compostela y Barcelona en 2010 y Madrid en 2011-- lo que convierte al país ibérico, junto a su natal Alemania, en la nación más visitada en sus casi siete años de pontificado. Su último viaje a España tuvo lugar en agosto pasado.

Centenares de miles de peregrinos de 200 países diferentes acompañaron a Benedicto XVI en la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid. Multitudes se congregaron ante el Papa durante los cuatro días de su visita pastoral, en la que hizo hincapié en uno de los mensajes clave de su papado: la recuperación de las raíces cristianas de Europa.

En cambio su antecesor, Juan Pablo II, hizo su primer viaje a Latinoamérica y específicamente a tierras de habla hispana, incluido México. Benedicto XVI escogió su país natal como primera parada. El secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, monseñor Víctor René Rodríguez, dijo a la AP que la visita del Papa "nos anima a los católicos a tomar conciencia de nuestro papel para influir positivamente en la sociedad y retomar nuestro compromiso cristiano".

El 23 de marzo el Pontífice comenzará su periplo en Guanajuato, estado del centro de México, considerado uno de los lugares más católicos del país. Visitará tres ciudades, León, Silao y ciudad de Guanajuato.

Su arribo a México coincide con los preludios de una campaña presidencial, que para algunos podría ser aprovechado, aunque sea tangencialmente, por el conservador Partido Acción Nacional, que busca mantener el poder y tradicionalmente ha sido visto como un partido afín a la doctrina católica. También arribará a un México asolado por la violencia del narcotráfico que ha dejado más de 47.500 muertos desde 2006.

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