Informe revela programa de verano expone a beneficiarios a explotación

El documento titulado
"Iluminando el trabajo de verano: una primera mirada a los empleadores que
usan los visados de trabajo de verano J-1", analiza la situación de
quienes llegan a Estados Unidos amparados por ese programa, que solo el año
pasado cobijó a 104.512 trabajadores.
"A los defensores, trabajadores
y legisladores nos han mantenido en la oscuridad, socavando los esfuerzos para
proteger a los trabajadores J-1", advirtió en una conferencia telefónica
Rachel Micah-Jones, presidenta del International Labor Recruitment Working
Group (ILRWG), una coalición de organizaciones y académicos que buscam proteger
los derechos de los trabajadores.
Micah-Jones advirtió que los
beneficiados de este programa, cuya edad promedio es de 21 años, trabajan como
cajeros, recepcionistas, cocineros, encargados de limpieza o sirven helados,
entre otros oficios.
"Son reclutados en sus países
(República Dominicana, Irlanda, China)", explicó la experta, al advertir
que los reclutadores o empresas patrocinadoras les cobran "miles de
dólares" con la "promesa de un intercambio cultural".
Pero -prosiguió- "cuando llegan
a Estados Unidos, encuentran condiciones claramente diferentes a la promesa de
'intercambio cultural'", que "pueden amenazar su seguridad y
sustento".
Uno de los ejemplos que da este
informe explica que en el 2016, 13 estudiantes de República Dominicana se les
ofrecieron trabajo en resorts y heladerías sin embargo al llegar a Estados
Unidos trabajaban en la limpieza y lavandería de los hoteles
ofreciéndoles poca oportunidad de intercambio cultural.
Señala que cuando los estudiantes no
estaban en los trabajos vivian en lugares pequeños y de baja calidad donde
pagaban hasta 90 dólares por el alquiler.
Según informe ocho trabajadores
fueron colocados en un apartamento infectado de chinchas con un baño.
La investigación indicó que en 2015
del total de 332.540 visados J-1, 94.983 correspondieron al programa de verano,
con beneficiados procedentes de 141 países, de los cuales un 55 % eran mujeres
y 45 % hombres.
Irlanda, con 7.001 visados asignados
en 2015; Bulgaria (5.974), China (5.795), Rumanía (5.371) y Ucrania (5.348)
encabezan la lista de países de origen de los seleccionados.
Entre empresas que contratan a estos
empleados temporales destacan Disney (2.355), Cedar Fair Park (2.340), Mc
Donald's (1.735), los parques de atracciones Six Flags (1.580) y las
instalaciones de parques naturales Xanterra Parks and Resorts (1.257), según
las cifras de 2015. En total para ese año, 15.899 compañías contrataron
trabajadores amparados con este visado.
La investigación apuntó la necesidad
de regulación de este programa, descrito como popular entre los empleadores por
encima de las visas temporales H-2B.
De igual forma, indicó que está
contribuyendo a desmejorar las condiciones de los sitios de trabajo mediante la
subcontración, las franquicias y otros arreglos que han hecho a los
trabajadores "más vulnerables a abusos y a tratamiento desigual".
Además, el estudio denunció que los
empleadores han usado este programa para alterar las limitaciones numéricas de
contratación establecidas en otros programas de trabajo temporal, como el H-2B.
"Regulaciones inadecuadas y la
prácticamente inexistente aplicación del programa SWT expone a esos jóvenes
trabajadores a niveles de riesgos inaceptables", puntualizó el estudio.
El documento apuntó que los
trabajadores "rutinariamente reportan quejas sobre el trato en EE.UU.,
incluidas condiciones deplorables de trabajo y de vida" y una distorsión
entre la naturaleza del trabajo que realizan y los beneficios que reciben.
En ese sentido, recomienda que el
programa cumpla la misión de intercambio cultural bajo el cual fue creado en
1961 y que tenga una efectiva supervisión y transparencia frente a las partes
interesadas y el público.
"La famosa frase que cubre este
programa que dice 'Visa de intercambio cultural' no es más que una
falsedad", dijo a Efe Oliver, un trabajador dominicano que ha participado
en dos ocasiones, en 2014 y 2015, en esta iniciativa.
Oliver aseguró que ese visado es
utilizado "para los empleadores obtener beneficios del Gobierno y el
Gobierno en sí obtener beneficios", al suplir la escasez de mano de obra.
Según relató, su primera experiencia
fue contratado en un parque de diversiones en Ilinois, que fue "un
desastre", mientras que en su segunda visita trabajó de cocinero, pero
antes debió hacerlo en la construcción hasta que se acabó de acondicionar el
lugar, que aún no había abierto sus puertas.
"Fui víctima de explotación por
parte de mis empleadores", se quejó este joven de 24 años, quien aunque
admitió que desde siempre soñó con trabajar a EE.UU., señaló que en su
experiencia "nunca existió" un intercambio cultural real. EFE
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