Rafael Alburquerque reflexiona sobre la necesidad de aplicar correctivos al modelo de seguridad social
Rafael Alburquerque reflexiona sobre
la necesidad de aplicar correctivos al modelo de seguridad social
La República
Dominicana debe ya tomar conciencia de que
el actual modelo de la seguridad
social requiere ingentes correctivos,
puesto que un estado democrático y social de Derecho no puede aceptar pasivamente el comercio de
la salud y de la integridad física de
una persona y la desprotección al ciudadano que ya no cuenta con las fuerzas
para trabajar.
La
consideración es del ex vicepresidente de la República, Rafael Alburquerque, miembro del Comité
Político del Partido de la Liberación Dominicana en un artículo publicado en
Vanguardia del Pueblo Digital, órgano del PLD en el que prevé la desprotección al ciudadano que ya no
cuenta con las fuerzas para trabajar, como ha sucedió en otros países, como
Chile en donde se han originado fuertes protestas contra el esquema de Fondos
de Pensiones
El experto
laboralista inicia sus escrito refiriendo
una gigantesca manifestación
ocurrida en Chile hace apenas dos semanas en la que decenas de miles de
chilenos salieron a las calles a protestar con pancartas y cartelones con una
sola consigna ¡No+AFP! Esto es, no más AFP.
El
expresidente de la República rememoró que durante el período de la acumulación
en Chile todos estaban felices y contentos hasta que llegó la hora de la
verdad, que es la “la hora del llanto y el crujir de dientes”, (título del
artículo publicado en Vanguardia del Pueblo Digital) hasta que los trabajadores
se percataron de haber sido estafados para engrosar la cúspide de la pirámide
social.
“En el Chile
neoliberal de Pinochet comenzó la capitalización individual, el desmonte de la
seguridad social, como hasta ese momento se entendía, solidaria y de reparto,
con beneficios definidos, y desde el Cono Sur, fue exportada a toda América
Latina, montada en la ola de la desregulación y la privatización”, señaló
Alburquerque, en dicho artículo referido en un reporte de prensa por la
Secretaría de Comunicaciones del PLD.
Precisó que
República Dominicana no fue la excepción, ya que tenía una bajísima cobertura
en los ámbitos de salud y previsión, un Instituto Dominicano de Seguros
Sociales ineficiente, planes médicos y de pensiones ya privatizados, “en fin,
un terreno abonado para que los cantos de sirena provenientes de Chile
encontraran un medio ambiente propicio para su implantación”.
Recordó que
en una reunión con el presidente de aquel entonces, siendo secretario de Estado
de Trabajo le dijo “Señor Presidente, lo que se propone, no es seguridad
social, sino negocio asegurado”, aclarando que el debate senatorial quedó
aplazado pero en el gobierno de Hipólito Mejía se retomó y culminó con la
aprobación de la Ley 87-01 que creó el Sistema Dominicano de Seguridad Social.
Tras
ponderar los aspectos positivos y negativos de la aplicación de la ley concluye
en que al igual que en el Chile de hoy, miles y miles de trabajadores en la
República Dominicana habrán trabajado para recibir una miseria; “para enterarse
que los descuentos a sus salarios, de nada le han servido; para tomar
conciencia, de que, con sus dineros, enriquecieron más a los que más tienen;
para tener que mendigar, al final de sus vidas, que el Estado los ayude, porque
no podrán sobrevivir con el precario monto de sus pensiones”.
Todo muy
bien, pero, esos mismos logros pudieron ser alcanzados por un sistema público
de seguridad social; y que no se diga que el dinero habría desaparecido, pues
en el programa Solidaridad, que dirigimos de 2004 a 2012, traspasábamos once
mil millones de pesos al año, sin que se perdiera un centavo, y sin que hasta
hoy, haya habido una sola denuncia de irregularidades o mal manejo de fondos en
ese exitoso programa social.
Destacó que
al estallar la crisis financiera que conmovió económicamente al capitalismo a
partir del 2008, el mercado fue
desregulado, y con él, la seguridad social, que fue privatizada, “como
si la salud y la protección social del jubilado pudieran estar en manos de
particulares. La primera, controlada por intermediarios, entre el médico y el
paciente; la segunda, en manos del sector financiero. El Chile de la dictadura,
exportó el modelo; el Chile de la democracia, lo repudia y lo condena.
Expresa que
las protestas chilenas recientes se convierten en una voz de alerta y que como tal se debe actuar ahora, “ya que ya lo sabemos, por lo
que pasa hoy, allí donde se ideó y construyó el sistema. Más tarde, será la
hora del llanto y el crujir de dientes”, concluye Rafael Alburquerque su
artículo, reseñado por el PLD mediante la secretaria de comunicaciones
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