Dilma Rousseff en Senado de Brasil: las acusaciones son injustas
Por EFE- BRASILIA. La presidenta suspendida Dilma Rousseff dijo a los
senadores el lunes que se la acusa injustamente de violar las normas fiscales
en su manejo del presupuesto federal. En el inicio de su alegato en el juicio
político, dijo: “Sé que seré juzgada, pero mi conciencia está limpia. No he
cometido delito”.
Rousseff recordó a los senadores que fue reelegida en 2014
por 54 millones de votantes. Añadió que en todo momento se atuvo a la
constitución e hizo lo mejor para el país. En sus palabras, “no puedo sino
sentir la amargura de la injusticia”. La comparecencia de Rousseff en su juicio
político es la culminación de un enfrentamiento que se remonta a fines del año
pasado, cuando la oposición presentó la moción de destituirla. En los próximos
días, el Senado, en su carácter de juez, decidirá si la destituye. Varios
cientos de manifestantes concentrados frente al Congreso la aplaudieron a su
arribo.
En mayo, el Senado votó por 55 votos contra 22 suspenderla
durante 180 días mientras preparaba el juicio. Michel Temer, su vicepresidente
convertido en su némesis, asumió la presidencia interina. En caso de
destitución, Temer cumplirá el resto del período, que finaliza en 2018. Un
funcionario que tuvo acceso al alegato inicial de Rousseff dijo a The
Associated Press el domingo que su tono sería muy firme, lo que acrecentaría
las tensiones luego de los primeros tres días del juicio, en los que abundaron
insultos, gritos y una declaración del presidente del Senado de que “la
estupidez es infinita”. Se prevé un alegato de 30 minutos de Rousseff, después
de lo cual partidarios y adversarios podrán hacer preguntas.
La presidente izquierdista, que está en la mitad de su
segundo período, es acusada de violar normas fiscales para ocultar problemas
del presupuesto. Ella sostiene que no ha violado norma alguna y que sus
adversarios están llevando a cabo un “golpe de estado”. Según el funcionario
allegado a Rousseff, sus declaraciones serán “firmes, pero no arrogantes”. El
funcionario aceptó hablar bajo la condición de no ser identificado por no estar
autorizado a divulgar detalles.
El juicio es presidido por el titular de la Corte Suprema,
Ricardo Lewandowski. Frente al Congreso se erigió un gran muro para separar a
partidarios de Rousseff de los activistas a favor de la destitución. El domingo
no se permitió la presencia de gente en el lugar, que estaba totalmente
desierto. Dirigentes sindicales y de movimientos sociales dijeron que la escena
sería totalmente distinta el lunes durante el alegato de Rousseff y durante la
votación final el martes o miércoles.
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