Declaración íntegra de Eddy Olivares tras ser excluido en la escogencia de la JCE
La gratitud, que es la más grande de
todas las virtudes, es la principal motivadora del presente encuentro con la
prensa.
Como agradecido que soy les digo que
nunca olvidaré el apoyo que me brindaron las organizaciones sociales,
políticas, comunitarias, gremiales, deportivas, culturales, religiosas y
empresariales, que avalaron nuestras aspiraciones a ocupar el cargo de
presidente de la Junta Central Electoral.
De igual manera, expreso mi gratitud
eterna a los ejecutivos de los medios de comunicación que me honraron con su
apoyo, así como a las periodistas y los periodistas que hicieron de esta su
causa.
Muchas gracias a las diputadas y los
diputados de todos los partidos políticos que asumieron como suya esta lucha
por la dignidad.
Gracias a las senadoras y los
senadores, a quienes les fue impedida la libertad de votar por mí, debido a la
arbitraria y discriminadora decisión presidencial de excluirme de las ternas.
Pero, sobre todo, gracias al pueblo
dominicano, que estuvo de mi lado en la defensa del criterio de que el
requisito inconstitucional de no militar en un partido político, para poder ser
miembro de la Junta Central Electoral, no está por encima de la integridad y la
idoneidad de una persona.
Soy un hombre y ciudadano feliz y
agradecido de mi pueblo, que colmado de optimismo, pasa esta página, relativa a
la Junta Central Electoral, para iniciar la que me indique el porvenir, siempre
en defensa de los más sanos intereses del pueblo dominicano.
No haber sido seleccionado como
presidente de la Junta Central Electoral no me afectó en lo personal, el apoyo
de la sociedad ha sido el mayor y más noble triunfo que pude haber alcanzado en
esta jornada. Nunca he estado obsesionado con ser presidente de la JCE ni con
ningún otro cargo público. Lo que si me preocupa es el grave daño que la infame
intromisión, vista por todos, del Poder Ejecutivo en las funciones del Senado
de la República, le ha causado a la institucionalidad democrática.
Nada me ha decepcionado, pero me
preocupa, como dirigente y ciudadano, que rodara por el suelo, a causa de un
incorrecto compromiso, la promesa del Partido Revolucionario Moderno y del
presidente de la República de gobernar con el más estricto apego a la
institucionalidad democrática.
No obstante, albergo la esperanza de
que nuestros gobernantes superen la cultura personalista del jefismo,
implantada por las dictaduras que nos gobernaron durante los siglos XIX y XX,
que ha sido el principal motivo para la violación, como aconteció ayer, del
principio de separación de poderes por parte del Poder Ejecutivo.
Aprovecho la ocasión para sugerirle al
Congreso Nacional que sincerice y transparente los procesos de selección de los
miembros de los órganos extrapoder, como el de la JCE, en los que, en realidad,
no se toma en cuenta el desempeño de los aspirantes en las entrevistas, lo que,
por lo tanto, constituye un engaño, debido a que la decisión la toman,
exclusivamente, los principales líderes políticos o una parte de ellos. Se
trata de una tomadura de pelo a los ciudadanos que en nada ayuda a la
democracia ni a la imagen del Congreso Nacional.
Todo se ha consumado, le deseo los
mejores éxitos a los ciudadanos escogidos, encabezados por el presidente, Román
Jáquez, a quienes les expreso mi compromiso de contribuir con su gestión y con
el fortalecimiento de la Junta Central Electoral.
Finalmente, serán la historia y el
pueblo quienes juzgarán a cada uno por el comportamiento observado en el actual
proceso.
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