Víctimas de RD y otros países acusan al Papa de "contradicciones" respecto a pederastia
En una carta
abierta remitida a Jorge Mario Bergoglio, las víctimas, procedentes de países
como México, Chile, Argentina, República Dominicana, Perú y Estados Unidos,
exigen que su expresión de que "no hay lugar en el ministerio de la
Iglesia para quienes cometen esos abusos" se traduzca en acciones
contundentes.
El Papa
"está premiando a gente que debería estar en la cárcel", afirmó en
una rueda de prensa el exseminarista Juan Carlos Cruz, quien fue víctima en
Chile del sacerdote Fernando Karadima, considerado culpable por el Vaticano en
2011 por cometer abusos sexuales a menores.
Respecto a
este punto, Cruz mencionó ejemplos recientes vividos en Chile, como la
elevación a cardenal del arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, y el
nombramiento de Juan Barros como obispo de la diócesis de Osorno, ambos, según
sostiene el exseminarista, encubridores del caso Karadima.
"Le
pedimos al Papa que, al menos, cumpla lo que está diciendo, porque para los
titulares, somos todos buenos", remarcó Cruz, quien reconoce que las
víctimas chilenas se sienten "tremendamente decepcionadas" por el
Papa.
"No
bastan las palabras y algunos gestos -y menos aquellos que son ambiguos y
contradictorios-, que no corresponden a la tolerancia cero en contra de la
pederastia clerical, sino que agravan el daño a las víctimas y no generan
procesos institucionales hacia la verdad y la justicia", especifican las
víctimas en la carta.
El
exsacerdote y defensor de los derechos humanos Alberto Athié afirmó que
Bergoglio va a tener que establecer "niveles de responsabilidad"
entre los miembros de la Iglesia, tanto en relación con quienes cometieron
abusos como aquellos que les encubrieron.
Athié
también involucró en estas responsabilidades al anterior papa, Benedicto XVI,
quien "está implicado, ya que fue conocedor de miles de casos de daños
cometidos a niños y solo resolvió 400".
Esos 400
casos corresponden a sacerdotes que fueron suspendidos en secreto, y de los
cuales todavía se desconoce la identidad y el paradero, ya que el Vaticano
"no ha tenido la responsabilidad de entregar la información" a las
autoridades y hacerla pública, indicó.
El activista
pidió que la institución religiosa se sometiera a los procedimientos y reformas
estructurales recomendadas en mayo de 2014 por el Comité de los Derechos del
Niño de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y acate la legislación de
cada país.
"La
Iglesia considera que no tiene que rendirle cuentas a nadie, pero tiene que
aprender que les toca someterse al poder civil", sostuvo Athié.
Además,
denunció "la enorme complicidad entre autoridades civiles y
religiosas" en América Latina, y que "las sentencias son irrisorias
en comparación con el número de casos de víctimas".
Cruz añadió
que en la región es difícil que las víctimas de abusos sexuales salgan a la
luz, por la hegemonía de la Iglesia católica en Latinoamérica y porque en
algunos lugares se ve como una "vergüenza" que los afectados expongan
sus experiencias.
Pero a
medida que las protestas cobren fuerza, asegura el exseminarista, "saldrán
víctimas de debajo de las piedras".
Barbara
Blaine, presidenta de la asociación estadounidense Red de Supervivientes de los
Abusos de Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés), señaló que ven "un
faro de luz" en las protestas provenientes de Latinoamérica, que pueden
dar un fuerte impulso en la búsqueda de justicia.
"Es
hora de poner protección a todas las víctimas que han sufrido durante demasiado
tiempo, de las cuales no todas sobreviven porque se suicidan o caen en
adicciones como el alcohol", recordó Blaine, quien se refirió a las
víctimas que se atreven a hablar como "héroes".
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