El Gobierno argentino baja el tono crítico ante la marcha por Nisman
"En la
Argentina hay plena libertad de expresión y reunión", se limitó a decir el
jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, al ser consultado en rueda de prensa sobre
la movilización, convocada por un grupo de fiscales.
En
declaraciones a una emisora, el secretario general de la Presidencia, Aníbal
Fernández, afirmó que "iría a la marcha" si no fuera tan conocido
políticamente.
Aún así,
admitió que no participará porque "sería una provocación".
En días
previos, ambos funcionarios habían criticado con dureza la marcha tras haber
recibido apoyos polémicos, como los de la política ultraconservadora Cecilia
Pando -que suele defender aspectos de la última dictadura militar (1976-1983)-
y el abogado Andrés Rabinovich, encargado de la defensa un exjefe de policía
acusado de vínculos con narcotraficantes.
"Es
preocupante cuando muchos de los que convocan una marcha son aquellas personas
que justifican el robo de bebés de la dictaduras y abogados de reconocidos
narcotraficantes", dijo Capitanich la semana pasada.
Pese al
cambio de discurso, el jefe de ministros argentino volvió a criticar hoy al
Poder Judicial al ser preguntado sobre la petición de investigación en su
contra por la muerte de un niño indígena con síntomas de tuberculosis y
malnutrición en la provincia del Chaco (norte), de la que fue gobernador.
"La
justicia argentina solo funciona sobre una estrategia corporativa que tiene a
la desestabilización desde el punto de vista político" y es
"absolutamente dependiente del poder económico y concentrado".
Aníbal
Fernández pidió explicaciones sobre la filtración de información a medios
locales sobre la causa que investiga la muerte de Nisman.
"Si
altas fuentes judiciales habrían dado información y le habrían hecho llegar a
sus periodistas estas cuestiones -como ellos dicen-, son unos corruptos",
dijo Fernández en referencia a una nota publicada por el diario Clarín en que
pone en duda que Nisman se suicidara citando "fuentes judiciales con
acceso a las conclusiones de la autopsia".
"Si
hicieron eso, son corruptos, lisa y llanamente", denunció el secretario
general de la Presidencia al subrayar que se trata de "información
reservada".
Además, el
funcionario solicitó que la testigo del operativo realizado en casa de Nisman
la noche que se encontró su cadáver confirme ante la Justicia las graves
irregularidades en el protocolo para preservar las pruebas que reveló a los
medios.
"Una
cosa es hablar ante un medio y otra ante un juez", dijo hoy el secretario
general de la Presidencia, Aníbal Fernández, a su llegada la Casa de Gobierno.
Afirmó que
el testimonio de Natalia Fernández le parece "respetable y creíble",
aunque recordó que la fiscal de la causa, Viviana Fein, ha desmentido sus
palabras, por lo aseguró que "va a tener que ratificar sus dichos ante la
Justicia".
"Tomaban
mate y pidieron medialunas. Tocaban todo. Había unas cincuenta personas. La
fiscal preguntaba ¿la cortamos acá y la seguimos mañana?", señaló la
testigo.
Alberto
Nisman, fiscal especial de la causa sobre el atentado contra la mutua judía
AMIA, que dejó 85 muertos en 1994, murió el pasado 18 de enero de un disparo en
la sien, cuatro días después de haber denunciado a la presidenta argentina,
Cristina Fernández, por supuesto encubrimiento a sospechosos iraníes del
ataque.
El pasado
viernes, el fiscal Gerardo Pollicita solicitó a la Justicia la imputación de
Fernández, el canciller Héctor Timerman y el resto de acusados por Nisman.
Comentarios
Publicar un comentario