El Día de la Virgen de la Altagracia
Como cada 21 de enero miles de
feligreses, devotos de la Virgen de la Altagracia, irán en procesión desde
distintos puntos del país hacia la Basílica de Higuey donde se encuentra la
imagen de la “Madre Protectora de los dominicanos”.
El Día de Nuestra Señora de la Virgen
de la Altagracia es una fecha en la que muchos dominicanos veneran y profesan su fe a la madre de Jesús.
Fue en 1692 cuando fue declarada por
el poder eclesiástico de la Iglesia Católica “fiesta oficial religiosa” el día
21 de enero.
Se recuerda que monseñor Arturo de Meriño,
entonces arzobispo de Santo Domingo, pidió a la Santa Sede la concesión de
Oficio Divino y Misa Propia para el día de la Virgen de la Altagracia
suplicando, además, que fuese como festividad de precepto el 21 de enero.
Fue un 15 de agosto que el obispo hizo
la solicitud pero no se podía debido a que la Iglesia celebraba para esa fecha
el Misterio de la Asunción de la Virgen de los Cielos, el cual fue aprobado y
se dio a conocer a través de una carta del arzobispo Isidro Rodríguez Lorenzo.
En la República Dominicana fue
aprobada por ley la declaración oficial del 21 de enero como no laborable, de
fiesta nacional y religiosa en todo el territorio nacional. Esto fue aprobado
durante el gobierno de Horacio Vásquez, quien era un fiel devoto de la Virgen
de la Altagracia.
Según cuentan historiadores y
sacerdotes católicos los hermanos Trejo: Alonso y Antonio fueron quienes
habrían traído la imagen de la Virgen de la Altagracia al país. Asimismo
que en Extremadura, en la localidad de
Siruela, la virgen se le apareció a un agricultor sobre un árbol. Relatan que
de ahí se debe su nombre “la más Alta Gracia” venida de los cielos.
En la República Dominicana hay miles
de personas que hacen promesas y sacrificios a la Virgen de la Altagracia. A
cambio de salud, dinero, sacarse un premio de la lotería, encontrar novio,
casarse, viaje al extranjero, entre otros, le ofrecen a la Virgen de la
Altagracia llegar a pie a la Basílica desde zona lejanas, que toman horas y
hasta días, ir a la iglesia, llevarle un velón, dinero, dejarse crecer el
cabello, ganar cargos electivos etc.
Se conocen figuras públicas,
principalmente políticos, que han sido devotos de la Virgen de la Altagracia,
citándose entre ellos al extinto líder reformista Joaquín Balaguer y el oriundo
de Higuey, el senador Amable Aristy Castro.
La Basílica Nuestra Señora de la
Altagracia fue inaugurada el 21 de enero de 1971, debe su nombre a la virgen
patrona del pueblo dominicano. Fue concebida por los arquitectos franceses A. Dunover
de Segonazc y Pierre Dupré. Está basílica fue construida para reemplazar al
antiguo santuario que data de 1572.
El 12 de octubre de 1970 fue declarada
Monumento Nacional y el 17 de octubre el Papa Pablo IV la declaró Basílica
Menor. Esta basílica es una gran escultura gris en forma de cruz latina. La
puerta de entrada es de bronce bañada en oro y fue bendecida por el Papa Juan
Pablo II en Roma. Tiene un campanario con 45 campanas en bronce. Es un
monumento visitado por miles de peregrinos cada año, quienes acuden a pedir y
agradecer favores a la patrona del pueblo dominicano.
La histórica villa de Salvaleón de
Higüey, fundada hacia el año 1505 por Juan de Esquivel, conquistador de
Jamaica, blasonada con escudo real por orden del Rey de España, fue el primer
santuario de María en América.
El Santuario atesora valiosísimas
prendas de valor histórico, que son objeto siempre de la curiosidad de los
visitantes; entre otras se encuentran principalmente: el marco de oro y plata
de la Virgen, con incrustaciones de piedras preciosas, destacándose en él la
rica esmeralda rodeada de brillantes, que su Santidad Pío X regaló a nuestro
bien recordado Arzobispo Adolfo Alejandro Nouel en ocasión de su elección como
Presidente de la República, y que ese ilustre prelado donó a la Virgen de la
Altagracia como segura prenda de su amor y acendrada devoción; una gigantesca y
artística custodia de oro de la era colonial; un elegante trono de planta con
incrustaciones y campanillas de oro del año 1811 para sacar la procesión del
Sagrado Cuadro de la Virgen; un vistoso guion de plata obsequio del Presidente
de la Real Audiencia de Santo Domingo en el año de 1737; Igualmente, de oro y
plata una porta viático; un crucifijo, dos cálices y copones, seis varas del
palio, cruz y ciriales parroquiales, candelabros y floreros, y otros objetos
del culto de plata antigua.
Hoy la joya de mayor valor histórico,
religioso, espiritual y material con que cuenta el santuario, es la hermosa
corona de oro y piedras preciosas, rematada en una cruz de diamantes que
sostienen dos ángeles de oro macizo, de siete filos de peso, que fue
confeccionada con el oro y alhajas donados por el Pueblo Dominicano para su
Canónica y Pontificia Coronación, celebrada sobre el Altar de la Patria el 15
de agosto del año 1922.
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