Argentina despide a Nisman entre lágrimas e indignación
En una
ceremonia íntima celebrada bajo los preceptos del ritual judío y en medio de un
gran dispositivo de seguridad, el fiscal Alberto Nisman ha sido enterrado este
jueves en el cementerio israelita de La Tablada, en el denominado Panteón de
los Mártires, junto a las víctimas del atentado en la mutual judía AMIA, en
cuya causa trabajó el fiscal federal durante más de una década.
Entre
aplausos y gritos de "Nisman, presente", el cortejo fúnebre ha
partido poco antes de la diez de la mañana del barrio porteño de Núñez, donde
familiares, amigos y decenas de ciudadanos velaron el cuerpo del fiscal durante
más de doce horas. En las afueras del cementerio de La Tablada, en el conurbano
bonaerense, esperaban al cortejo fúnebre desde primera hora de la mañana varias
decenas de personas con banderas argentinas con crespones negros y carteles
alusivos a la muerte del fiscal: "Yo soy Nisman", "Justicia para
Argentina".
La
indignación de los congregados ante la puerta del cementerio ha ido dirigida
hacia el gobierno y la lentitud de la justicia: "¡Pobre patria mía! Se ha
muerto un fiscal y no sabemos por qué, estamos cansados de tanta muerte",
se quejaba una mujer judía. "Vine porque estoy harta de este país, ni en
el tiempo de la represión (la dictadura militar, 1986-73) se ha vivido como
ahora, desaparece la gente como antes pero con diplomacia", se lamentaba
otra manifestante.
Cuando el
coche fúnebre con los restos del fiscal ha llegado al cementerio de La Tablada,
ha sido recibido por una larga y emotiva ovación de los presentes.
"Nisman, Nisman", "Justicia, justicia", han clamado decenas
de voces entre aplausos y lágrimas.
Patricia
Bullrich, la diputada opositora que pidió a Nisman que acudiera al Congreso
para ofrecer detalles de su denuncia contra Kirchner, ha declarado
lacónicamente a las puertas del cementerio: "Todos los argentinos tenemos
que reflexionar, esto es muy serio y muy grave. Enterrar a Nisman es como
enterrar a un pedazo de la República".
La familia
de Nisman ha estado acompañada en la ceremonia fúnebre por colegas del fiscal,
dirigentes de las asociaciones judías y varios líderes políticos.
Las dos
hijas de Nisman y su exesposa, la jueza Sandra Arroyo, han publicado en el
diario La Nación sendas esquelas para despedir al fiscal: "Papá, nosotras,
tus hijas, Iara y Kala, sólo necesitábamos de vos, tu presencia, y compartir
buenos momentos. Hoy te despedimos, sabiendo de tu dedicación al trabajo.
Esperamos que ahora puedas estar en paz. Nosotras guardamos en nuestro corazón
los lindos momentos vividos juntos", reza la esquela de las hijas, de 7 y
15 años de edad.
La ex esposa
ha resaltado también en su despedida la excesiva dedicación de Nisman a su
trabajo: "Transito este momento con desconcierto y profundo dolor por
nuestros hijas. Te despido anhelando que encuentres la paz, que tu entrega al
trabajo no te permitió disfrutar en plenitud".
El entierro
de Nisman ha transcurrido sin incidentes. No así el velatorio celebrado anoche.
La fiscal general del Estado, Alejandra Gils Carbó, fue abucheada a su llegada
a la casa funeraria y varios manifestantes rompieron la cinta de la corona de
flores enviada por la jefa de los fiscales, a quien la oposición acusa de
actuar bajo las órdenes del gobierno.
Nisman murió
el pasado día 18 en su apartamento de Buenos Aires. Su cuerpo fue hallado en el
baño con un disparo en la cabeza. Su extraña muerte ha conmocionado a la
sociedad argentina por las connotaciones políticas del caso. Pocos días antes
de morir, el fiscal había denunciado a la presidenta Cristina Fernández de
Kirchner por "avalar" el supuesto encubrimiento de los imputados
iraníes en el atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA),
que causó 85 muertos en 1994.
La muerte de
Nisman ha sumido al país en una profunda crisis institucional, con acusaciones
cruzadas entre el gobierno y la oposición por las responsabilidades políticas
del caso. La justicia no ha podido determinar todavía si el fiscal se suicidó o
lo mataron. El único imputado hasta ahora es el asistente informático de
Nisman, Diego Lagomarsino, el hombre que le prestó la pistola de la que salió
la bala que mató al fiscal. Pero Viviana Fein, la fiscal encargada del caso,
precisó ayer que su imputación sólo tiene que ver con el hecho en sí de haber
prestado su arma, tipificado como delito en el código penal argentino.
Fuente: www.elmundo.es
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