El problema de los homicidios en México comienza en las tiendas de armas de Estados Unidos
Ciudad de México.-
La bebé de siete meses Faith Marie Johnson logró sobrevivir horas sin agua ni
alimento dentro de una camioneta acribillada en el norte de México hasta que
sus familiares llegaron. Había logrado escapar milagrosamente de las balas que
volaron a su alrededor. Su madre fue una de las tres mujeres que fueron
asesinadas el lunes, junto con otros seis niños, cuando un escuadrón de
personas armadas emboscó sus autos luego de que salieron de una comunidad
mormona cercana. Otros cinco niños sobrevivieron a disparos en la espalda,
mandíbula, piernas, muñecas y pecho. Todas las víctimas mortales tenían la
ciudadanía estadounidense. El ataque ha causado indignación desde México y Utah
hasta la Casa Blanca. Una vez más, la atención de Estados Unidos se ha enfocado
en la violencia al sur de la frontera.
Los fiscales
mexicanos culparon de la masacre a los carteles que están librando una disputa
por el control de las rutas lucrativas del contrabando de drogas hacia Estados
Unidos. Según ellos, el ataque a las familias mormonas tal vez se debió a una
confusión de identidad. Además, algunos miembros de esa comunidad mormona se
han manifestado abiertamente contra la delincuencia, como Julián LeBarón, quien
ayudó a rescatar a la bebé de la camioneta. LeBarón me pareció uno de los
oradores más inspiradores de una serie de manifestaciones contra la violencia a
las cuales hice seguimiento por todo México en 2011. Pero desde entonces la
violencia no ha hecho sino empeorar.
El presidente
Trump respondió a los ataques el lunes con una serie de tuits, calificando a
los carteles de “monstruos” y ofreciendo su ayuda para derrotarlos. “¡Los
carteles se han convertido en algo tan grande y poderoso que a veces se
necesita un ejército para derrotar un ejército!” escribió. “Este es el momento para
que México, con la ayuda de Estados Unidos, les declare la GUERRA a los
carteles de la droga y los elimine de la faz de la tierra”.
El presidente está
en lo correcto cuando afirma que los carteles de droga mexicanos son
inmensamente poderosos y que realizan ataques monstruosos contra civiles, lo
que ha causado una catástrofe humanitaria en el país. Sin embargo, no dijo que
Estados Unidos ya viene ayudando a financiar las operaciones del Ejército
mexicano contra los traficantes desde 2008, bajo un plan conocido como la
Iniciativa Mérida. Y quizás lo más importante, también olvidó mencionar que los
carteles siembran el terror usando armas estadounidenses.
Entre 2007 y 2018,
más de 150,000 armas de fuego fueron rastreadas con total certeza de
delincuentes mexicanos a fábricas y tiendas de armas en Estados Unidos. Se
presume que una cantidad mucho mayor de armas sigue en manos de los carteles.
El año pasado, se confirmó que el 70 por ciento de las armas de fuego que las
fuerzas de seguridad mexicanas decomisaron y presentaron a la Agencia de
Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés)
fueron fabricadas o vendidas en Estados Unidos.
Esas armas
incluyen miles de rifles Kalashnikov y fusiles de asalto AR-15, los cuales
pueden ser modificados por los carteles para volverlos completamente
automáticos, según la explicación de un experto en armas de fuego de ATF
durante el juicio de Joaquín Guzmán, conocido como el “Chapo”, un capo mexicano
de la droga que actualmente está en una prisión federal de máxima seguridad en
Colorado. También hay cientos de rifles de francotirador calibre .50, los
cuales disparan balas del tamaño de cuchillos que atraviesan armaduras. El 17
de octubre, miembros de carteles usaron este tipo de rifles para atacar a las
tropas mexicanas tras el arresto del hijo de Guzmán en la ciudad de Culiacán.
Un video del ejército muestra la pierna cercenada de un soldado. En otra
masacre realizada el mes pasado, los matones dispararon balas calibre .50 en
una emboscada que mató a 13 policías en el estado de Michoacán.
Estas armas
excesivas se venden en tiendas en muchos estados por todo Estados Unidos.
Agentes de la ATF han capturado a varias personas involucradas en el
contrabando de estas armas a México, incluída una pareja condenada a prisión el
mes pasado en Tucson, Arizona.
El 19 de octubre,
Trump accedió a combatir el tráfico de armas tras una llamada telefónica con el
presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, según funcionarios mexicanos.
Pero si en verdad quiere hacerlo, Trump necesita apoyar algunas propuestas en
el Congreso que cuentan con amplio apoyo de los estadounidenses. Entre estas se
encuentra la Ley Bipartidista de Revisiones de Antecedentes (Bipartisan
Background Checks Act), un proyecto de ley que cerraría el vacío legal que les
permite a los traficantes obtener armas, la cual fue aprobada en febrero por la
Cámara de Representantes, pero luego se estancó en el Senado. Una encuesta
publicada en julio reveló que el 89 por ciento de los entrevistados apoyan las
revisiones de antecedentes obligatorias para la compra de armas.
Otras medidas que
el presidente Trump debería apoyar incluyen un proyecto de ley que dificulta
robar armas de fuego de las tiendas y otro proyecto de ley que hace más difícil
la construcción de armas a partir de kits. Ninguna de estas leyes impedirá que
los estadounidenses que respetan las leyes compren armas de fuego, pero sí les
dificultará a los carteles conseguir armas y seguir asesinando personas.
Por supuesto, las
fuentes del problema de la delincuencia en México son complejas. El gobierno
mexicano tiene también mucho trabajo por hacer como, por ejemplo, realizar
mayores esfuerzos para combatir la corrupción y la impunidad que posibilitan
las operaciones de los carteles. Para empezar, López Obrador necesita una
estrategia de seguridad coherente. Su llamado a dar “abrazos, no balazos”
claramente no está funcionando. Sin embargo, es aún mucho más difícil para las
fuerzas de seguridad mexicanas aventajar a mafiosos que acribillan sus vehículos
con calibres .50 y tienen un suministro ilimitado de rifles.
Trump tiene algo
de razón cuando afirma que los carteles son una amenaza sanguinaria comparable
a un ejército. Pero para combatir eso, Trump necesita reducir el suministro de
armas de fuego que los hace tan temibles. Ese poder está en sus manos.
(Ioan Grillo,
columnista de opinión, es autor de “El Narco: Inside Mexico’s Criminal
Insurgency” y, más recientemente, “Gangster Warlords: Drug Dollars, Killing
Fields and the New Politics of Latin America”). The New York Times
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