Dominicano acusado de sicariato tenía doble identidad, se cambió de pelo e intentó borrarse huellas dactilares
El hombre está implicado en la muerte de cinco jóvenes de ascendencia china en Panamá, donde solicitaron su extradición
Santo Domingo, (EFE).- La Policía de República Dominicana detuvo a un hombre que es reclamado por la Justicia de Panamá como implicado en la muerte de cinco ciudadanos de origen chino, crímenes cometidos en Panamá entre 2010 y 2011. Se trata de Fermín Antonio Taveras Ramírez, quien también utilizaba la identidad de Ángel Betancurt, capturado ayer y puesto hoy a disposición de la Procuraduría para su extradición a Panamá, indicó la Policía en un comunicado en el que le califica como "el hombre más buscado por la Justicia de Panamá".
Taveras de pelo negro, se había teñido de rubio y se había manipulado mediante cirugía las yemas de los dedos para borrar sus huellas dactilares y evitar ser detenido.
Los investigadores lo atraparon en el sector de Andrés, en Boca Chica, a unos 30 kilómetros al este de Santo Domingo, sumergido en el interior de un tanque lleno de agua para intentar evadir la persecución policial.
El ahora detenido está supuestamente implicado en un múltiple crimen por el que el 15 de septiembre fue arrestado en Panamá otro dominicano, José Alcibiades Méndez, quien al parecer enterró a las víctimas en el jardín de su casa, en la localidad panameña de La Chorrera, al oeste de la capital. Las víctimas de estos crímenes son los jóvenes Yesenia Lou Kam, de 18 años; Young Wu Ken, de 27; Sammy Zenq Chen, de 19; Yoel Liu Wung, de 19, y Georgina Lee Chen, de 18, secuestrados para pedir rescate a cambio de su liberación. Según la Policía, las autoridades de Panamá han agradecido la captura del sospechoso.
La muerte de las cinco víctimas causó una gran conmoción en La Chorrera, donde varios miles de personas se manifestaron en septiembre para repudiar los secuestros y asesinatos. En la manifestación participaron también representantes de la comunidad de dominicanos que vive en el país centroamericano, quienes repudiaron el crimen, mientras que la comunidad china residente en la zona pidió a las autoridades panameñas más vigilancia y seguridad.
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