Tres semanas de protestas agravan crisis económica por pandemia en Colombia
coronavirus y que se manifiesta en una subida de los precios de productos básicos por los bloqueos de las carreteras y la paralización de algunos sectores.
En los supermercados
de las grandes ciudades escasean productos como los huevos o los tomates y
cuando se consiguen, su precio puede llegar a ser cinco y hasta diez veces
superior al normal debido a las dificultades de abastecimiento.
La situación más
difícil se vive en el departamento del Valle del Cauca, que además de tener el
principal puerto de Colombia en el Pacífico ha sido el epicentro de las
protestas y vivido las jornadas más difíciles de violencia.
Justamente en
Buenaventura, por cuyo puerto se mueve más del 50 % del comercio exterior del
país, hubo el miércoles enfrentamientos entre manifestantes y policías durante
la cuarta jornada de "paro nacional" (huelga), que vándalos
aprovecharon para causar daños en ocho túneles de una carretera de acceso a esa
localidad.
Ante esa situación,
monseñor Darío Monsalve, arzobispo de Cali, la capital departamental, pidió que
"la protesta no exceda presión que la deslegitime y aleje a la
ciudadanía".
Esto porque, según
recordó el prelado, la "escasez, carestía, empobrecimiento agudo, además
de pandemia, golpean a los más débiles", por lo cual hizo un llamado a los
manifestantes a abrir "espacios de acuerdo con (el) Estado local, regional
y nacional".
PROLONGACIÓN DE LAS
PROTESTAS
Sin embargo, los
portavoces del Comité Nacional del Paro aseguraron que seguirán
"convocando a grandes movilizaciones y acciones pacíficas, hasta que el
Gobierno pare la violencia" que, según la ONG Temblores se ha cobrado la
vida de 43 personas en las protestas.
Por su parte, el
presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), Bruce
Mac Master, manifestó su preocupación por los efectos que puedan tener las
manifestaciones "sobre la recuperación que apenas arrancaba" después
de más de un año de pandemia.
"Es importante
mantener niveles de actividad que permitan generar empleo y producción. Este
debe ser un propósito de todos en estos momentos, hacemos un llamado a retomar
actividades plenas lo antes posible para poder lograr estos objetivos",
manifestó Mac Master.
La presión popular
logró tumbar los proyectos de reforma tributaria y de la salud que tramitaba el
Congreso y forzó al presidente Iván Duque a cambiar a tres de sus ministros,
pero la prolongación de las manifestaciones, sin que se vislumbre una solución
a corto plazo, se ha vuelto motivo de preocupación.
El sector de la
construcción, uno de los motores de la economía colombiana, advirtió este
jueves que miles de empleos están en riesgo por los bloqueos en las vías, que
impiden la circulación de materiales.
"Los bloqueos y
cierres viales ya afectan de manera directa a 472.138 trabajadores de la
construcción que no han podido realizar sus labores o llegar a sus puntos de
trabajo", declaró la presidenta de la Cámara Colombiana de la Construcción
(Camacol), Sandra Forero.
PÉRDIDA DEL GRADO DE
INVERSIÓN
El hundimiento de la
reforma fiscal, que castigaba con más impuestos a la clase media llevó a la
agencia de calificación de riesgo Standard & Poor's (S&P) a rebajar la calificación
crediticia de Colombia en moneda extranjera de BBB- a BB+ con perspectiva
estable, con lo cual el país pierde el grado de inversión que tuvo durante más
de una década.
"Creemos que el
ajuste fiscal de Colombia va a ser más prolongado y gradual que lo que
esperábamos anteriormente, disminuyendo la probabilidad de revertir el reciente
deterioro de las finanzas públicas", manifestó S&P en su análisis.
La pérdida del grado
de inversión que tenía el país en S&P supone un duro golpe para el Gobierno
de Duque, caracterizado por su apego a la ortodoxia económica y que ahora
tendrá más dificultades para conseguir financiación externa para mantener la
economía en orden y financiar los programas sociales.
Acorralado por las
protestas, que si bien han perdido fuelle en los últimos días parecen estar
lejos de terminar, Duque tuvo que reemplazar primero al ministro de Hacienda,
Alberto Carrasquilla, señalado como el villano de esta crisis por ser el padre
de la fracasada reforma tributaria.
En su lugar asumió el
jefe de la cartera de Comercio, Industria y Turismo, José Manuel Restrepo, a
quien le fue asignada la tarea de liderar el proyecto de una nueva reforma
tributaria que el país necesita, según los analistas económicos, pero que debe
ser fruto del consenso político y social y no de la imposición del Gobierno.
A pesar de todo,
Restrepo es optimista y considera que aunque la pérdida del grado de inversión
pueda subir los intereses que el país paga en sus emisiones de deuda,
"Colombia continuará obteniendo financiación como está demostrado en las
colocaciones recientes que hemos tenido en el país y en el exterior".
Para cubrir el hueco
dejado por Restrepo en el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, Duque
nombró hoy como titular de esa cartera a la abogada María Ximena Lombana,
experta en asuntos comerciales y de política exterior.
El otro cambio en el
gabinete de Duque se dio en la Cancillería con la renuncia de Claudia Blum,
cuyo lugar será ocupado por la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, quien
desempeñará ese cargo en simultánea con el de ministra de Relaciones
Exteriores. EFE
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