RD sin apátridas
El presidente del Partido de la
Liberación Dominicana, Leonel Fernández, reitera que en la República Dominicana
no hay apátridas, defendiendo el derecho soberano del Estado de decidir quiénes
son sus nacionales.
En escrito de este día en su
columna Observatorio Global publicado en el Listín Diario y Vanguardia del
Pueblo Digital, niega esta calificación y explica que los descendientes de extranjeros
con estatus migratorio irregular pueden declarar a sus descendientes en las
oficinas consulares de sus países respectivos.
“En la República Dominicana,
conforme a la Constitución del año 2010, no podrán disfrutar de la nacionalidad
dominicana aquellos que a pesar de haber nacido en territorio nacional son
descendientes de extranjeros miembros de legaciones diplomáticas y consulares,
así como de extranjeros que se hallen en tránsito o residan ilegalmente”,
relata Fernández referido por la Secretaría de Comunicaciones del PLD.
Apunta que la nacionalidad, por
derecho de suelo o jus solis, no tiene lugar de manera automática en la
República Dominicana y que para que sea posible, se requiere, además, la
condición de que los padres de la criatura sean dominicanos o residan
legalmente en territorio dominicano.
Afirma que esa confusión sobre el
modelo de otorgamiento de la nacionalidad en la República Dominicana ha
ocasionado que nuestro país sea acusado de racista, xenofóbico y de haber
desnacionalizado a ciudadanos.
“Pero nada de eso es cierto. Esa
misma confusión es la que ha tenido la periodista y especialista en asuntos
culturales, Taylor Hoskin. Ella ha cuestionado, de manera válida, la pretensión
del presidente Trump de dejar sin efecto, en su país, el derecho de
nacionalidad en base al jus soli incondicional”, sostiene el presidente del
PLD.
Sin embargo, subraya el
expresidente de la República, resulta inaceptable que al hacerlo sostenga el
argumento de que la República Dominicana, al no asumir el jus soli absoluto o
incondicional, “creó la mayor población apátrida en el hemisferio occidental.”
Sostiene que no hay razón para
acusar a la República Dominicana de emplear una ideología racista y tomarla
como referencia para oponerse a las pretensiones del presidente Trump, de
suprimir, en los Estados Unidos, el derecho de nacionalidad o ciudadanía por el
jus soli incondicional, cuando hay otros 163 países que comparten nuestro mismo
modo de reconocimiento de nacionalidad.
“Al igual que esos otros países, la
República Dominicana tiene el derecho soberano de decidir quiénes son sus
nacionales”, agrega.
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