Los que atacaron el Congreso están más que arrepentidos
Jacob Chansley, el
hombre que se identifica como un chamán de QAnon y que posó para fotos en el
estrado del Senado con la cara pintada y un sombrero de plumas con cuernos,
tampoco manifiesta el mismo entusiasmo que exhibió durante la toma. Un mes
después escribió una carta disculpándose desde la cárcel, pidiendo comprensión
y diciendo que estaba recién asimilando la gravedad de sus acciones.
Confrontados con
videos y fotos que revelan su participación en los disturbios, decenas de
sublevados han ofrecido disculpas y expresado arrepentimiento a medida que
empiezan a sufrir las consecuencias de sus acciones. Las ramificaciones
incluyen la posible pérdida de sus trabajos, la ruina financiera y potenciales
condenas a prisión.
“Esto va a tener
consecuencias para toda esta gente por el resto de sus vidas, como debe ser”,
declaró John Flannery, exfiscal federal. AP
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