Biden propone un billonario plan económico para ganarle el pulso a China
Biden anunció un
ambicioso plan valorado en 2,25 billones de dólares que necesitará el visto
bueno del Congreso para salir adelante, y que
se financiaría con un aumento de
los impuestos a las corporaciones durante 15 años.
"Estoy seguro de que si actuamos ahora, dentro
de 50 años la gente echará la vista atrás y dirá: Este es el momento en el que
Estados Unidos ganó el (pulso por el) futuro", dijo Biden durante un discurso
en Pittsburgh (Pensilvania).
LA MAYOR INVERSIÓN EN EMPLEOS EN DÉCADAS
Menos de un mes después de firmar un rescate de 1,9
billones de dólares por los efectos de la pandemia, Biden pidió hacer otra gran
inversión en la economía del país, esta vez para resolver problemas más
estructurales que, a su juicio, lastran el potencial de Estados Unidos frente a
potencias como China.
"Esta es la mayor inversión en empleos en
Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial", subrayó Biden.
"Creará millones de empleos bien pagados que
harán crecer la economía, nos harán más competitivos en todo el mundo,
promoverán nuestros intereses de seguridad nacional y nos pondrán rumbo a ganar
la competición global con China en los próximos años", añadió.
La propuesta, detallada unas horas antes por la
Casa Blanca, ha generado críticas tanto de la oposición republicana, que la
considera demasiado amplia y no está de acuerdo con los mecanismos para
financiarla, como de algunos progresistas, que opinan que no va lo
suficientemente lejos.
Sin embargo, Biden pronosticó que conseguirá
sacarla adelante, a pesar de que la estrecha mayoría de su partido en el Senado
les obliga a contar con apoyos republicanos o a recurrir a mecanismos
legislativos excepcionales.
LOS DETALLES DEL PLAN
El llamado Plan de Empleos Estadounidenses es el
pilar inicial de la agenda económica de Biden en sus 100 primeros días de
mandato, y el presidente planea presentar en abril otro paquete que cubriría
asuntos como la baja laboral pagada o el acceso universal a jardines de
infancia a bajo coste.
En esta primera propuesta, alrededor de la mitad de
los fondos se dedicarían a renovar las infraestructuras tradicionales, un
objetivo que ambos partidos de EE.UU. aseguran compartir pero que nunca se han
puesto de acuerdo sobre cómo financiar.
Unos 620.000 millones de dólares se dedicarían a
renovar 32.000 kilómetros de carreteras y autopistas, a reconstruir diez
puentes estratégicos y a reparar otros 10.000 de menor tamaño.
Con esos fondos también se modernizarán puertos y
aeropuertos, se doblará la inversión federal en sistemas de transporte público
y se construirá una red de 500.000 cargadores de vehículos eléctricos para
2030.
Un segundo bloque, al que se destinarían 650.000
millones, busca invertir en acceso a banda ancha sobre todo para las
comunidades rurales, agua potable, red eléctrica y vivienda pública; además de
reemplazar todas las tuberías de plomo del país y reducir la exposición a ese
metal en 400.000 escuelas y centros educativos.
El Gobierno invertiría otros 580.000 millones en la
investigación y el desarrollo, producción y formación; mientras que los 400.000
millones restantes tendrían como objetivo contratar a trabajadores para el
cuidado tanto de personas mayores como con discapacidades.
La Casa Blanca argumenta que ese tipo de cuidados
también forman parte de la infraestructura económica del país, pero algunos
republicanos consideran que está aprovechando para colar otras prioridades
progresistas, y es probable que parte del debate en el Congreso se centre en
ese punto.
EL PUNTO MÁS POLÉMICO: LA FINANCIACIÓN
La discusión también girará en buena parte en torno
a cómo financiar el plan: Biden quiere hacerlo mediante una subida del impuesto
de sociedades hasta el 28 %, frente al 21 % que está en vigor desde 2017,
cuando su predecesor, Donald Trump, aprobó una reforma fiscal.
El mandatario recordó que su propuesta dejaría el
impuesto que pagan las corporaciones "en un nivel menor que el que ha
tenido entre la Segunda Guerra Mundial y 2017", puesto que antes de que
Trump aprobara su reforma, esa tasa era del 35 %.
La Casa Blanca también planea obligar a grandes
empresas del país a pagar algo de impuestos, al imponer una tas mínima del 15 %
en sus ingresos y gravar algunos de sus ingresos en el extranjero.
"Amazon y otras compañías no pagan ni un solo
centavo de impuestos federales por sus ingresos. Eso, sencillamente, está mal.
Y voy a ponerle fin", prometió Biden.
Esa sugerencia despertó la oposición del líder
republicano en el Senado, Mitch McConnell, quien acusó en un comunicado a Biden
de "usar la infraestructura como un 'caballo de Troya' para impulsar las
mayores subidas de impuestos de toda una generación".
Algunos expertos también han expresado dudas sobre
los cálculos de la Casa Blanca, que afirma que las inversiones del plan durarán
ocho años, pero se tardará casi el doble -15 años- en recolectar a través de
los impuestos los fondos necesarios para financiarlo.
Biden respondió a las críticas con una invitación,
tanto a los republicanos como a los demócratas más progresistas, de presentarle
propuestas alternativas.
"Estoy abierto a otras ideas, siempre que no impliquen aumentar los impuestos a nadie que cobre menos de 400.000 dólares anuales (...). Pero tenemos que aprobar esto, no podemos permitirnos esperar", subrayó. EFE
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