¿Qué desató la crisis política/social en Chile?

Santiago, Chile.- Desde hace cuatro días,
Chile sufre una serie protestas violentas y actos vandálicos que siguieron a
manifestaciones estudiantiles contra un alza tarifaria en el subterráneo a
comienzos de mes, lo que obligó al presidente Sebastián Piñera a anular la
medida.
Sin embargo, aunque el
mandatario dio marcha atrás y se implantó un estado de emergencia ----lo que
restringe las libertades de reunión y movilización e implicó la salida de unos
10.000 militares a las calles de Santiago-- no se ha frenado el estallido social
que ya cobró la vida de 11 personas.
Aquí un vistazo a lo que
ocurre en el país sudamericano.
¿POR QUÉ HAY ACTOS
VANDÁLICOS EN EL PAÍS?
El alza de tarifas en el
subterráneo es lo más visible en la prensa internacional actual, pero ese
incremento se sumó a otros en el agua, la luz y los remedios. Esto impacta
directamente el bolsillo de los chilenos, pues implica que deben pagar más por
servicios que usan con regularidad a pesar de que sus sueldos no suben y
mayoritariamente bordean entre los 400.000 y 500.000 pesos mensuales (562 y 703
dólares).
Lo difícil situación
económica también afecta a los adultos mayores, que pertenecen al sector más
pobre de los chilenos, y por no cotizar para su vejez reciben una pensión
solidaria de unos 110.000 pesos (159 dólares). Un 11% de los chilenos son
adultos mayores y según el organismo estatal de estadísticas, en 2050 uno de
cada cuatro chilenos pertenecerá a ese grupo.
Una canasta básica de
alimentos para una familia --que considera 2.000 calorías, según las sugerencias
de Naciones Unidas-- tiene un costo de 241 dólares mensuales, según datos del
Ministerio de Desarrollo, en un país que tiene un salario mínimo de 423
dólares.
La desigualdad económica en
el país sudamericano se arrastra por décadas, alcanza a la dictadura militar de
Augusto Pinochet (1973-1990), y atraviesa todos los gobiernos democráticos que
siguieron, incluidos dos de Michelle Bachelet, y el actual segundo mandato de
Piñera.
A pesar de esto, también
hay estabilidad económica: la inflación en septiembre fue 0%, y la acumulada en
lo que va del año es de 2%.
“Esta situación ha estado
en ebullición por un largo tiempo”, dijo a The Associated Press Christopher
Sabatini, catedrático de Relaciones Internacionales de la Universidad de
Columbia. “La gente se siente desconectada del sistema. El mayor problema que
enfrenta un sistema político que genera estabilidad, crecimiento económico y
políticas consistentes es su capacidad de renovarse, de traer un liderazgo
nuevo al poder. Eso puede verse en las presidencias repetitivas que ha habido”.
Para Sabatini, el
incremento de las tarifas del metro fue el disparador de las protestas, pero
los chilenos rechazan algo más profundo: la carencia de un cambio. “La gente
está decepcionada y siente que el sistema político la priva de sus derechos”.
“En general hay un
sentimiento similar de la gente en países como Ecuador, Líbano y, ese sentido,
de sentirse privados de derechos, entonces se convierte en algo simbólico y
estalla... Algo similar ocurrió en Francia con los chalecos amarillos: un
sentido profundo de malestar y desconexión entre la vida de la gente y la
política”, agregó.
¿CÓMO ESTÁ GESTIONANDO LA
CRISIS PIÑERA?
El gobernante reaccionó a
los desmanes desatados el viernes, que terminaron con más del 80% del
subterráneo con severos daños y más de un centenar de saqueos a supermercados y
farmacias, implantando el estado de emergencia en el gran Santiago, que luego
se extendió a una docena de ciudades del interior. Los jefes militares
implantaron con frecuencia el toque de queda, pero ni esto ni el estado de
emergencia se habían visto en democracia.
La falta del subterráneo,
que tiene sólo una de seis líneas funcionando --y parcialmente-- transporta a
2,4 millones de personas diarias, por lo que la situación derivó en la suspensión
casi generalizada de clases, incluidos los universitarios, en la capital donde
viven siete de los 18 millones de chilenos.
Los problemas del
transporte público llevaron al cierre de todos los supermercados el domingo y a
la mayoría de ellos el lunes. Ante los pocos que abrieron a comienzos de semana
se formaron enormes filas.
“El riesgo aquí es que esto
se convierta en una crisis perpetua de protestas que siga y siga y cada vez se
vuelva más difícil de encarar”, piensa Sabatini. “Las soluciones serían a largo
plazo para que se vuelvan significativas para las personas... Las respuestas
son a largo plazo, no las conocemos ahora como si fuera una receta, es mucho
más profundo y político”.
¿CÓMO HA REACCIONADO LA
CIUDADANÍA?
En varios suburbios santiaguinos
surgieron grupos de autodefensa con vecinos que se distinguen entre ellos con
el uso de chaquetas amarillas, muy extendidas en Chile porque son exigidas a
todos los conductores por la Ley del Tránsito.
Miembros de estos grupos
reaccionan nerviosos ante transeúntes o conductores que se acercan a sus
viviendas, por lo que levantan amenazantes palos, fierros y hasta palas.
Los grupos son valorados
por el ministro del Interior, Andrés Chadwick.
¿HAY PRECEDENTES PARA LA
CRISIS EN CHILE?
Esta es la primera vez que
Chile vive en estado de emergencia y toque de queda desde que se recuperó la
democracia en 1990.
Ni siquiera las
multitudinarias protestas contra la dictadura militar que partieron en 1983,
ferozmente reprimidas por los militares, se vieron los actos de vandalismo
surgidos en Chile en los últimos días. AP
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