Cismas dividieron partidos y enemistaron a sus líderes

La mayoría de esas rupturas políticas
ocurrieron sin un ápice de violencia física, limitándose solo a los dimes y
diretes, como recientemente han dejado en evidencia el presidente Danilo Medina
y el expresidente Leonel Fernández.
Luego del profesor Juan Bosch haber
abandonado el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), en noviembre de 1973, y
rompiera sus lazos con José Francisco Peña Gómez, este siempre evitó, por todos
los medios, referirse de manera directa a quien fuera su compañero de mil
batallas. En definitiva, prefirió ignorarlo completamente.
No obstante, el líder perredeísta sí
se dirigió a Juan Bosch para defenderse de las acusaciones de grupismo, caos y
desórdenes que supuestamente imperaban en ese partido.
Para entonces, Peña Gómez dijo: “Soy
un discípulo del maestro Juan Bosch, pero un discípulo que, a diferencia del
peón político que sólo ejecuta órdenes, tiene ideas propias, a veces diferentes
a las de su maestro, como ha sucedido durante los últimos tres meses, pero esas
discrepancias jamás me han llevado a sustentar la absurda idea que me
atribuyeron personas desaprensivas, de que el discípulo pretende haber
alcanzado el rango del maestro y trata de usurpar su cátedra iluminante”.
En ese momento de incertidumbre
nacional, los perredeístas no pudieron evitar que Bosch y sus seguidores
mantuvieran la Casa Nacional del PRD, que posteriormente fue reinaugurada como
Casa Nacional del PLD, la misma que actualmente se ubica en confluencia de la
avenida Independencia y calle Cervantes.
Hubo violencia
A pesar de que las divisiones
mayormente se han quedado solo en palabras, algunos episodios sí han sido
tristemente recordados por las trifulcas y balaceras.
En este caso, Peña Gómez estuvo
envuelto en otra división en el PRD, esta vez contra el expresidente Jacobo
Majluta, quienes mutuamente se acusaron de cometer un fraude electoral en los
comicios internos de 1985.
En aquella ocasión, se produjo el
llamado “Concordazo” cuando el dirigente perredeísta Rafael Vásquez (Fiquito)
ingresó armado con varias personas a uno de los salones de conteo de votos en
el Hotel Dominican Concorde, para interrumpir las labores electorales.
Este hecho produjo un muerto y varios
heridos que mancharon totalmente aquellos comicios del partido oficialista.
Tanto Majluta como Peña Gómez se
disputaban la candidatura del PRD pero al final el primero logró imponerse
sobre el segundo mediante el “Pacto por la Unión” que suscribió el entonces
presidente Salvador Jorge Blanco.
De todas formas, esa movida política
del mandatario no evitó el cisma de ese partido ya que ni Jorge Blanco ni Peña
Gómez le apoyaron durante las elecciones nacionales de 1986, por lo que fue
vencido por el candidato reformista, Joaquín Balaguer.
De esta división nacerían el Partido
Revolucionario Independiente (PRI) y el Bloque Institucional Socialdemócrata
(BIS).
“Voten por el diablo”
Después que Hipólito Mejía lograra
vencer en la carrera presidencial a Danilo Medina en el año 2000, modificara la
Constitución dos años más tarde para imponer nuevamente la reelección
presidencial (prohibida en el Pacto por la Democracia en 1994), el PRD entró en
una nueva crisis por la lucha del poder.
Hatuey de Camps, quien tenía
aspiraciones presidenciales para los comicios de 2004, mandó a votar en contra
de su propio partido a modo de retaliación por las ambiciones de Mejía de optar
a un nuevo mandato.
“Hay una sola línea que es en contra
de la reelección. ¿Que por quién van a votar? Si quieren pueden votar por el
Bacho; si quiere por Flores Estrella; si quiere por Trajano, con quien me reuní
ayer; si quiere por el diablo y su hermano; si usted quiere se queda en su
casa. Lo que usted no puede hacer es traicionar la memoria de (José Francisco)
Peña Gómez, y clavarle un cuchillo a la memoria de Peña Gómez, votando por
Hipólito”, subrayó De Camps en ese momento.
IMPORTANTES
Quiebre En 2011, Mejía
intentó nuevamente obtener la candidatura presidencial del PRD al enfrentar a
Miguel Vargas Maldonado, su antiguo ministro de Obras Públicas. En esa ocasión
el expresidente se impuso ante su exfuncionario, lo que desencadenó un
enfrentamiento verbal entre ambos que terminó de demoler las bases del otrora
partido del pueblo.
Ataques verbales “Mejía no tiene
ningún derecho a fomentar la división y el irrespeto a la institucionalidad en
el Partido Revolucionario Dominicano”, declaró Vargas Maldonado en esa ocasión,
a lo que Mejía respondió que él era un “traicionero”.
Fuente: www.listindiario.com.do
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