Brasil cambia de rumbo

Casi tres horas después del
cierre de las primeras casillas, el Tribunal Superior Electoral anunció que el
exmilitar había ganado los comicios. Con 99% de los votos contabilizados,
Bolsonaro tenía más de 55%, mientras que Fernando Haddad, del izquierdista
Partido de los Trabajadores, tenía menos de 45%.
“Primero quisiera agradecer
a Dios”, dijo el futuro presidente brasileño a través de un video que
transmitió desde su casa en Río de Janeiro, en referencia al incidente en el
que fue apuñalado durante su campaña electoral. “Nunca estuve solo. Siempre
sentí la presencia de Dios y la fuerza de los brasileños”, agregó.
El panorama pareciera haber
demostrado que los votantes del país más grande de América Latina optaron por
ignorar las advertencias que aseguraban que este exmilitar podría erosionar la
democracia en el país sudamericano y en lugar de eso eligieron un cambio total
después de años de agitación. Bolsonaro trató de mostrarse como un candidato
ajeno a la política a pesar de una carrera de casi tres décadas en el Congreso
y es uno de los últimos líderes en haber ganado prominencia en el mundo a
través de mensajes duros --con frecuencia violentos-- y una posición de
derecha.
Durante el mensaje que
ofreció después de que se anunciara su victoria, Bolsonaro --quien llegó a
asegurar que devolvería a Brasil a sus “valores tradicionales”-- dijo que
respetaría la Constitución y la libertad personal.
“Esa es una promesa, no de
un partido, ni es la palabra vana de un hombre. Es una promesa a Dios”, aseguró
de pie junto a su esposa y cerca de simpatizantes eufóricos.
Por su parte, dirigiéndose a
sus seguidores en Sao Paulo, Haddad no concedió la victoria a su rival ni lo
mencionó por nombre. En lugar de ello, su discurso fue una promesa para
resistir. “Tenemos la responsabilidad de montar una oposición; de poner los intereses
nacionales, los intereses de todos los brasileños, por encima de todo”, dijo el
izquierdista. “Brasil nunca ha necesitado del ejercicio de la ciudadanía como
ahora. No tengan miedo. Aquí estamos. ¡Estamos juntos!”
Pasadas las siete de la
noche, un grito de júbilo contagió a los miles de seguidores reunidos frente al
departamento de Bolsonaro en Barra de Tijuca, zona oeste de Río de Janeiro.
Con lágrimas en los ojos,
Ana Beatriz Freitas, una fisioterapeuta de 53 años, apenas podía hablar. “Esto
representa una libertad, una justicia... Tengo la sensación de que las cosas
van a mejorar”. Para ella, Bolsonaro consiguió “representar la frustración del
pueblo diciendo la verdad”.
“Se acabó la ilusión de que
todo estaba perfecto en el país, vamos a asumir nuestros problemas para
intentar resolverlos”, agregó.
Más simpatizantes de
Bolsonaro festejaban paralelamente en Copacabana, una de las playas más
icónicas de Río, y otros más inundaban las calles de Sao Paulo, donde se
registraron algunos enfrentamientos entre sus seguidores y opositores.
Haddad reconoce derrota
El aspirante del Partido de
los Trabajadores (PT), Fernando Haddad, agradeció a los 45 millones de
electores que acompañaron su candidatura y exigió respeto para ellos tras
perder la segunda vuelta presidencial ante el ultraderechista, Jair
Bolsonaro. “Me gustaría dar las gracias
a los 45 millones votantes que nos han acompañado...”
CLIMA DE POLARIZACIÓN Y DESCONTENTO
En una de las elecciones más
polarizadas de los últimos tiempos, que estuvieron marcadas por un clima de
descontento por la crisis económica y un hastío con la mayor parte de la clase
política luego de la revelación de un enorme esquema de corrupción, los brasileños
votaron por su próximo presidente.
Bolsonaro ganó el domingo en
un balotaje que siguió a una primera vuelta el 7 de octubre en la que obtuvo el
46% de los votos mientras que Haddad tuvo 29%. Aquella contienda tuvo 13
candidatos. La mayoría de las casillas cerraron a las cinco de la tarde. AP
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