El futuro del PLD
El acuerdo suscrito por el Comité Político, con motivo de
la reforma constitucional para hacer viable la reelección presidencial, había
resuelto que todos los senadores y diputados quedarían repostulados en sus
cargos; que los alcaldes sólo tenían que evidenciar, en encuestas que se
realizarían, una diferencia de por lo menos 10 puntos porcentuales con relación
a sus rivales internos; y que los regidores serían los únicos que quedarían
sujetos a la voluntad de los electores.
Se trataba, pues, de elecciones primarias parciales,
donde salvo, tal vez, las candidaturas a las alcaldías de Santiago y Santo
Domingo Norte, no era mucho lo que en realidad estaba en disputa.
Sorprende, por consiguiente, que en unas elecciones de
esa naturaleza, donde la preocupación original era de que podrían resultar
demasiado insípidas, deslustradas por la escasa participación, culminaran, sin
embargo, contrario a la tradición de organización y disciplina del partido
fundado por el profesor Juan Bosch, en actos de desórdenes y violencia.
La reacción adoptada por la alta dirección del PLD,
asumida por el presidente Danilo Medina, el secretario general, Reinaldo Pared
Pérez, y quien suscribe este artículo, en calidad de Presidente de la
organización, no se hizo esperar.
Se procedió a empoderar a la Comisión Nacional Electoral
para que en un plazo perentorio realice una investigación rigurosa y
exhaustiva, a los fines de que sean expulsados, de manera sumaria y
deshonrosa, todos aquellos que, sin importar procedencia ni jerarquía, hayan
participado en los referidos actos de perturbación.
Pero más allá de las sanciones que serán impuestas, lo
que inquieta, tanto a los miembros y simpatizantes del PLD, como a la opinión
pública en general, es cómo y por qué acontecimientos de esa naturaleza pueden
ocurrir en una institución política que durante más de 40 años se había
distinguido, precisamente, por su orden y disciplina.
Debilidades del
proceso
De conformidad con los testimonios y alegatos de diversos
actores del proceso, el certamen electoral interno del PLD se vio afectado de
varias debilidades.
Para algunos, el problema consistió en que de conformidad
con el Reglamento Electoral aprobado por el Comité Político y el Instructivo
para la Elección de Candidatos y Candidatas, elaborado por la Comisión Nacional
Electoral, el padrón de votación en base al cual se realizarían las primarias
internas peledeístas sería el mismo que se utilizó en el Octavo Congreso
Ordinario Norge Botello.
Por los argumentos presentados, parece que en algunos
casos no fue así. Se alega que en varios lugares hubo una adulteración del
padrón. Se crearon mesas electorales sin la previa autorización de las
autoridades electorales municipales correspondientes; y de igual manera, se
eliminaron mesas con el propósito de reagruparlas en una sola, todo lo cual
suscitaba la suspicacia de los participantes.
Se afirma que en el registro electoral se advirtieron
numerosos errores en cuanto a la ubicación de los centros de votación, lo cual
generó una gran confusión entre los votantes que no sabían exactamente donde
deberían acudir para ejercer el sufragio.
Se ha sostenido, también, que se produjo una colocación
de Comités Intermedios en circunscripciones electorales que no les
correspondía; un desplazamiento masivo de electores; e inclusión de personas en
el padrón que no son miembros del Partido de la Liberación Dominicana.
Como consecuencia de esas y otras alegadas
irregularidades que deberán ser examinadas por la Comisión Nacional Electoral,
se desató la desconfi anza en el proceso comicial interno por varios candidatos
y sus seguidores. Estos, en lugar de apelar a las autoridades electorales
correspondientes de cada circunscripción electoral, para establecer los correctivos
de lugar, procedieron a los censurables actos de desórdenes y violencia.
En la refriega, hubo, en algunos lugares específicos, un
desbordamiento de las pasiones. De ahí se pasó a la descalifi cación verbal, y
de ésta, a la agresión física, ocasionando los trágicos y vergonzosos
acontecimientos que conocemos, que costaron la vida a dos personas.
Pero más que una descripción de lo que ocurrió, lo que
resulta trascendente es poder determinar por qué aconteció, cuáles fueron las
causas que desencadenaron esos episodios que enlutecen y desdicen de la
tradicional conducta de los integrantes del Partido de la Liberación
Dominicana.
Por supuesto, el desafío fundamental para el PLD consiste
en promover la calidad de sus miembros, luego de haberse hecho, en el Sexto
Congreso, Profesor Juan Bosch, la transición de un partido de cuadros a un
partido de masas.
En el marco de un partido de cuadros, la calidad siempre
se mantuvo en el partido morado. La idea, como siempre la promovía el profesor
Bosch, era que de la calidad saldría la cantidad, para volver de nuevo a un
proceso de cualificación de sus integrantes.
Con el discurrir del tiempo, la calidad, efectivamente,
engendró la cantidad dentro de las fi las del Partido de la Liberación
Dominicana; y ha sido esa cantidad la que le ha permitido constituirse en la
organización política más exitosa en la historia democrática de la República
Dominicana, al haber conquistado cinco triunfos electorales consecutivos por
encima del 50 por ciento.
El Congreso
Norge Botello
Pero, ahora, de lo que se trata es del proceso inverso,
esto es, el de convertir la cantidad en calidad. Eso así, para que el partido
vuelva a un reencuentro con sus raíces, actúe siempre conforme a sus principios
fundacionales, con orden y disciplina, y continúe hacia el futuro con su
trayectoria de triunfos electorales en beneficio de la democracia, la
prosperidad y el bienestar de los dominicanos.
Ese proceso empezó a trillarse en el 2013 con la
celebración del Octavo Congreso Ordinario Norge Botello. El objetivo era que
así como el PLD había contribuido con sus diferentes gobiernos a una
modernización y transformación del Estado dominicano, entonces le correspondía
mirar hacia adentro, en una especie de introspección, y convertir el instrumento
partidario en una organización unificada, ágil, eficaz, moderna, transparente
y solidaria.
Para alcanzar esas metas, el partido morado de la
estrella amarilla se planteó la aprobación en la plenaria de su congreso, de 15
temas, considerados fundamentales para el futuro de la organización. Estos
eran: Declaración de Principios y Estatutos; Línea Organizativa; Línea Política
Nacional e Internacional; Formación Política; Relación
Partido-Gobierno-Sociedad; Comunicaciones; Asuntos Electorales; Juventud; Mujer;
Asuntos Legislativos; Asuntos Municipales; Dominicanos en el Exterior;
Finanzas; Resolución de Confl ictos; y Ética y Disciplina.
De alguna manera el Congreso Norge Botello se vio
empañado por el hecho de que lo que parecía primar en el ánimo de la mayoría de
los participantes era su elección como miembro del Comité Central de la
organización.
Para eso se hizo un gran despliegue propagandístico. Se
colocaban vallas, afi ches y cuñas publicitarias en la radio y la televisión
que por momentos generaban la impresión de que se trataba de la recta fi nal de
una campaña presidencial.
Pero al margen de ese hecho, el Congreso Norge Botello
concibió las líneas maestras para la renovación, transformación y cualificación que requiere en los actuales momentos el Partido de la Liberación
Dominicana para continuar siendo una fuerza decisiva en el espectro político
nacional.
La razón básica por la cual se ha sido lento en la
aplicación de sus resoluciones, es que inmediatamente culminado su realización,
se inició el proceso interno para la selección del candidato presidencial y
demás candidatos congresionales y municipales, que acaba de culminar, y que
conformarán la boleta morada para los comicios generales del 2016.
Al concentrarse todas las energías en la organización del
proceso interno de selección de candidatos, ha habido un cierto retraso o
rezago en la puesta en ejecución de las medidas adoptadas en el Octavo Congreso
Ordinario del PLD, destinadas a generar su unidad, renovación y efectiva
transformación.
Pero debemos confiar en que una vez transcurrido el
próximo torneo electoral, y el PLD salga otra vez triunfante, exhibiendo su
nuevo trofeo otorgado por el voto popular, todo el Partido asumirá como tarea
principal el cumplimiento de los compromisos contraídos en el Congreso Norge
Botello.
De hacerlo así, el partido creado por el profesor Juan
Bosch volverá a la cualificación de sus miembros. Se colocará, una vez más, a
la altura de las expectativas del pueblo dominicano; y reinará como la
organización que supo conducir nuestra sociedad por los grandes desafíos del
mundo contemporáneo.
Así pues, en la efectiva aplicación de las resoluciones
adoptadas en el Congreso Norte Botello descansa la unidad y el futuro del
Partido de la Liberación Dominicana.
Fuente: www.listindiario.com,do
Comentarios
Publicar un comentario