Macri estrena era política en Argentina y cierra ciclo kirchnerista
Macri, un ingeniero de 56 años y alcalde de la ciudad de
Buenos Aires durante ocho años, logró aglutinar alrededor de su partido,
Propuesta Republicana (Pro), a fuerzas de centro derecha en la alianza
Cambiemos para dar el salto a la Presidencia.
No lo logró en la primera vuelta, en octubre, pero asestó un
duro revés al peronismo con el triunfo de su candidata, María Eugenia Vidal, en
la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral del país y
tradicional bastión peronista. Una
victoria que le allanó el camino para imponerse en una inédita segunda vuelta,
el 22 de noviembre, la última convocatoria de un agotador calendario electoral
que obligó a los argentinos a acudir a las urnas hasta en seis ocasiones en
algunos distritos.
Macri se apuntó un 51,34 por ciento de votos, 2,7 puntos
sobre el kirchnerista Daniel Scioli, con la ventaja añadida de que su partido
gobierna en las tres principales administraciones del país, la Nación, la
provincia de Buenos Aires y la capital, donde también en segunda vuelta, en
julio, se impuso uno de sus más estrechos colaboradores, Horacio Rodríguez
Larreta. A pesar de que maneja las tres
“cajas” de recursos más importantes de Argentina, no lo tendrá fácil para
gobernar durante los próximos cuatro años, al estar en minoría parlamentaria y
condenado a negociar con el peronismo -ahora primera fuerza de oposición-.
Su triunfo abrió paso a una transición que terminó convertida
en un sainete por sus discrepancias con la expresidenta Cristina Fernández, la
gran ausente en su investidura. En un
hecho sin precedentes, Macri acudió a la Justicia, que limitó el mandato de
Cristina Fernández para evitar imprevistos durante la ceremonia de asunción.
Finalmente, el 10 de diciembre, asumió la Jefatura del Estado
arropado por miles de simpatizantes, mientras la expresidenta tomaba un avión
rumbo a Río Gallegos (sur), cuna del kirchnerismo, gobernada ahora por su
cuñada, Alicia Kirchner.
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