Macri es presidente desde medianoche
Entre la novela y el bochorno, el escenario en el que asumirá
Mauricio Macri no ha tenido precedentes en un país que ya pasó por cinco
presidentes en una misma semana en la crisis de 2001.
No importó que el escribano de la Presidencia explicara que
el mandato de Fernán dez terminaba a la medianoche del jueves 10, a menos que
Macri jurara antes.
Después de días de desencuentros y críticas cruzadas entre el
kirchnerismo y el gobierno electo, el macrismo recurrió a la Justicia e
interpuso una medida cautelar para que la aclaración del escribano no tuviera
efecto y Fernández terminara esta medianoche.
La Justicia argentina finalmente le dio la razón a Macri y
Fernández decidió no asistir a la ceremonia.
Entre el cese de Cristina Fernández y el acto de asunción de
Macri, el presidente provisional del Senado estará a cargo del poder Ejecutivo
del país.
“Es una de las expresiones acabadas de que la política se ha
judicializado”, dijo ayer Pablo Knopoff, analista de la consultora
Isonomía. La pelea revela parte del ADN
de cada uno de los bandos: El kirchnerismo, aficionado a las batallas casi
desmedidas ante cualquier evento, y la oposición, que buscó la solución en el
Poder Judicial, tal como ha hecho durante los últimos años.
“Esto tiene que ver con los símbolos. Los argentinos
eligieron en estas elecciones por formas además de por fondos”, explicó el
analista político. El kirchnerismo, agregó, “logra mucha aceptación con las
políticas públicas”, pero cosecha varias “críticas sobre las formas”.
Precisamente, la novela del traspaso no es solo un escenario
ridículo de la política argentina, sino que es apenas un evento dentro de una
serie asociada a la estrategia que permitió a Fernández mantenerse como figura
central del panorama local.
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