Papa: Iglesia debe una disculpa a los gays por marginarlos
A bordo del
avión rumbo a Roma tras un viaje a Armenia, al pontífice se le preguntó si
estaba de acuerdo con uno de sus principales asesores, el cardenal alemán
Reinhard Marx, quien dijo durante una conferencia en Dublín en los días
posteriores al letal ataque en Orlando dentro de un club gay que la Iglesia les
debe una disculpa a los homosexuales por haberlos marginado.
Francisco
respondió con una variante de su famoso comentario “¿Quién soy yo para
juzgarlos?” y una repetición de la enseñanza de la Iglesia de que los gays no
deben ser discriminados, sino tratados con respeto.
Dijo que
algunos comportamientos politizados de la comunidad homosexual pueden ser
criticados por ser “un poco ofensivos para otros”, pero agregó: “Alguien que
tiene este estado, que tiene buena voluntad y que busca a Dios, ¿quiénes somos
nosotros para juzgarlo?”
“Debemos
acompañarlos”, afirmó Francisco.
“Creo que la
Iglesia no sólo debe ofrecer disculpas… a una persona gay a la que ofendió,
sino debemos ofrecer disculpas a los pobres, a las mujeres que han sido
explotadas, a los niños obligados a trabajar, ofrecer disculpas por haber
bendecido tantas armas” y por no haber acompañado a las familias que
enfrentaban divorcios o que experimentaban otros problemas, agregó.
Francisco
expresó su “¿quién soy yo para juzgarlos'” durante su primera conferencia de prensa
a bordo de un avión en 2013, lo que se convirtió en la señal de una nueva era
de aceptación y de bienvenida para los gays en la Iglesia. Después el pontífice
se reunió con fieles homosexuales y transgénero, y quizá aún más
significativamente, al responder a las afirmaciones de que se había
entrevistado con Kim Davis, una mujer opuesta al matrimonio gay, durante su
visita a Estados Unidos, dijo que la única reunión personal que sostuvo en
Washington fue con un ex alumno homosexual y su pareja.
Sin embargo,
a pesar de esas expresiones de apertura, muchos católicos homosexuales aún
aguardan avances después de que una consulta de dos años en la Iglesia en torno
a problemas de la familia no logró establecer caminos pastorales nuevos y
concretos para ellos.
AP
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