Washington.- El
presidente Barack Obama presentó ayer un nuevo plan para tratar de clausurar la
cárcel de Guantánamo mediante el traslado de entre 30 a 60 presos a territorio
nacional, con el que busca cerrar “un capítulo” de la historia de EE.UU. y que
fue acogido con rechazo en el Congreso y entre los republicanos. “No quiero
trasladar el problema (de Guantánamo) al siguiente presidente, sea quien sea”,
afirmó Obama durante una comparecencia en la Casa Blanca acompañado de su
vicepresidente, Joseph Biden, y su secretario de Defensa, Ashton Carter. El
plan presentado hoy y enviado por el Pentágono al Congreso supone el último
intento de Obama para cerrar esa cárcel ubicada en Cuba y cumplir así, en los
once meses que le quedan de mandato, con una promesa que arrastra desde su
primera campaña electoral en 2008.
Obama reiteró los argumentos que ha venido defendiendo a favor
del cierre del penal- que mantenerlo abierto es “contraproducente” para la
lucha antiterrorista, contrario a los valores de EE.UU., “socava” la seguridad
nacional en lugar de fortalecerla y daña las relaciones del país con naciones
aliadas. En Guantánamo quedan actualmente 91 detenidos, pero llegó a albergar a
unos 800 presos poco después de su apertura, ordenada por el entonces
presidente estadounidense, George W. Bush, tras los atentados terroristas del
11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. EFE
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