La nueva tragedia griega: un ejemplo de golpe de mercado
Ahora, asistimos a una nueva
tragedia, en forma de un golpe de mercado, que verá escenificado uno de sus
capítulos el próximo domingo, 20 de septiembre, con la celebración de
elecciones anticipadas para escoger un nuevo gobierno.
Esta vez, sin embargo, el
pueblo griego, en lugar de presenciar una pieza teatral, se enfrentará a los
dictámenes de una troika, integrada por la Comisión Europea, el Banco Central
Europeo y el Fondo Monetario Internacional, quienes representan los intereses
de los acreedores de Grecia.
La preocupación consiste en
que la deuda griega luce impagable. En estos momentos, alcanza la astronómica
cifra de 323,000 millones de euros, equivalente al 180% de su Producto Interno
Bruto.
Todo eso, por supuesto, pone
en pánico a los bancos de Alemania, Francia y otros países europeos, que además
de ver sus créditos en peligro, temen que Grecia pueda salir de la zona euro,
contagiar a otros países de la región, hacer tambalear el euro como moneda y
provocar el desplome de la Unión Europea como institución.
La crisis de la deuda soberana
en Grecia se destapó a fines del 2009, como una de las varias crisis de deuda
soberana que se produjeron en Europa como resultado del impacto de la Gran
Recesión global.
En el caso específico griego,
esa deuda, que venía acumulándose desde la década de los 80, se vio afectada
por factores estructurales internos; tipos de interés muy altos; pérdidas de
ingresos fiscales; desequilibrios creados por fallas en el diseño de la
Eurozona; y la falta de confianza
ocasionada por la manipulación y ocultación de datos de la realidad financiera
del país.
Primera escena:
El rescate
En el 2010, una agencia
calificadora de riesgo valoró la deuda soberana griega como bono basura, lo que
equivale a decir que se encontraba en alta posibilidad de no pago. Eso,
naturalmente, dejaba al país sin acceso a los mercados de capitales, a los fines
de obtener los recursos necesarios para financiar su déficit
presupuestario.
Para enfrentar esa situación,
el gobierno de Grecia solicitó un rescate financiero por un monto de 110,000
millones de euros, prestados por 14 Estados miembros de la Unión Europea,
representados por la troika.
Como consecuencia de ese plan
de rescate, los acreedores, a través de la Comisión Europea, el Banco Central
Europeo y el FMI, exigieron la aplicación de un drástico plan de austeridad,
que condujo a un aumento de los impuestos, reducción del gasto público, despido
masivo de la administración, ampliación de la edad de retiro, aumento del
desempleo y privatización de empresas del Estado.
Debido a esa política de
austeridad, los sufrimientos del pueblo griego han sido inmensos. Entre los
jóvenes, la falta de empleos alcanza 60%. Muchos pensionistas han visto sus
ahorros evaporarse. El poder adquisitivo de la población ha disminuido. La
pobreza se ha extendido. El Estado de bienestar ha sido desmantelado; y la
angustia y la ansiedad se han apoderado de la inmensa mayoría de la población.
Para enfrentarse a ese estado
de situación, surgió en Grecia, al igual que en otros países de la Eurozona en
situación de vulnerabilidad económica, un fuerte movimiento de protestas
sociales en lucha contra las políticas de austeridad, identificado como el
Movimiento de los Indignados.
Segunda escena:
La esperanza
A principios de enero del
2015, cinco años después del primer rescate y tres después del segundo, por un
monto de 130,000 millones de euros, el pueblo griego, ilusionado con la
construcción de una alternativa política más en sintonía con sus aspiraciones
de crecimiento económico y redención social, votó a favor de Syriza, un partido
con inclinaciones de izquierda, opuesto a la aplicación de políticas de
austeridad.
Al frente de esa organización
se encontraba Alexis Tsipras, un carismático y elocuente líder juvenil, quien
rápidamente se convirtió en un símbolo de esperanza en las luchas del pueblo
griego por rescatar su dignidad y soberanía nacional.
Tsipras empezó por hacer
resistencia a los nuevos proyectos de ajuste macroeconómico por parte de la
troika. Promovía la necesidad de priorizar el crecimiento económico y la
generación de empleos. Negociaba con gran pasión e intensidad frente los
acreedores de su país. Su actitud valiente concitaba admiración y respeto, no
solamente en Europa, sino en distintas partes del mundo.
Sin embargo, era objeto de
continuas presiones. Se le hacía saber que de no acogerse a las condiciones de
austeridad establecidas por los acreedores, Grecia sucumbiría en el abismo. Se
le negaban nuevos créditos, se le empujaba hacia una falta de liquidez y hacia
un virtual desplome de la economía de su país.
En medio de esas
circunstancias, el líder de Syriza procuró ganar tiempo y disponer de mayor
espacio de maniobra en las negociaciones. Decidió convocar a un referéndum o
consulta popular, con la finalidad de que fuera el propio pueblo griego quien
decidiera la suerte de su destino.
Así se hizo. En esa consulta,
más del 60% de la sociedad helénica manifestó su apoyo a Syriza y a Alexis
Tsipras. De esa manera sintió que había logrado asestarle un golpe a los
causantes de su infortunio. Las esperanzas estaban cifradas en que pudiesen
salvar al pueblo de la humillación y de la pesadilla. La euforia por el triunfo
era contagiosa. La alegría, indescriptible. El liderazgo de Alexis Tsipras
había llegado a un grado de éxtasis.
Sin embargo, no bien habían
culminado los festejos, cuando el líder de Syriza, sometido al acoso, al
hostigamiento y al acorralamiento, se vio forzado a negociar con los
representantes de la troika en condiciones más lesivas para el pueblo griego
que las previstas antes del referéndum.
Tercera escena:
El golpe de mercado
Obviamente, se había consumado
el golpe de mercado. Los mercados financieros habían demostrado tener más poder
que los representantes políticos, respaldados por la voluntad popular.
El caso griego demostró que en
el siglo XXI ya no se necesitan golpes de Estado militares para doblegar la
autoridad de los que habiendo sido electos democráticamente, aspiran a ser
genuinos representantes del interés nacional. Solo basta mostrar la capacidad
destructiva que puede tener la exclusión de un país de los mercados financieros
internacionales para que su voluntad se imponga.
Ante eso, el pueblo se sintió
frustrado, defraudado, impotente. Syriza se vio estremecido por una rebelión
interna. Un núcleo importante de sus miembros en el parlamento marcó distancia.
La confusión política se esparció por diferentes sectores de la vida nacional.
Alexis Tsipras manifestó que
en esas negociaciones se estaba escogiendo entre “mantenerse vivos o
suicidarse”. A eso añadió que: “Tengo mi conciencia tranquila de que es lo
mejor que pudimos obtener dentro del actual balance de poder en Europa, bajo
condiciones de asfixia económica y financiera que se nos han impuesto”.
Con sus palabras, el jefe de
gobierno griego estaba confirmando la nueva tragedia acaecida sobre su pueblo:
la de la ejecución de un golpe de mercado. De esa manera también se demostraba
que en las condiciones actuales, el poder de los mercados financieros humilla a
los políticos, arrodilla a los gobiernos y le roba la dignidad a los pueblos.
A los pocos días de culminadas
las negociaciones, Tsipras renunció a su condición de Primer Ministro de
Grecia, y convocó a elecciones anticipadas a celebrarse el próximo 20 de
septiembre.
De más de 36% obtenido en los
comicios de enero de 2015 y un apoyo masivo en el referéndum, Syriza ha perdido
10% del electorado. Este se ha sentido decepcionado por el acuerdo suscrito por
su líder, Alexis Tsipras, con los representantes de sus acreedores financieros,
que resulta más perjudicial al bienestar del pueblo griego.
Por consiguiente, lo que
estará en juego en el próximo certamen griego, no solo para Grecia y Europa,
sino para todo el mundo, es cuál es el futuro de la democracia: si depende de
la voluntad de los pueblos o del poder de los mercados.
Albergamos la esperanza de que
al bajar el telón, la democracia salga triunfante y no sea posible escenificar
una nueva tragedia griega en forma de golpe de mercados.
Fuente: www.listindiario.com.do
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