El tiroteo de Colorado reactiva el debate sobre el control de armas en EE.UU.
Un día después de que un hombre de 21
años matara a diez personas en un supermercado con un rifle de asalto AR-15,
Biden habló finalmente sobre el control de armas, un tema que había evitado
mencionar la semana pasada, cuando otros tiroteos dejaron ocho muertos en
Atlanta.
"No quiero esperar otro minuto, ni
otra hora, para dar pasos que son de sentido común y que salvarán vidas en el
futuro", dijo Biden en una declaración a la prensa desde la Casa Blanca.
Biden pide vetar las armas de asalto
El presidente pidió "prohibir de
nuevo las armas de asalto y los cargadores de munición de gran capacidad",
en referencia a un veto nacional de ese tipo de rifles que se aprobó en Estados
Unidos en 1994, pero que caducó en 2004 sin que el Congreso lo renovara.
También urgió al Senado a aprobar
"inmediatamente" dos proyectos de ley que ya han recibido el visto
bueno de la Cámara Baja y que "cerrarían los vacíos legales en el sistema
de verificación de antecedentes" de los compradores de armas.
Es improbable que alguna de esas medidas
reúna los 60 votos necesarios para salir adelante en el Senado, donde la
estrechísima minoría demócrata debería convencer a diez republicanos de sumarse
a ellos.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen
Psaki, dijo poco después que Biden podría usar también su poder ejecutivo para
impulsar un mayor control de armas, pero su capacidad para hacer cambios
unilaterales al respecto es limitada.
"Este no debería ser un asunto
partidista, este es un asunto estadounidense, que salvaría vidas, vidas de
estadounidenses", recalcó Biden.
El estéril debate sobre las armas
Cuando era vicepresidente de Estados
Unidos, Biden y el entonces mandatario, Barack Obama, impulsaron una serie de
reformas para controlar las armas, pero el Congreso no aprobó siquiera la que
generaba más consenso en todo el país: un sistema de verificación de
antecedentes de los compradores de armamento.
El propio Obama contribuyó este martes a
retomar el debate sobre el tema, al pedir en un comunicado que se "supere
la oposición de los políticos cobardes y la presión de un 'lobby' de las armas
que se opone a cualquier límite a la capacidad de cualquiera de reunir un
arsenal".
El que fuera presidente entre 2009 y
2017 se refería a la Asociación Nacional del Rifle (NRA, en inglés), que
defiende sin matices el derecho constitucional a portar armas y cuenta con
aliados poderosos en el Congreso que reciben generosos fondos de ese grupo de
presión en sus campañas electorales.
Algunas de esas figuras se atrincheraron
este martes en su posición, como el senador republicano Ted Cruz, que expresó
su oposición a cualquier aumento del control de armas durante una audiencia en
el Comité Judicial del Senado.
"Siempre que hay un tiroteo,
escenificamos este ridículo teatro, en el que este comité se reúne y propone un
montón de leyes que no harían nada para detener estos asesinatos", opinó
el político conservador.
Aunque los tiroteos masivos han
disminuido en Estados Unidos desde que comenzó la pandemia, ese tipo de sucesos
han dejado más muertos en la última década que en las anteriores, debido en
parte al uso de armas de asalto con cargadores de gran capacidad, según un
análisis del Washington Post.
El de Boulder ha sido el mayor tiroteo
masivo en Estados Unidos desde agosto de 2019, cuando un joven supremacista
blanco mató a 23 personas, la mayoría hispanos, en un supermercado de Walmart
en El Paso (Texas).
Los detalles del tiroteo
Según las autoridades de Colorado, el
sospechoso del nuevo tiroteo tenía un rifle de asalto AR-15 y una pistola
semiautomática que compró la semana pasada, aunque no está claro si usó ambas
en el ataque, informó el diario The New York Times.
La Policía de Boulder identificó al
presunto autor del ataque como Ahmad Al Aliwi Alissa, que residía en la cercana
ciudad de Arvada, un suburbio de Denver, y que llevaba varios años viviendo en
Estados Unidos.
Aunque las autoridades no especificaron
su nacionalidad, documentos judiciales revisados por el New York Times muestran
que nació en Siria en 1999, y que tuvo dos encontronazos con la Policía de
Arvada en 2018, por un asalto en tercer grado y una falta criminal.
El Buró Federal de Investigaciones (FBI)
ya sabía quién era Alissa porque tenía lazos con otra persona a la que esa
agencia estaba investigando, de acuerdo con el rotativo neoyorquino.
Las autoridades subrayaron que todavía
desconocen los motivos del ataque y que Alissa, herido en la pierna durante el
suceso e ingresado en un hospital, aunque este mismo martes prevén trasladarlo
a una cárcel del condado donde está Boulder.
Alissa enfrenta diez cargos de asesinato
en primer grado por el tiroteo, cuyas víctimas fueron clientes o trabajadores
del supermercado además de Eric Talley, un agente de Policía de Boulder.
Talley, de 51 años y padre de siete hijos, fue de los primeros en llegar al
lugar y murió durante el tiroteo.
El resto de los fallecidos fueron Denny
Strong, de 20 años; Neven Stanisic, de 23; Rikki Olds, de 25; Tralona
Bartkowiak, de 49; Suzanne Fountain, de 59; Teri Leiker, de 51; Kevin Mahoney,
de 61; Lynn Murray, de 62; y Jody Waters, de 65. EFE
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