Temen en EEUU otro diluvio de desinformación como el de 2020
Washington. - Beth Bowers creció en las décadas de 1960 y 1970 con padres que marchaban en manifestaciones, enviaban cartas a legisladores y votaban en elecciones grandes y pequeñas.
Su padre, veterano
de la Segunda Guerra Mundial y su madre, una docente, no llegaron a conocer las
redes sociales, pero Bowers está segura de que les provocaría desazón ver con
cuánta facilidad se difunden mentiras sobre las elecciones a muchos millones de
personas.
Por eso, la
residente de Evanston, Illinois, dedica algunas horas cada semana a buscar en
Facebook teorías conspirativas o mentiras como parte de una campaña nacional de
voluntarios que buscan desenmascarar la desinformación acerca del voto.
“Lo bueno de este
trabajo es que sería muy fácil volverse increíblemente cínica y desesperanzada,
pero creo que esto es algo que podemos hacer y provocar algún cambio”, aseguró
Bowers, de 59 años, en una entrevista telefónica.
Al acercarse
cientos de elecciones de importancia local y nacional, funcionarios y
promotores del derecho al voto temen que se repita el diluvio de desinformación
que abrumó las elecciones de 2020 y sembró la desconfianza sobre la legitimidad
de la victoria del entonces candidato presidencial demócrata, Joe Biden. Esto
alcanzó su pico el 6 de enero con el asalto al Capitolio por parte de una turba
furiosa de seguidores del entonces presidente Donald Trump, convencidos de las
mentiras de que le robaron la elección.
“2020 cambió todo”,
aseguró Alex Linser, subdirector de la junta electoral del condado de Hamilton,
Ohio. “Esto pasa a ser parte de nuestra labor. No basta que hagamos bien
nuestro trabajo, sino que debemos mostrarle a la gente cómo lo hacemos. Durante
mucho tiempo, el sistema funcionó y la gente ni pensaba en ello. Ahora hay
mucha gente que lo cuestiona”.
El grupo promotor
del voto Common Cause se apoyará en Bowers y miles de voluntarios más para
identificar la desinformación que da vueltas por la red y hacer que Facebook,
Twitter y otras redes sociales borren las mentiras más flagrantes. Los avisos
falsos sobre horas, lugares y condiciones para la votación están prohibidos en
las plataformas de Twitter y Meta, que incluye Facebook e Instagram.
Durante la
elección de 2020, las plataformas aplicaron control de datos y marcaron o
eliminaron más de 300 piezas de contenido falso develado por Common Cause.
Recientemente, en Texas, un centenar de voluntarios trabajando en turnos de
cuatro horas identificaron la información falsa en la elección primaria estatal
de marzo. La teoría conspirativa más difundida esa noche fue que la falta de
personal en los lugares de votación era deliberada, recordó Bowers.
“Texas es de
alguna manera el patrón de lo que se viene”, advirtió Emma Steiner, analista de
desinformación del grupo. “Mi mayor preocupación es que los influencers y
actores partidistas con plataforma nacional difundan esos problemas locales
como señales de interferencia maligna en las elecciones. Es un método
reconocido desde 2020”.
En la jornada
electoral de 2020, Pensilvania fue un hervidero de denuncias falsas sobre mal
funcionamiento de las máquinas de votación, difundidas por sitios web
derechistas y redes sociales.
Muchos condados
del estado no están en condiciones de manejar el problema, admitió Al Schmidt,
el único republicano en la junta electoral de Filadelfia en la elección
presidencial de 2020. Su refutación de las denuncias falsas de fraude electoral
masivo hechas por Trump llegó a la prensa nacional. Renunció en enero y ahora
dirige un grupo dedicado a vigilar al gobierno y educar a los ciudadanos de
Pensilvania acerca del proceso electoral.
“Las elecciones
consumen todo el tiempo y pocos pueden dedicarse a monitorear y refutar la
desinformación”, afirmó Schmidt. “Muchos carecen de los recursos o la capacidad
para hacerlo, sucede cuando estás más ocupado”.
Trump sigue
diciendo que la elección de 2020 fue “amañada” o “robada”, mientras que una
coalición de altos funcionarios del gobierno y la industria dicen que fue “la más
segura de la historia estadounidense”. Una montaña de pruebas lleva a la
conclusión de que no hubo fraude generalizado. Una investigación realizada por
The Associated Press de seis estados disputados por Trump identificó 475 casos
de posible fraude, casi todos los cuales eran aislados y de ninguna manera
bastaban para inclinar la elección hacia uno u otro lado, pero los partidarios
de Trump siguen pidiendo auditorías y recuentos de votos.
En Arizona,
legisladores republicanos contrataron una firma llamada Cyber Ninjas, que
durante seis meses buscó pruebas de fraude para sustentar las denuncias de
Trump. En cambio, irónicamente, la firma halló que Biden había ganado la
elección en el estado por 360 votos más de los certificados oficialmente en
2020. AP
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