¿Macron, Le Pen o ninguno? Francia, ante el dilema de escoger a su presidente
Macron y Le Pen,
con un 27,85% y 23,15% de votos en la primera vuelta respectivamente, se
disputan como en 2017 la presidencia en el balotaje del domingo, tras dejar atrás
a otros 10 candidatos, entre ellos el izquierdista Jean-Luc Mélenchon (casi
22%).
Tras la jornada de
reflexión, cuando está prohibido difundir sondeos y hacer campaña, los colegios
electorales en Francia metropolitana abrirán a las 08H00 (06H00 GMT) del
domingo, pero los franceses en los territorios de ultramar y en América ya
empezaron a votar, por la diferencia horaria.
"Dudé entre
no votar o votar por descarte. Y preferí votar por descarte para evitar lo
peor. Como mucha gente, creo", aseguró a la AFP Rémi Guittet, de 34 años,
tras votar en la embajada de Francia en Buenos Aires.
Según los últimos
sondeos del viernes, el candidato de La República en Marcha (LREM), de 44 años,
se impondría a su rival de Agrupación Nacional (RN), de 53 años, con una ventaja
menor que, en 2017, cuando se proclamó presidente con un 66,1% de votos.
Cinco años
después, Francia no es el mismo país: protestas sociales marcaron la primera
mitad del mandato de Macron, una pandemia mundial confinó a millones de
personas y la ofensiva rusa en Ucrania sacudió con fuerza el continente
europeo.
La guerra en los
confines orientales de Europa sobrevoló la campaña, aunque "el poder
adquisitivo ha sido la preocupación número uno", dijo a la radio France
Bleu, Mathieu Gallard, de Ipsos France, para quien hay "una fuerte
desilusión" en el balotaje.
Muestra del
desencanto con la primera vuelta, estudiantes ocuparon días después
temporalmente la simbólica universidad de la Sorbona. "Los jóvenes se
enfrentan a una falsa elección, a dos opciones que les perjudican", dijo
entonces Baptiste, de 22 años.
Muchos jóvenes,
así como parte de los electores de Mélenchon --árbitros de la segunda vuelta--,
denuncian el balance social y ecológico de los cinco años de Macron, pero
también temen que la extrema derecha llegue al poder.
"El voto a
Macron no se basa en una mejora de la situación de los franceses, sino en una
capacidad de gestionar crisis, de enfrentar crisis en un mundo que los
franceses saben que es cada vez más inestable", agregó Gallard.
- "Tercera
vuelta"
Macron ha jugado la baza de un presidente estable en tiempos de crisis y
reformista; Le Pen ha apostado por presentarse como la defensora del poder
adquisitivo, en un contexto de inquietud por el auge de los precios de la
energía y de la alimentación.
Casi 49 millones
de franceses tienen en sus manos escoger qué Francia quieren hasta 2027, una
decisión que podría implicar un cambio en las alianzas internacionales de esta
potencia nuclear y económica si la heredera del Frente Nacional sale elegida.
Le Pen propone
inscribir la "prioridad nacional" en la Constitución, para excluir a
los extranjeros de las ayudas sociales, y aboga por abandonar el mando
integrado de la OTAN y reducir las competencias de la Unión Europea (UE).
El mandatario
saliente aboga en cambio por más Europa, ya sea en materia económica, social o
de defensa, y recuperar su impulso reformista y liberal, con su propuesta
estrella de retrasar la edad de jubilación de 62 a 65 años.
A partir de las
20H00 (18H00 GMT) del domingo, al cierre de los últimos colegios, se conocerán
los resultados. Le Pen podría convertirse entonces en la primera mujer
presidenta y Macron, en el primero en ser reelegido desde el conservador
Jacques Chirac (1995-2007).
"Sea cuál sea
el vencedor, el país será más difícil de gobernar los próximos cinco
años", indicó a la AFP la politóloga Chloé Morin.
Tras el balotaje,
Francia se embarcará en la campaña de las elecciones legislativas del 12 y 19
de junio, que decidirán con qué mayoría gobernará el futuro jefe de Estado.
"Una tercera vuelta", para Gaspard Estrada, experto en campañas en
Sciences Po.
Según un sondeo el
viernes de BVA, un 66% de franceses quiere que Macron pierda su mayoría
parlamentaria. La última "cohabitación" remonta al período de 1997 a
2002, cuando Chirac nombró como primer ministro al socialista Lionel Jospin.
¿Qué proponen los
contendientes en la elección francesa?
Llegó el momento crucial para que los votantes franceses decidan si quieren
reelegir al presidente Emmanuel Macron, un centroderechista, o cambiarlo por la
nacionalista de ultraderecha Marine Le Pen en los comicios del domingo. Entre
otras cosas, está en juego la política exterior, en momentos en que una guerra
arrasa el este de Europa y la inflación golpea a una de las economías más
grandes del mundo.
Este es un vistazo
a sus principales propuestas.
UCRANIA
Macron ha cumplido un papel protagónico en las conversaciones internacionales
de apoyo a Ucrania y en la imposición de sanciones a Rusia. Su prominencia en
la escena internacional le dio una ventaja inicial en las encuestas, pero le
restó efectividad en la campaña. Ha destacado la importancia de la unidad
europea, diciendo que la elección constituye un “referendo sobre Europa” y
asegura que su rival quiere iniciar, de hecho, su salida de la Unión Europea.
Le Pen desde hace
años cultiva lazos con Moscú, ha recibido un préstamo de 9 millones de euros de
un banco ruso y se reunió con el presidente Vladímir Putin en 2017. Ha dicho
que la invasión rusa de Ucrania modificó “parcialmente” sus posiciones sobre
Putin, declarando que ella estaba “equivocada” y que la invasión era
“inaceptable”. Dice que apoya al pueblo ucraniano y que se debe recibir a los
refugiados.
Le Pen es
escéptica acerca del envío de armas a Ucrania y se opone a las sanciones que
afecten el petróleo y el gas. Quiere que Francia permanezca en la OTAN, aunque
con un papel reducido. Ya no llama a un referendo sobre la permanencia en la UE
o el abandono del euro.
ECONOMÍA
Como economista y exbanquero, Macron ha impulsado las empresas nuevas y promete
un “empleo pleno”. La tasa de desempleo bajó durante su quinquenio 2017-2022 a
su nivel más bajo en 20 años. Algunos votantes lo llaman el “presidente para
los ricos” por abolir un impuesto sobre la riqueza y por algunas declaraciones
que ha hecho sobre los pobres.
Propone elevar
progresivamente la edad de jubilación de 62 a 65 años, elevar la pensión
mensual mínima y los salarios de los docentes. Quiere que las empresas den a
los empleados una bonificación no gravada fiscalmente de hasta 6.000 euros y ha
gastado miles de millones para contener las tarifas de energía.
El mensaje de Le
Pen sobre la inflación y sus promesas de reducir los impuestos sobre la energía
y los bienes de primera necesidad han repercutido en la clase trabajadora.
Quiere mantener la edad mínima de retiro en 62 años y en 60 años para los que
empezaron a trabajar a los 20.
Le Pen quiere
elevar la pensión mínima y eliminar el impuesto sobre los ingresos de los
menores de 30 años; que las empresas eleven los salarios en 10% y aumentar los
salarios docentes en los próximos cinco años. Dice que puede financiarlo
mediante recortes a la “inmigración masiva”.
CAMBIO CLIMÁTICO
Las credenciales verdes de Macron son mixtas, aunque promovió la consigna
“Devolver la grandeza al planeta”, un lema similar al eslogan de la campaña de
Donald Trump de “Make America Great Again” (“Devolvamos la grandeza a Estados
Unidos”). Capituló frente a los “chalecos amarillos” al desistir de un aumento del
impuesto sobre los combustibles. Promete construir una nueva generación de
reactores nucleares y desarrollar granjas de energía solar y eólica en el mar.
Dice que su próximo primer ministro estará a cargo de la planificación
ambiental, para que Francia avance hacia el objetivo de ser neutral en las
emisiones de carbono para 2050. Promete más trasporte público para que la gente
deje de depender de los autos.
Le Pen ha ganado
apoyo en las zonas rurales con la promesa de desmantelar las granjas eólicas e
invertir en energía nuclear e hidroeléctrica. Anularía los subsidios a las
fuentes renovables. Quiere obligar a las escuelas a servir productos agrícolas
franceses en sus comedores en lugar de alimentos importados.
INMIGRACIÓN
Este ha sido el pilar del partido de Le Pen desde hace décadas. Propone poner
fin a las políticas de reunificación familiar, limitar los beneficios sociales
a los franceses y deportar a los extranjeros que no tienen trabajo durante más
de un año, así como a los que entraron ilegalmente. El plan de dar “preferencia
nacional” a los ciudadanos franceses en materia de empleo, beneficios,
bienestar social y vivienda podría violar la ley de la UE y causar problemas en
Bruselas.
Macron ha
endurecido su posición para atraer los votos de la derecha. Impulsa reforzar
las fronteras externas de la zona europea libre de pasaportes y crear una nueva
fuerza policial para reforzar el control de las fronteras nacionales. Promete
acelerar el procesamiento de los pedidos de asilo y residencia y deportar a las
personas que no son elegibles.
OTROS ASUNTOS
Le Pen quiere dar a los ciudadanos una voz directa en las leyes, permitiéndoles
proponer referendos si obtienen 600.000 firmas para respaldarlos. Esto
requeriría modificar la constitución y fue un reclamo de los chalecos
amarillos.
Una de las
propuestas más controvertidas de Le Pen es un proyecto de ley que prohibiría el
uso del velo musulmán en lugares públicos. Lo considera un “uniforme islamista”
que difunde una visión radical de la religión. Macron es un firme defensor del
secularismo francés, pero advierte que la prohibición podría conducir a la
“guerra civil”. Francia tiene la población musulmana más grande de Europa
occidental y el voto del sector podría inclinar la elección. AFP
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