Donald Trump, en medio de la tormenta

El retorno de la
campaña le ofrece, sin embargo, una oportunidad de recuperación. La carrera de
Trump hacia un segundo mandato, que antes de la pandemia de coronavirus parecía
ir viento en popa, se ve actualmente plagada de obstáculos, en parte por su
propia gestión de la crisis sanitaria y por las masivas protestas contra la
brutalidad policial y el racismo.
Ahora, el
presidente debe hacer frente a un intenso ataque proveniente de sus propias
filas, lanzado por su exasesor de seguridad nacional John Bolton.
“No creo que sea
apto para el cargo. No creo que tenga la competencia para llevar a cabo el
trabajo”, dijo Bolton a ABC News, quien promociona “The Room Where it Happened”
(La habitación donde sucedió), un libro cuya publicación, prevista para el
martes, la Casa Blanca intenta detener por vía judicial.
En su trabajo,
Bolton alega que Trump le pidió al presidente chino Xi Jinping ayuda para su
reelección, que obstruyó a la justicia, en tanto considera que no es un rival
de fuste para el presidente ruso Vladimir Putin.
Trump se defendió
calificando a Bolton de “cachorro enfermo” y a su libro de “pura ficción”.
Cortar con China
En un aparente
intento por subrayar su postura dura, Trump amenazó en un tuit con “cortar por
completo” los puentes con China, un país cuya economía está profundamente
entrelazada con la estadounidense. Justo el día anterior, el representante
comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, que maneja las relaciones
comerciales con Pekín, había dicho al Congreso que una opción de ese tipo sería
inviable.
China es
actualmente uno de los caballitos de batalla de Trump en todos los frentes. El
presidente estadounidense, que ha eludido su responsabilidad por la rápida
propagación del coronavirus, que mató hasta ahora a más de 117,000 de sus
conciudadanos y forzó una traumática desaceleración económica, culpó a China de
introducir el virus.
En cuanto a las
protestas callejeras, ha dicho que se trata de una rebelión orquestada por la
izquierda, rechazando encuestas según las cuales el problema reside en el
racismo sistémico que afectaría a la sociedad estadounidense.
Lo de Bolton, sin
embargo, es diferente.
El exasesor
presidencial es un halcón republicano, concentrado toda la vida en la política
exterior. Podría decirse que incluso está a la derecha de Trump y que, por lo
tanto, no es vulnerable a los habituales ataques del mandatario.
Por otro lado, el
mandatario cosechó dos reveses en una semana en la Corte Suprema.El lunes, el
máximo órgano judicial del país consagró el derecho de millones de asalariados
homosexuales y transexuales a gozar de los mecanismos de lucha contra las
discriminaciones, y el jueves validó las protecciones acordadas por el gobierno
precedente a 700,000 jóvenes migrantes. EFE
Comentarios
Publicar un comentario