Papa busca diálogo en su primer viaje a la Península Arábiga

Aunque Francisco se centrará en dos de sus dos prioridades en
su visita del domingo al martes a Emiratos Árabes Unidos — promover el diálogo interreligioso y visitar las periferias católicas — es probable que el
protocolo diplomático le obligue a dejar otras preocupaciones a un lado.
El respaldo de Emiratos a la guerra de Arabia Saudí en Yemen,
que ha provocado la peor crisis humanitaria a nivel global, y el problemático
historial de derechos humanos y violaciones laborales de la nación podrían
pasarse por alto, al menos en público.
Francisco viaja a Abu Dabi para participar en una conferencia
sobre diálogo interreligioso patrocinada por el Consejo Musulmán de Ancianos,
un grupo con sede en Emiratos que busca contrarrestar el fanatismo religioso
mediante la promoción de una forma moderada del islam. Es una iniciativa del
jeque Ahmed el-Tayeb, el gran imán de Al-Azhar, el respetado centro egipcio de
aprendizaje sobre el islam suní que tiene 1000 años de antigüedad y al que
acuden clérigos y estudiosos de todo el mundo.
Este será el quinto encuentro entre Francisco y el-Tayeb, una
evidencia de que el enfriamiento de las relaciones con la Santa Sede decretado
desde Al-Azhar tras las palabras del papa Benedicto XVI que vinculaban al islam
con la violencia en 2006, ha terminado.
En un mensaje de video a Emiratos en la víspera de su viaje,
Francisco reconoció a su "amigo y querido hermano" el-Tayeb y elogió
su valentía al convocar el encuentro para afirmar que "Dios une y no
divide".
"Estoy encantado con este encuentro ofrecido por el
Señor para escribir, en su querida tierra, una nueva página en la historia de
las relaciones entre religiones y confirmar que somos hermanos pese a las
diferencias", apuntó Francis.
Por su parte, Al-Azhar describió en un comunicado también el
sábado la reunión como "histórica" y elogió la "relación
profundamente fraternal" entre el imán y su papa, apuntando que incluso se
felicitan los cumpleaños.
Francisco y el-Tayeb participarán en la "Reunión de
Fraternidad Humana" el lunes, que ha atraído no solo a representantes
cristianos y musulmanes sino también a cientos de líderes judíos, hindúes,
budistas y de otras ramas cristianas. Todo esto forma parte del "Año de
Tolerancia" de Emiratos y de sus esfuerzos por mostrar apertura a otras
confesiones religiosas en una región conocida por las severas restricciones a
las religiones más allá del islam.
"Esto es algo nuevo para el mundo musulmán, que dentro
de la discusión sobre el diálogo, se trate de un diálogo interreligioso más
amplio" más allá de la relación básica cristiano-musulmana, dijo Marco
Impagliazzo, presidente de la Comunidad de Sant'Egidio, una organización
católica con sede en Roma y centrada en los contacto interconfesionales que
acudirá a la conferencia.
El otro gran acto del papa en Abu Dabi es la masiva homilía
que ofrecerá el martes en el principal estadio deportivo de la ciudad, a la que
se espera que acudan unas 135.000 personas y que ha sido calificada por algunos
como la mayor muestra pública de fe cristiana en la Península Arábiga. Allí,
Francisco verá de primera mano a una comunidad católica que es grande, diversa
y dinámica, en un momento en que Oriente Medio sufre un éxodo de cristianos que
huye de la persecución a manos de grupo extremista Estado Islámico, entre
otros.
De los más de nueve millones de personas que viven
actualmente en Emiratos, alrededor de un millón son emiratíes, y el resto son
extranjeros que acudieron a la rica federación petrolera para trabajar en todo
tipo de empleos, desde ejecutivos a obreros de la construcción.
La Iglesia católica cree que en el país hay aproximadamente
un millón de católicos. La mayoría son filipinos e indios, muchos de los cuales
dejaron atrás a sus familias y pueden enfrentar condiciones precarias que son
denunciadas regularmente por grupos de derechos humanos. AP
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